Presidentes polémicos de la FESFUT: decisiones que marcaron época y cambiaron el rumbo del fútbol salvadoreño
Un repaso a las gestiones que desataron crisis, allanamientos, sanciones internacionales y cambios forzados en la estructura del fútbol salvadoreño.
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elsalvador.com
Publicado el 10 de diciembre de 2025
La historia reciente de la FESFUT ha estado marcada por presidentes cuyas decisiones desencadenaron crisis profundas y transformaron el rumbo del fútbol salvadoreño. Desde la administración de Hugo Carrillo, que terminó con allanamientos, acusaciones de mala gestión y la imposición de un Comité de Regularización, hasta el caso extremo de Reynaldo Vásquez, vinculado al FIFAGate y suspendido de por vida por corrupción, la federación ha atravesado ciclos de inestabilidad. Estas polémicas provocaron intervenciones de la FIFA y múltiples intentos de reforma institucional. Con la elección del nuevo presidente el 12 de diciembre, el desafío será romper definitivamente con ese pasado turbulento.
La Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) ha pasado por décadas marcadas por aciertos deportivos, crisis internas, intervenciones externas y administraciones que dejaron huellas profundas. Dentro de ese recorrido, varios presidentes se volvieron protagonistas de polémicas que definieron épocas completas del balompié nacional. Sus decisiones, conflictos y consecuencias marcaron tanto la estructura federativa como el rendimiento de las selecciones nacionales. En honor a que esta semana se elige a un nuevo presidente de la FESFUT y tratando de que en el futuro se eviten esas prácticas, aquí va un recuento de las polémicas más recientes:
Hugo Carrillo y la última gran crisis institucional (2018–2022)
El mandato de Hugo Carrillo terminó sacudido por acusaciones de mala administración, disputas internas, falta de transparencia y tensiones abiertas con el INDES y la FIFA.
La crisis estalló en julio de 2022, cuando la sede de la FESFUT fue allanada y surgieron investigaciones por supuestos delitos financieros. Esto provocó la suspensión de actividades de selecciones y la imposición de un Comité de Regularización de FIFA, que inició con el abogado Humberto Sáenz Marinero como presidente. Después, llegó el panameño Rolando González al cargo.
Fue uno de los momentos más críticos del fútbol salvadoreño en el siglo XXI, revelando debilidades profundas en la gobernanza deportiva nacional.
Al final, después de una investigación incluso fiscal, Carrillo salió adelante sin problemas con la justicia.

Reynaldo Vásquez: el caso más grave en la historia de la FESFUT
Reynaldo Vásquez es, sin duda, una de las figuras más controvertidas que ha pasado por la federación. Expresidente en los años 2009–2010, su legado quedó opacado por escándalos posteriores: fue capturado y extraditado a Estados Unidos, donde enfrentó cargos por crimen organizado y lavado de dinero, relacionados con la trama de corrupción conocida como "FIFAGate".
Vásquez fue señalado por haber recibido dinero para favorecer la venta de derechos televisivos de la Selección.
Su nombre se convirtió en sinónimo de la crisis institucional más profunda de la federación. La FIFA llegó a suspenderlo de por vida por actos de corrupción. El impacto reputacional todavía pesa en la memoria del fútbol salvadoreño, dejando una advertencia clara sobre los riesgos de una dirigencia opaca.
Intervenciones y Comisiones Normalizadoras: cuando la FIFA toma el control
A raíz de múltiples crisis, la FESFUT ha sido intervenida por la FIFA en distintas ocasiones. Los periodos 1999–2001, la de 2009 y 2022–actualidad evidencian la incapacidad interna para sostener un modelo democrático estable.
En estas etapas no hubo presidentes electos, sino funcionarios designados internacionalmente para corregir irregularidades, supervisar procesos electorales y garantizar la continuidad del fútbol nacional.
Estos episodios dejaron claro que la federación, históricamente, ha tenido dificultades para operar sin supervisión externa.

Un patrón repetido: polémica, ruptura y reconstrucción
Cada crisis presidida por una figura polémica no solo provocó caos, sino que obligó a la federación a reformarse. Las situaciones más graves dieron paso a:
- reformas estatutarias,
- mayor supervisión internacional,
- presión para profesionalizar las ligas,
- exigencias de transparencia en el uso de fondos.
El desafío de hoy es estabilizar la institucionalidad para evitar repetir la historia.
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Conclusión: un futuro que depende de corregir el pasado

El fútbol salvadoreño atraviesa un momento decisivo. Después de décadas marcadas por gestiones polémicas, crisis administrativas e intervenciones externas, el 12 de diciembre se elegirá a un nuevo presidente de la FESFUT, y todo apunta a que ese cargo recaerá en Yamil Bukele. Su llegada representará no solo un relevo, sino una responsabilidad histórica: corregir los errores del pasado, reconstruir la confianza en la institución y modernizar un sistema que ha mostrado profundas grietas.
El reto será enorme. Bukele deberá transformar estructuras, profesionalizar procesos, fortalecer las ligas y devolver estabilidad a una federación golpeada. El futuro del fútbol salvadoreño dependerá de su capacidad para romper los ciclos de crisis y encaminar al país hacia un modelo más transparente, sólido y competitivo.
