Seis lecciones que dejó la participación de El Salvador en el Mundial Sub 17 de Qatar
La Azulita cerró su primera experiencia mundialista con un punto en tres partidos, un torneo que dejó aprendizajes clave para el futuro del fútbol juvenil salvadoreño.
Por
Roberto Montano
Publicado el 11 de noviembre de 2025
El Salvador cerró su participación en el Mundial Sub-17 de Qatar con importantes lecciones para el futuro. El torneo evidenció la necesidad de elevar el ritmo competitivo, fortalecer la estructura del fútbol juvenil y dar continuidad a los procesos. Destacaron la actuación del portero Oliver Sigernes, figura en el empate ante Colombia, y la experiencia ganada por jóvenes de la categoría 2009 que formarán parte del próximo Premundial. Aunque los resultados no acompañaron, el aprendizaje fue profundo: la Azulita dio un paso importante en su desarrollo, con la mirada puesta en el siguiente desafío rumbo al Mundial Sub-20.
El Salvador finalizó su participación en el Mundial Sub-17 de Qatar 2025 con un empate y dos derrotas, cerrando su paso por la fase de grupos con una goleada ante Alemania (7-0). Aunque los resultados fueron duros, el torneo dejó valiosas enseñanzas para el proceso formativo de los jóvenes jugadores y para el futuro del fútbol nacional. Estas son cinco lecciones que dejó el torneo para la Selecta Sub-17.
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1. El nivel mundial exige otra velocidad
La principal diferencia observada fue el ritmo de juego. Selecciones como Alemania, Colombia y Corea del Norte demostraron un nivel de intensidad, velocidad y presión que la Azulita no pudo igualar. El técnico Juan Carlos Serrano reconoció que el torneo evidenció la necesidad de mejorar en lo físico, técnico y cognitivo: “Hay que elevar la intensidad y acostumbrarse al ritmo de competencia internacional”, señaló tras la eliminación.

2. La defensa salvadoreña mostró carácter pese a la adversidad
Aunque los resultados no fueron favorables, el equipo mostró momentos de orden y sacrificio, especialmente en el empate 0-0 ante Colombia, considerado uno de los partidos más históricos del fútbol juvenil salvadoreño por ser el primer punto en la historia de nuestro país en un Mundial Sub 17. El portero Oliver Sigernes, del FC Zurich Red Star U18 suizo, fue la gran figura del torneo para El Salvador, con actuaciones notables que evitaron goleadas mayores. Su rendimiento evidenció que, pese a las diferencias, el país tiene talento con proyección internacional.

3. La experiencia de Qatar, una inversión a futuro
Serrano destacó que esta generación sentó las bases para el futuro. Cuatro jugadores del plantel son categoría 2009, por lo que podrán disputar el próximo Premundial Sub-17 en Guatemala, con la experiencia de haber enfrentado a potencias globales. “Esa vivencia les ayudará a competir con más madurez en el siguiente proceso”, afirmó el seleccionador. Para un país que llevaba años sin asistir a un Mundial juvenil, la experiencia en sí ya representa un paso importante en la formación futbolística.

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4. Urge fortalecer la estructura y las competencias locales
El Salvador evidenció la falta de roce internacional y de una estructura sólida para el desarrollo juvenil. Serrano insistió en que el país necesita más torneos, amistosos internacionales y mejor preparación física para competir con selecciones que invierten desde edades tempranas. “Si no hay competencia constante, el crecimiento se estanca”, advirtió. La experiencia en Qatar refuerza la urgencia de consolidar un plan nacional de desarrollo juvenil que garantice continuidad y nivel competitivo. Los equipos de Primera División deben fortalecer su trabajo en esta categoría y en las edades formativas.

5. Números claros que denotan las oportunidades de mejora
En cuanto a las cifras que deja esta participación, todo está muy claro: la Selecta terminó última de su grupo, con solamente un punto, producto del sufrido empate con Colombia sin goles. Los otros dos juegos fueron abultadas derrotas, por 5-0 en el debut ante Corea del Norte y por 7-0 frente a la vigente campeona de la categoría, Alemania.
En tres juegos, entonces, los dirigidos por Juan Carlos Serrano recibieron 12 anotaciones y no pudieron marcar un gol.
La falta de creación ofensiva y la carencia de gol en el pórtico rival no es solamente un problema de esta selección, sino un síntoma de generaciones tras generaciones. Como ejemplo, en la pasada Copa Oro, la Selecta Mayor que dirige "Bolillo" Gómez no pudo hacer goles en su grupo ante Curazao, Honduras y Panamá. Un mal de años que el fútbol salvadoreño, en general, debe trabajar para resolver.
6. Orgullo, aprendizaje y compromiso para el futuro
Más allá de los resultados, el grupo se va con la satisfacción de haber representado al país en un escenario mundialista. Los jugadores demostraron unión, disciplina y deseos de superación. Oliver Sigernes resumió el sentir del plantel: “Fue una experiencia muy bonita. Aprendimos mucho y ahora queremos luchar por clasificar al Mundial Sub-20”.
La ilusión sigue viva: el reto será transformar la experiencia en progreso real, consolidando un proceso que permita al fútbol salvadoreño seguir creciendo desde sus bases.
