Robo en el Louvre: más de 150 pruebas acercan a los investigadores a los ladrones
Las autoridades francesas analizan ADN, huellas y videos tras el robo millonario en el Louvre. El objetivo: recuperar las joyas antes de que sean destruidas.
Por
EFE
Publicado el 23 de octubre de 2025
Un grupo de ladrones robó ocho joyas de valor histórico incalculable del Museo del Louvre en París. La Fiscalía de París informó que los investigadores tienen más de 150 pruebas forenses, incluyendo ADN y huellas, que podrían llevar a identificar a los responsables. Las cámaras de seguridad captaron la huida en motocicleta tras ingresar al museo usando un brazo mecánico. Las autoridades creen que fue un golpe profesional con posible complicidad interna. Temen que las joyas sean desmanteladas, pero la amplia cobertura mediática podría evitarlo. El caso ha reavivado el debate sobre las vulnerabilidades en la seguridad de museos franceses.
El reciente robo de ocho joyas de valor incalculable del Museo del Louvre en París no solo dejó atónitos a los amantes del arte, sino que también desató una de las investigaciones más meticulosas en la historia reciente del patrimonio europeo.
Hoy, los investigadores cuentan con más de 150 evidencias forenses —entre muestras de ADN, huellas dactilares y registros de cámaras— que podrían permitir la pronta identificación de los responsables y la recuperación de las piezas.
“Queremos arrestar a los autores lo antes posible para recuperar las joyas antes de que se extraigan las piedras y se fundan los metales”, advirtió la fiscal de París, Laure Beccuau, en una entrevista con el diario Ouest-France.
Su declaración pone de manifiesto tanto el valor cultural del botín como la urgencia de actuar antes de que las piezas sean irreversiblemente modificadas.

Un golpe preciso y planeado: qué se sabe del robo
El asalto ocurrió el domingo por la mañana, en plena apertura del museo más visitado del mundo. Según la información oficial, un grupo de entre tres y cuatro personas accedió a la Galería de Apolo utilizando un brazo mecánico montado en una camioneta de mudanzas.
En apenas siete minutos, rompieron vitrinas y escaparon con ocho joyas que pertenecieron a Napoleón y a la realeza francesa.
La huida fue igualmente cinematográfica: los ladrones descendieron del balcón con mochilas cargadas y partieron en motocicletas de alta cilindrada, con motosierras pequeñas y los rostros cubiertos. Una de las piezas, la corona de la emperatriz Eugenia, fue hallada poco después, dañada, cerca del museo.
Aunque el ataque fue audaz, las alarmas del Louvre funcionaron. Imágenes internas y de videovigilancia urbana muestran a los sospechosos desplazándose rápidamente entre calles de París y departamentos vecinos. También se han obtenido registros de autopistas, bancos y comercios gracias a cámaras públicas y privadas.

¿Quiénes están detrás? Claves de la investigación
La fiscal Beccuau se muestra optimista sobre la posibilidad de identificar a los miembros del comando, que hasta ahora no ha dejado rastro digital ni ha intentado vender las joyas.
“Los análisis requieren plazos, aunque sean una prioridad para los laboratorios. Esperamos recibir información en los próximos días que podría proporcionarnos pistas, especialmente si los autores figuraban en los archivos policiales”, explicó.
Uno de los aspectos que más interés ha generado es la posibilidad de complicidad interna. Los investigadores ya han interrogado a los guardianes del Louvre para determinar si hubo colaboración desde adentro.
Durante una audiencia en el Senado francés, la presidenta del museo, Laurence des Cars, reconoció que las fachadas carecen de cámaras, lo cual representó una debilidad en el perímetro de seguridad. Pese a ello, la rápida reacción de los guardias evitó una sustracción aún mayor.

Patrimonio cultural en riesgo: ¿puede evitarse otro robo?
El valor económico de las joyas robadas se estima en 88 millones de euros, pero expertos insisten en que el daño al patrimonio es mucho mayor. Las piezas incluían el collar del conjunto de zafiros de la reina María Amelia y otra joya histórica con 631 diamantes. “Su valor histórico supera cualquier tasación económica”, subrayó la fiscal Beccuau.
El robo ha vuelto a encender las alarmas sobre la seguridad de los museos en Francia. En los últimos meses, el país ha enfrentado otros robos de alto perfil, como la sustracción de oro nativo del Museo Nacional de Historia Natural. El propio presidente Emmanuel Macron lo calificó como “una herida al patrimonio cultural de Francia” y urgió a modernizar los sistemas de seguridad del Louvre.
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¿Qué puede pasar ahora con las joyas?
Las autoridades temen que las joyas sean desmanteladas para su venta por partes. Pero la intensa cobertura mediática podría disuadir a los ladrones de intentar modificar o colocar las piezas en el mercado. “Quiero ser optimista”, dijo la fiscal, reflejando la esperanza de que las joyas aún puedan ser recuperadas íntegras.
El caso, que ya ha captado la atención internacional, no solo pone a prueba la eficacia del sistema judicial francés, sino que también lanza un mensaje claro: incluso los crímenes más elaborados dejan huellas. Y esta vez, hay más de 150 pistas que podrían devolverle a Francia un pedazo invaluable de su historia.
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