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Las remesas siguen siendo un pilar clave para la economía salvadoreña, representando un respaldo vital para millones de hogares en el país.

Suben las remesas hacia El Salvador por miedo e incertidumbre migratoria

El aumento de remesas en 2025 obedece a un "efecto precaución" de los migrantes salvadoreños ante el temor de ser deportados desde EE. UU.

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Por elsalvador.com
Publicado el 15 de diciembre de 2025

 

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En 2025, El Salvador registró un aumento inédito en remesas, alcanzando $8,206.4 millones entre enero y octubre, un 18.2% más que el año anterior. El incremento responde al llamado “efecto precaución”: migrantes salvadoreños en EE. UU. han enviado más dinero ante el temor de ser deportados, utilizando ahorros o trabajando más horas. Según el BID, estas conductas son excepcionales y difíciles de sostener. Expertos advierten que esta tendencia no continuará y podría estabilizarse o disminuir en 2026. Mientras tanto, las familias salvadoreñas han recibido un alivio económico significativo en un contexto de alta incertidumbre migratoria.

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El Salvador cerró 2025 con un crecimiento inédito en el ingreso de remesas familiares, alcanzando los $8,206.4 millones entre enero y octubre, lo que representa un alza interanual del 18.2 %, según datos del Banco Central de Reserva (BCR). Esta cifra, impulsada principalmente por envíos desde Estados Unidos, refleja un fenómeno económico vinculado directamente con la incertidumbre migratoria que viven miles de salvadoreños en el exterior.

“El efecto precaución, o sea, la administración Trump está sacando gente hasta con papeles… lo agarran en la calle, en el trabajo, en la casa, o donde ande y allí perdió todo. Perdieron la casa, el carro, todas las cosas”, explicó el economista Rafael Lemus. Esta percepción de riesgo ha motivado a muchos migrantes a enviar mayores cantidades de dinero a sus familias, como una forma de proteger sus activos ante una posible deportación.

Un comportamiento excepcional

El fenómeno ha sido analizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que en su informe "Las remesas a América Latina y el Caribe en 2025" explicó que el crecimiento se debe a comportamientos excepcionales: uso de ahorros acumulados, incremento de las horas trabajadas y, en algunos casos, reducción del gasto personal para enviar más dinero.

“Esas estrategias han permitido mantener los envíos en niveles altos, aunque resultan difíciles de prolongar. La capacidad de seguir incrementando remesas parece estar llegando a su límite: los ahorros se reducen, el empleo se estabiliza y los flujos migratorios muestran signos de menor dinamismo”, señala el informe.

Las remesas familiares son la principal fuente de ingresos para uno de cada cuatro hogares en El Salvador.
Pese al endurecimiento de políticas migratorias, los salvadoreños en el exterior han priorizado el envío de dinero como medida de apoyo y previsión familiar./ Foto Freepik.

Entre enero y octubre, los migrantes enviaron desde Estados Unidos un total de $7,588.9 millones, un incremento de $1,225.5 millones respecto al mismo periodo del año anterior. Estos recursos provienen principalmente de salvadoreños que, ante la amenaza de detenciones masivas o deportaciones aceleradas, han optado por enviar sus fondos disponibles como un tipo de “ahorro precautorio”.

Cambios en el mercado laboral

El BID también documentó que, durante el tercer trimestre del año, hubo un repunte en el volumen de remesas debido a un aumento en las horas de trabajo de los migrantes. Específicamente, las mujeres centroamericanas en Estados Unidos incrementaron su participación laboral en empleos de medio tiempo en un 11.8% y en tiempo completo en un 2.3%. Por su parte, los hombres aumentaron un 36.7% en empleos de medio tiempo, aunque redujeron un 12% en trabajos de jornada completa.

Este esfuerzo laboral adicional refleja el compromiso de los migrantes por respaldar a sus familias, pero también la presión financiera que enfrentan ante escenarios migratorios inciertos. La disminución de capturas en la frontera sur de EE. UU., que pasaron de 336 por hora a 245 por día, no ha sido suficiente para tranquilizar a la comunidad migrante.

Expectativas para el cierre del año

Para el economista Rafael Lemus, El Salvador podría cerrar el año con ingresos por remesas cercanos a los $10,000 millones. No obstante, advierte que esta situación no es sostenible a largo plazo. “Este año ha sido extraordinario; pero ya la administración Trump fijó las reglas y además el que iba a mandar dinero ya lo mandó… no espero que esa dinámica siga así, creciendo, sino que va a volver a tendencias normales, o sea, un crecimiento de al menos al 5% el próximo año sino es que se reduce”, detalló.

La proyección para toda América Latina y el Caribe es igualmente optimista, aunque matizada. El BID estima que las remesas hacia la región alcanzarán los $55,395 millones, con un crecimiento general de 20.4%, superando los niveles de 2024. Sin embargo, se reconoce que este crecimiento estaría basado en condiciones excepcionales que podrían no repetirse.

El perfil cambiante de la migración

De acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, hasta julio de 2025 la población migrante de América Latina y el Caribe alcanzó los 28.5 millones, con un incremento del 1.4% respecto al mismo período de 2024. Sin embargo, la población centroamericana en Estados Unidos cayó un 0.6%, equivalente a 28,700 personas menos, dejando el total en cinco millones.

Este dato refleja una desaceleración de los flujos migratorios desde Centroamérica, lo que podría incidir en una futura reducción de los envíos de remesas. Si bien los flujos actuales son robustos, están sostenidos por factores como el uso de ahorros y el temor a perderlo todo, en lugar de por una estabilidad económica o laboral prolongada.

Impacto directo en las familias salvadoreñas

En un país donde las remesas representan una parte significativa del ingreso familiar, este incremento ha significado un respiro para miles de hogares. Las divisas enviadas han permitido no solo cubrir gastos esenciales, sino también invertir en pequeños emprendimientos, educación o mejoras en la vivienda.

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No obstante, también existe una alerta. Si el flujo extraordinario de este año no se mantiene, muchas familias podrían enfrentarse a una brusca disminución de ingresos, afectando su estabilidad financiera. La dependencia de estos envíos pone en evidencia la necesidad de fortalecer las oportunidades económicas dentro del país.

El comportamiento de las remesas en 2025 ha sido una muestra de la resiliencia y compromiso de los migrantes salvadoreños, pero también una llamada de atención sobre los riesgos que implica depender de factores tan volátiles como las políticas migratorias de otro país.

*Con reportaje de El Diario de Hoy

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