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Detalle de agujas y tintas utilizadas en tatuajes, elementos que los científicos estudiaron para evaluar su impacto en el sistema inmunitario.

Estudio europeo alerta efectos de los tatuajes en el sistema inmunitario

Un estudio de la Universidad de la Suiza Italiana advierte que la tinta de los tatuajes puede desplazarse hacia los ganglios linfáticos y alterar la respuesta inmunitaria del cuerpo.

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Por EFE
Publicado el 26 de noviembre de 2025

 

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Un estudio de la Universidad de la Suiza Italiana, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, revela que la tinta de los tatuajes no se queda en la piel, sino que migra rápidamente hacia los ganglios linfáticos, donde es capturada por macrófagos. Este proceso provoca una inflamación inicial y otra crónica que puede durar años, debilitando la capacidad del sistema inmunitario para responder a infecciones o ciertos tipos de cáncer. Los investigadores observaron que las tintas rojas y negras parecen ser más tóxicas. En pruebas con ratones tatuados, estos desarrollaron menos anticuerpos tras la vacunación, lo que refuerza la preocupación científica.

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Un nuevo estudio de la Universidad de la Suiza Italiana advierte que los tatuajes pueden afectar el sistema inmunitario, reduciendo la capacidad del organismo para enfrentar infecciones o ciertos tipos de cáncer. La investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, abre un debate global sobre los posibles efectos a largo plazo de una práctica extendida entre jóvenes y adultos en todo el mundo, incluida la región centroamericana.

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La tinta viaja por el cuerpo en cuestión de horas

El estudio, liderado por Santiago F. González del Instituto de Investigación Biomédica de la universidad, demuestra que la tinta no permanece únicamente en la piel. Según los investigadores, parte del pigmento viaja rápidamente hacia el sistema linfático y se acumula en grandes cantidades dentro de los ganglios, órganos clave para activar las defensas del cuerpo.

"En el interior de los ganglios, células inmunitarias conocidas como macrófagos capturan de forma activa todos los pigmentos, desencadenando una respuesta inflamatoria en dos fases", explicó la universidad en un comunicado. La primera fase es aguda y dura unos dos días, pero la siguiente puede mantenerse durante años. Esa segunda etapa preocupa a los científicos porque supone un deterioro de la función inmunitaria, "aumentando potencialmente la susceptibilidad a las infecciones y el cáncer".

El trabajo también detalla que los macrófagos no logran descomponer la tinta como harían con bacterias u otros agentes extraños, lo que provoca su muerte. Esta incapacidad se observó con mayor claridad en pigmentos rojos y negros, lo que sugiere que podrían ser más tóxicos, aunque el estudio también analizó tintas verdes.

Un tatuador aplica tinta en la piel durante una sesión; el nuevo estudio analiza cómo estos pigmentos viajan dentro del cuerpo.
Un tatuador aplica tinta en la piel durante una sesión; el nuevo estudio analiza cómo estos pigmentos viajan dentro del cuerpo. Foto: Freepik

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Un ciclo continuo que debilita las defensas

"En consecuencia, la tinta se mantiene en los ganglios linfáticos, en un ciclo continuo de captura y muerte celular, afectando progresivamente a la capacidad de defensa del sistema inmunitario", concluyen los investigadores. El proyecto tuvo una duración de siete años y contó con la participación de 12 grupos internacionales, financiados por varias instituciones suizas.

Entre los experimentos, uno incluyó la vacunación de ratones tatuados y no tatuados. Los resultados mostraron que los animales con tatuajes generaban menos anticuerpos que aquellos sin pigmentos, lo que refuerza la hipótesis de una respuesta inmune reducida.

La universidad señala que estos hallazgos "despiertan inquietud respecto a la seguridad de los tatuajes", especialmente considerando que casi una de cada cinco personas en el mundo tiene al menos uno. Para audiencias de El Salvador y la región, donde el interés por el tatuaje crece tanto en ámbitos artísticos como estéticos, los resultados ofrecen información útil para tomar decisiones informadas sobre procedimientos que, aunque comunes, todavía necesitan mayor investigación científica.

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