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José Antonio Trigueros muestra uno de los cipreses canadienses listos para la temporada navideña en la Finca San Antonio, en Los Planes de Renderos.

Cipreses canadienses cultivados en El Salvador, una alternativa para árbol de Navidad natural y sostenible

En Los Planes de Renderos se cultivan cipreses canadienses que ofrecen una opción navideña natural, sostenible y hecha en El Salvador.

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Por elsalvador.com
Publicado el 03 de diciembre de 2025

 

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La Finca San Antonio, ubicada en Los Planes de Renderos, cultiva desde hace más de 30 años cipreses canadienses ideales para la temporada navideña. Estos árboles, cuidados desde la semilla con prácticas sostenibles, ofrecen una alternativa natural y aromática para decorar el hogar. Con versiones en maceta para espacios pequeños y un enfoque en la producción local, la iniciativa también genera empleo y protege el medio ambiente. Comprar un ciprés salvadoreño es más que una tradición: es apoyar una economía verde y celebrar la Navidad con raíces propias.

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En cada inicio de diciembre, muchas familias salvadoreñas inician la búsqueda del árbol perfecto. Aunque el mercado ofrece opciones artificiales, hay quienes prefieren un ciprés natural, con su característico aroma y belleza. Lo que pocos saben es que no hace falta importarlo: en Los Planes de Renderos, la Finca San Antonio cultiva cipreses canadienses desde hace más de 30 años.

Una tradición familiar con raíces profundas

La familia Trigueros inició este proyecto con la venta a clientes extranjeros residentes en el país, pero rápidamente la demanda local creció. Hoy, sus cipreses canadienses son parte esencial de la decoración navideña para muchas familias. Antonio Trigueros, uno de los fundadores, explica que el encanto está en la experiencia sensorial: la forma natural del árbol, su verdor y el aroma a conífera que llena el hogar.

Las semillas de ciprés germinan en bandejas especiales durante los primeros seis meses, en un proceso controlado y cuidadosamente monitoreado.
Las semillas de ciprés germinan en bandejas especiales durante los primeros seis meses, en un proceso controlado y cuidadosamente monitoreado. / elsalvador.com.

La producción no es sencilla. Desde la germinación de la semilla hasta que el árbol está listo para su venta pueden pasar varios años. Primero, las plántulas pasan por una etapa de almácigo, luego son trasladadas a viveros con sol controlado, y finalmente al campo abierto. El proceso está lleno de cuidados: control fitosanitario riguroso, fertilización y protección contra plagas.

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Producción limitada para un mercado de nicho

Aunque la finca cultiva cerca de 1,000 árboles en diferentes etapas, solo entre 200 y 300 están listos para la temporada navideña. Esto convierte a los cipreses de Finca San Antonio en un producto exclusivo. Para quienes los adquieren, Trigueros recomienda colocar el tronco en agua y reponer el líquido durante los primeros cinco días tras el corte. Así, el árbol puede mantenerse fresco hasta cinco semanas.

Pensando en la vida moderna, también han desarrollado cipreses en maceta. Estas versiones más compactas son ideales para apartamentos u oficinas, y pueden mantenerse vivos con los cuidados adecuados, contribuyendo a una Navidad más ecológica.

Plántulas de ciprés en etapa temprana de crecimiento, bajo sombra controlada, como parte del ciclo de cultivo que puede durar varios años.
Plántulas de ciprés en etapa temprana de crecimiento, bajo sombra controlada, como parte del ciclo de cultivo que puede durar varios años. / Foto elsalvador.com.

Impacto ambiental y social durante todo el año

Más allá de la temporada, el proyecto tiene un impacto positivo permanente. Los cipreses aportan a la generación de oxígeno, filtración de agua y retención de lluvia, ayudando a los mantos acuíferos. Además, emplea a trabajadores locales durante todo el año, lo que revitaliza la economía rural.

"La juventud ya no quiere llegar a la agricultura", lamenta Trigueros, por lo que su apuesta también es una forma de preservar el conocimiento agrícola tradicional y fortalecer el arraigo a la tierra.

La Finca San Antonio demuestra que una Navidad sostenible, hermosa y hecha en El Salvador es posible. Optar por un ciprés natural salvadoreño no solo embellece el hogar, también apoya una tradición que respira vida, trabajo y futuro.

Con reportes de El Diario de Hoy.

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