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La propuesta Mulier Ignis de Ana Hernández destacó por sus jaulas laterales y gorgeras que aportaron un aura escénica y poderosa en la Pasarela Hilos de Poesía UFG.

Hilos de Poesía, una pasarela de encuentro entre moda y arte

La UFG celebró la Pasarela Hilos de Poesía, un desfile que transformó versos salvadoreños en moda contemporánea mediante 23 colecciones creadas por talento emergente.

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Por Betty Carranza
Publicado el 04 de diciembre de 2025

 

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UFG presenta Hilos de Poesía, la pasarela donde moda y arte se encuentran en un diálogo poderoso entre diseño salvadoreño y literatura nacional. Como parte de la plataforma Bennu, el evento reunió 23 colecciones creadas por estudiantes de la Licenciatura en Diseño de Modas, quienes transformaron versos en texturas, colores y siluetas contemporáneas. La propuesta destacó técnicas artesanales reinterpretadas, exploraciones emocionales, acabados metálicos y estructuras de carácter escénico. Hilos de Poesía confirmó la madurez, sensibilidad y visión autoral del talento emergente, consolidando este espacio como un motor creativo para la moda salvadoreña actual.

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La pasarela Hilos de Poesía, presentada por la Universidad Francisco Gavidia (UFG) dentro de la plataforma Bennu, convirtió la literatura salvadoreña en inspiración directa para nuevas propuestas de moda. Estudiantes de la Licenciatura en Diseño de Modas mostraron 23 colecciones cápsula, donde la poesía se tradujo en texturas, siluetas y emociones, reflejando la evolución del diseño emergente en El Salvador.

El evento, realizado en el edificio E de la Universidad Francisco Gavidia, reunió a familiares, docentes, invitados y apasionados del diseño que acompañaron el debut de 23 colecciones cápsula.

Cada propuesta surgió de la reinterpretación de fragmentos poéticos salvadoreños, un ejercicio que permitió que la literatura se convirtiera en materia prima para la moda, según explicó Alejandro Handal, diseñador y catedrático.

Así, la pasarela de este año se sintió íntima, reflexiva y cargada de intención, mostrando la madurez técnica que el estudiantado ha alcanzado durante su formación.

Zafra, la propuesta de Mirian González, abrió la Pasarela Hilos de Poesía con un macramé cálido y lleno de textura que celebró tradición y sensibilidad artesanal.
Zafra, la propuesta de Mirian González, abrió la Pasarela Hilos de Poesía con un macramé cálido y lleno de textura que celebró tradición y sensibilidad artesanal./ Foto: Alejandro Cañas

En lugar de seguir un camino uniforme, Hilos de Poesía desplegó un espectro lleno de contrastes: tradición y vanguardia, delicadeza y fuerza, nostalgia y reinvención. A partir de estas sensaciones, la noche dejó ver tendencias claras que marcaron el pulso creativo de esta generación.

Texturas artesanales reinterpretadas

Una de las líneas más visibles fue la recuperación de técnicas manuales llevadas hacia una estética fresca y contemporánea. Desde el inicio, la colección Zafra de Mirian González mostró la nobleza del macramé con una interpretación cálida que resaltaba textura y tradición.

Cecilia Padilla, por su parte, sorprendió con prendas elaboradas completamente en crochet dentro de su propuesta Celestía, demostrando un dominio técnico admirable.

También destacó Ara Quintanilla con Raíz y ruptura, donde integró tejidos de San Sebastián en un lenguaje conceptual que abrazaba lo artesanal con mirada actual.

Ser entre dos mundos de Minerva Ramos llamó la atención por su elegancia minimalista y volúmenes precisos que reflejaron madurez y claridad autoral.
Ser entre dos mundos de Minerva Ramos llamó la atención por su elegancia minimalista y volúmenes precisos que reflejaron madurez y claridad autoral. /Foto: Alejandro Cañas

Estas apuestas revelan cómo la moda hecha a mano sigue siendo un territorio fértil para construir identidad desde El Salvador.

