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Cuando se reciclan de forma adecuada, estos aparatos pueden convertirse en empleo verde y fuente de ingresos sostenibles.

E-waste en El Salvador: residuos electrónicos que pueden valer millones

Millones de residuos como celulares, computadoras y electrodomésticos viejos acaban en la basura, aunque podrían reciclarse y valer millones de dólares

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Por Karla Rodas
Publicado el 24 de noviembre de 2025

 

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El Salvador genera 6.3 kg de residuos electrónicos por persona al año, una cifra menor que otros países de la región, pero con alto potencial de aprovechamiento. Según la columna de Jaime García, el país podría convertirse en un referente regional si articula campañas, leyes e inversión privada para transformar celulares y electrodomésticos en desuso en empleo verde y valor económico. Aunque el mundo pierde USD 91 mil millones por no reciclar adecuadamente, solo el 22 % del e-waste se maneja de forma formal. Iniciativas como las del MARN y la ANDRES son pasos importantes hacia una economía circular real.

En el mundo digital de hoy, cada celular roto, microondas dañado o computadora en desuso esconde un valor económico enorme. Según el Global E-waste Monitor 2024, solo en 2022 se generaron 62 millones de toneladas de residuos electrónicos a nivel global, con materiales valorizados en USD 91 mil millones. Sin embargo, apenas el 22.3 % fue reciclado de manera formal.

El Salvador, aunque genera una cifra baja de residuos electrónicos per cápita (6.3 kg anuales, unas 14 libras al año), tiene condiciones que lo posicionan como un potencial líder en soluciones de reciclaje electrónico en la región: una alta densidad poblacional que facilita la logística y una economía dolarizada que permite conectar fácilmente el valor de los materiales recuperados con los mercados internacionales.

Para el investigador Jaime García, columnista y experto en sostenibilidad, esta es una oportunidad única: “Tenemos una mina silenciosa en nuestros hogares y oficinas, pero todavía no la estamos explotando. Mientras la economía digital crece, la economía circular se queda atrás”.

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¿Qué se está haciendo en El Salvador?

Campañas del MARN: reciclaje a cambio de árboles

El Ministerio de Medio Ambiente (MARN) impulsa campañas periódicas de recolección de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), invitando a la población a entregar sus dispositivos antiguos como celulares, radios, planchas, cámaras o tablets en sus instalaciones. En algunas jornadas, incluso se ofreció un árbol a cambio del desecho, promoviendo doble impacto ambiental: reciclaje y reforestación.

Según reportes oficiales, estas campañas ya han recolectado más de 100,000 libras de residuos, los cuales han sido enviados a centros certificados para su tratamiento adecuado, evitando que metales pesados o plásticos contaminantes lleguen a suelos, ríos o afecten la salud humana.

Miles de aparatos electrónicos terminan en la basura cada año, pese a contener materiales valiosos como oro, cobre y litio.
Miles de aparatos electrónicos terminan en la basura cada año, pese a contener materiales valiosos como oro, cobre y litio. Foto: Freepik

Guía técnica nacional: hacia un sistema formal de reciclaje

El MARN también elaboró la “Guía técnica para la gestión integral de RAEE en El Salvador”, donde se detallan los roles de productores, importadores, distribuidores y consumidores, además de los criterios mínimos que deben cumplir las instalaciones dedicadas a manejar este tipo de residuos. El objetivo: pasar de campañas puntuales a una estructura regulada, dentro del marco de la Ley de Gestión Integral de Residuos.

ANDRES: el nuevo jugador clave

La reciente creación de la Autoridad Nacional de Residuos Sólidos (ANDRES) da un paso más. Esta entidad tiene facultades para regular, establecer tarifas e incluso comercializar residuos reciclables, incluido el e-waste, bajo esquemas público-privados. Con esta modernización legal, El Salvador puede comenzar a tratar los residuos electrónicos no solo como un problema, sino como un recurso estratégico.

¿Qué podría ganar El Salvador si aprovecha esta oportunidad?

La columna de García plantea que, si se articulan correctamente las políticas públicas, la inversión privada y la infraestructura logística, el país podría convertirse en un laboratorio regional de reciclaje electrónico. Esto permitiría:

  • Generar empleo verde en áreas como recolección, clasificación, reparación y reciclaje.
  • Recuperar metales valiosos como oro, cobre, litio y platino.
  • Evitar contaminación ambiental, especialmente en ríos, quebradas y suelos agrícolas.
  • Posicionarse como caso de éxito centroamericano en economía circular.

García menciona tres modelos de negocio viables para impulsar este ecosistema: empresas integradas de economía circular, plataformas de logística inversa y servicios de responsabilidad extendida del productor (EPR).

El llamado “e-waste” sigue creciendo, mientras gran parte termina contaminando ríos y suelos por falta de un sistema formal de reciclaje.
El llamado “e-waste” sigue creciendo, mientras gran parte termina contaminando ríos y suelos por falta de un sistema formal de reciclaje. Foto: Freepik

¿Qué podés hacer vos?

Aunque los desafíos estructurales existen como la informalidad del sector, la falta de educación ambiental o la ausencia de incentivos para empresas recicladoras, cada persona puede ser parte de la solución:

  • Guardá tus dispositivos dañados en lugar de botarlos con la basura común.
  • Participá en las campañas del MARN para entregarlos de forma segura.
  • Informate sobre las fechas y centros de recolección más cercanos.
  • Exigí como consumidor que los comercios ofrezcan opciones responsables para el manejo de productos tecnológicos al final de su vida útil.

El Salvador: de vertedero digital a modelo circular

Con una combinación de marcos legales actualizados, campañas efectivas y visión de futuro, El Salvador podría dejar de ver los residuos electrónicos como basura y comenzar a verlos como un activo estratégico.

En palabras del propio Jaime García, “la pregunta ya no es si debemos actuar, sino quién se atreve a liderar”.

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¿Cómo lo están enfrentando otros países?

Según la columna de Jaime García, publicada a partir del Global E-waste Monitor 2024, América Latina genera en promedio 14 kilogramos de residuos electrónicos por persona al año, una cifra superior a la de Asia (6.4 kg) y África (2.5 kg). Sin embargo, solo alrededor del 30 % de esos residuos se recolecta de forma formal, lo cual está por debajo del 42.8 % reportado por Europa. Esta brecha representa tanto valor económico desaprovechado como riesgos crecientes para la salud y el medio ambiente.

García destaca que mientras Europa avanza con modelos estructurados de recolección y responsabilidad extendida del productor (EPR), muchos países de América Latina incluido El Salvador aún dependen de esquemas informales o campañas puntuales, sin lograr articular cadenas de valor sostenibles a largo plazo.

Para el autor, esta situación deja claro que “mientras la economía digital crece, la economía circular se queda rezagada”, y llama a tomar referentes exitosos de otras regiones para acelerar la transición hacia un modelo donde los residuos electrónicos se conviertan en activos económicos y no en pasivos ambientales.

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