El Salvador ya tiene su puro: nace La Sigua, la marca que desafía a Cuba y Nicaragua

Una marca nacida del legado familiar apuesta por llevar el sabor y la identidad salvadoreña al mundo del tabaco premium con puros hechos en el país.

La Sigua es la primera marca de puros completamente hecha en El Salvador, desde el cultivo hasta el empaque. Fundada por Bryan Vides y Mark Harrison, esta empresa busca posicionar al país en la industria global del tabaco premium. Inspirada en la historia familiar de Bryan y en la riqueza volcánica de los suelos salvadoreños, La Sigua no solo ofrece calidad artesanal, sino también un fuerte arraigo cultural y una identidad visual única.

“Mi abuelo compraba tabaco aquí en El Salvador. Yo nunca lo conocí, pero siempre quise honrar su legado con algo hecho en esta tierra”, comenta Bryan Vides, quien desde joven sintió el vacío de que El Salvador no contara con un puro nacional. “Siempre llevaba el corazón roto que El Salvador no tenía un puro hecho en El Salvador”.

La idea tomó fuerza cuando conoció a Mark Harrison, un estadounidense que se enamoró de la pasión que Bryan tenía por su cultura. “Queríamos algo auténtico. Desde el tabaco hasta el empaque, todo es salvadoreño. Todo cuenta una historia”, expresa Harrison, convencido del potencial de la tierra y la identidad local. Ambos decidieron lanzarse a este emprendimiento sin tener vínculos con la industria tabacalera ni un mercado consolidado.

Crear una marca de puros en un país sin tradición en este rubro implicó numerosos retos. “No tuvimos mucho apoyo de nadie… no creían mucho en que El Salvador tuviera un puro”, recuerda Bryan. “El cigarro, la gente lo relaciona a productos que no tal vez sean buenos para la salud, pero un puro es diferente, es para una ocasión especial, como un vino guardado para celebrar”.

En cuanto a la logística, Harrison comenta: “Las dificultades han sido crear la atmósfera para que la gente disfrute del producto, así como la documentación para poder llevar el producto al mercado de la forma correcta”. La marca debió cumplir con las normas locales, incluyendo el empaquetado con pictogramas de advertencia sanitaria, similares a los que se utilizan en los cigarrillos. “Tuvimos que ingeniarnos una caja que cumpliera con la ley pero que también mantuviera la presentación elegante del puro”, señala Bryan.

Uno de los aspectos más cuidados fue la identidad visual del producto. La caja y la banda fueron diseñadas por una universitaria salvadoreña con referencias culturales muy marcadas. “La marca La Sigua era una leyenda, la Siguanaba, que es muy conocida aquí. Queríamos que todo lo que estuviera en la presentación dijera El Salvador”, destaca Brian. El diseño incluye volcanes, machetes, cafetales y figuras campesinas. La idea es que, al estar junto a marcas de otros países, la identidad salvadoreña resalte de inmediato.

Desde la producción se enfatiza que el tabaco es cultivado en tierras volcánicas salvadoreñas, enrollado y empacado en el país, lo que según la marca los distingue de otros mercados como Nicaragua o Cuba. “Nosotros queremos que cuando alguien en el mundo fume una Sigua, sepa que es El Salvador el que está presente”, enfatiza Bryan. A diferencia de otros países donde varias marcas comparten la misma fábrica, La Sigua apuesta por una trazabilidad directa y transparente.

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La respuesta de los aficionados a los puros ha sido positiva. Bryan cuenta que muchos al principio pensaban que era un producto nicaragüense, pero al saber que era salvadoreño se sorprendían. “Hay muchas personas que ni siquiera fuman, pero nos escriben porque quieren tener algo hecho en El Salvador. Eso nos llena de orgullo”.

La marca también ha sido sometida a pruebas a ciegas junto a puros de fábricas reconocidas internacionalmente, obteniendo calificaciones altas. “Cada puro que producimos es perfectamente revisado… queremos asegurarnos que este sea una experiencia ideal”, indica Mark. Han sido invitados a podcasts, reseñas en revistas y eventos especializados.

El primer lote está destinado a Estados Unidos, con una meta de exportación inicial de 3,000 puros. “Queremos hacer las cosas bien. Si nos toca tardar un poquito más, preferimos esperar y entregar un producto perfecto”, asegura Harrison. Ya tienen ordenadas cajas para 10,000 unidades, y proyectan que en 2026 podrán expandirse a nuevos mercados sin sacrificar el detalle artesanal.

El valor percibido del origen «hecho en El Salvador» aparece como ventaja competitiva en un mercado donde la mayoría de las marcas premium proceden de Nicaragua, Honduras o República Dominicana. La Sigua no busca competir por volumen, sino por autenticidad, trazabilidad y diseño. “Nuestro sueño es que un día alguien se siente a hablar de negocios, a celebrar una ocasión, y lo haga con un puro salvadoreño en la mano”, concluye Bryan.

NO PROMOVEMOS EL CONSUMO NI LA DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DERIVADOS DEL TABACO. SEGÚN LA LEY DE EL SALVADOR (LEY PARA EL CONTROL DEL TABACO, DECRETO LEGISLATIVO NO. 771 – ARTÍCULOS 4 Y 5) “la presente Ley se aplica a toda persona … que se dediquen a la exportación, importación, producción, promoción, publicidad, patrocinio, comercialización … del tabaco y sus productos”. ESTA NOTA TIENE FINES PERIODÍSTICOS Y CULTURALES.

Equipo elsalvador.com