Exploraciones poéticas y emocionales

La lectura de la literatura salvadoreña dio lugar a narrativas profundas, traducidas en piezas que expresaban estados internos y sensibilidad. Andrea Rivas llevó la rebeldía punk a la escena con Réquiem, donde púas y ojales acentuaban el dramatismo de su visión.

Raquel Morán, con Revelación onírica, se inclinó hacia un romanticismo lleno de encajes y pedrería que evocaba fragilidad y fantasía. En otra dirección emocional, Cristina Bayona presentó Lifesoleum, una propuesta donde las transparencias y las perlas bordadas sostenían una atmósfera melancólica y etérea.

Amorte, de Misael Tepas, destacó por sus capas dinámicas y el uso inesperado de malla de cota en tonos suaves que aportaron innovación y carácter urbano.
Amorte, de Misael Tepas, destacó por sus capas dinámicas y el uso inesperado de malla de cota en tonos suaves que aportaron innovación y carácter urbano. / Foto: Alejandro Cañas

Estas miradas demostraron cómo la poesía puede convertirse en un detonante visual que mueve emociones y contornos.

Metales, brillo y formas escultóricas

Otra tendencia que llamó la atención fue el uso de materiales metálicos y acabados brillantes que aportaban carácter y presencia escénica. Nicole Huezo exploró las posibilidades del bronce con su colección Nereidas, creando piezas orgánicas que dialogaban con el cuerpo desde un ángulo sensorial distinto. Stephannie Erazo, con Bellalia, utilizó foil y joyería artesanal para potenciar el dorado como un elemento expresivo cargado de intención.

Jennifer Loucel, en Suspiros carmesí, incorporó cristales rojos que añadían dramatismo y reforzaban la intensidad estética de su narrativa.

Revelación onírica de Raquel Morán envolvió la pasarela en un romanticismo delicado construido con encajes, pedrería y una atmósfera llena de fantasía.
Revelación onírica de Raquel Morán envolvió la pasarela en un romanticismo delicado construido con encajes, pedrería y una atmósfera llena de fantasía. /Foto: Alejandro Cañas

La experimentación con metales mostró un interés creciente por materiales que permiten esculpir la luz sobre la piel.

Volúmenes, capas y estructuras con carácter

Las siluetas también encontraron espacio para la teatralidad y la construcción arquitectónica. Misael Tepas presentó Amorte, una de las propuestas más celebradas, donde capas voluminosas y el uso inesperado de malla de cota en tonos celestes y rosa aportaban un aire urbano y renovador. Minerva Ramos, con Ser entre dos mundos, ofreció una lectura minimalista de gran precisión, utilizando planos y volúmenes limpios que se sentían elegantes y maduros. El cierre llegó con Ana Hernández y su colección Mulier Ignis, que incorporó jaulas laterales y gorgeras con un enfoque escénico que llenó la pasarela de presencia.

Estas construcciones revelaron el interés del estudiantado por desafiar la forma tradicional de vestir, apostando por piezas que cuentan historias desde la estructura.

Paletas y atmósferas que marcaron el rumbo visual

Los colores funcionaron como otro eje narrativo dentro de Hilos de Poesía. Aracely Hernández iluminó la pasarela con una combinación delicada de rosas y rojos en Belleza renaciente, mientras que Valeria Figueroa utilizó tonalidades azules que aportaban relieve y calma visual dentro de su propuesta Era. Nathaly Henríquez, con Alma purificada, apostó por una paleta oscura realzada por flores tridimensionales bordadas con mostacilla, creando una atmósfera introspectiva y poderosa.

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Cada elección cromática aportó matices emocionales que complementaron la lectura literaria de cada colección.

La noche culminó con un ambiente festivo en el cóctel de celebración, donde se compartieron impresiones y se reconoció el esfuerzo del estudiantado, así como el acompañamiento de docentes, autoridades y equipos de la UFG que hacen posible Bennu año con año. Hilos de Poesía demostró que la creatividad salvadoreña continúa expandiéndose con voz propia, sostenida por trabajo colectivo, disciplina y una sensibilidad que ya empieza a delinear la identidad de una nueva generación de diseñadores.

Colaboración de Alejandro Hándal, diseñador y catedrático.

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