Shi-Fam, un restaurante que sobrevive al paso del tiempo en San Salvador
Fundado en 1968 por Nicolás y Rosa Quan, Shi-Fam se mantiene como uno de los restaurantes chinos más emblemáticos del Centro Histórico, con su icónica estrella amarilla.
Por
Leidy Puente
Publicado el 05 de octubre de 2025
En el corazón del Centro Histórico de San Salvador, Shi-Fam sigue siendo un clásico que ha resistido al paso del tiempo. Fundado en 1968 por la familia Quan, este restaurante mantiene viva la esencia de la cocina cantonesa con platos abundantes, precios accesibles y el mismo sabor de hace más de medio siglo. Hoy, bajo la tercera generación, ofrece favoritos como el arroz cantonés, chow mein y el tradicional wantán. Más que un negocio, Shi-Fam es parte de la memoria capitalina: un rincón sencillo y auténtico donde la historia y la buena comida se sirven en cada plato.
En pleno Centro Histórico de San Salvador, sobre la 9.ª avenida Sur, entre calle Arce y 2.ª calle Poniente, se encuentra un restaurante que ha resistido remodelaciones, ventas ambulantes, crisis económicas y modas pasajeras. Su nombre es Shi-Fam, y este 2025 se agencia 56 años de servir los mismos sabores que conquistaron a generaciones enteras.
El lugar fue fundado en 1968 por los esposos Nicolás y Rosa Quan, una pareja originaria de China que llegó al país en la década de 1920. En aquel tiempo, abrir un restaurante de comida oriental en el centro capitalino era una apuesta arriesgada, pero ellos confiaron en que el paladar salvadoreño se enamoraría del toque cantonal. Y no se equivocaron.
Su propuesta era sencilla: comida casera, abundante, económica y con el auténtico sabor de la cocina china. A lo largo de los años, Shi-Fam se convirtió en un referente del centro y en un punto de encuentro para quienes buscaban un almuerzo completo a precio justo.

Te recomendamos: El Café de Don Pedro, 66 años de sabor y tradición en San Salvador
Tradición familiar que no se detiene
Hoy, la tercera generación mantiene viva la esencia del restaurante. Cali Quan, nieta de los fundadores, dirige el negocio junto a su familia, procurando que las recetas y el ambiente no pierdan su esencia. “Es un gran honor y un reto mantener esto sin que pierda la calidad y el sabor”, afirma.
El menú sigue casi intacto: los clásicos platos combinados —que incluyen arroz cantonés, chow mein, carne salteada, ensalada y papitas— siguen siendo los más pedidos. También destacan el wantán crujiente, el lomito con verduras, el pollo cantonés y el bistec encebollado, una versión local que se ganó un lugar entre los favoritos del público.
Además, Shi-Fam conserva un pequeño mostrador donde se venden productos básicos de la cocina oriental, como salsa de soya artesanal, láminas para wantán y tortillas de taquito, ideales para quienes desean cocinar en casa con el mismo toque del restaurante.

Shi-Fam ha sido testigo silencioso de la transformación del corazón de San Salvador. Durante décadas, su fachada quedó oculta entre puestos de venta informal, pero nunca perdió a sus clientes fieles, quienes lo buscaban entre los laberintos de toldos y carretillas.
Hoy, con el proceso de revitalización urbana del Centro Histórico, el restaurante luce de nuevo visible. La estrella amarilla en su fachada es una postal de la memoria capitalina, un símbolo que evoca tiempos en los que ir “al centro” era toda una tradición.
“Antes era más complicado llegar, pero los clientes venían igual porque sabían que aquí encontraban calidad”, comenta Cali. Esa lealtad ha permitido que el negocio no solo sobreviva, sino que se mantenga vigente frente a una competencia que cambia con rapidez.
El restaurante también ha visto pasar generaciones de comensales: abuelos que hoy llegan acompañados de sus nietos, turistas curiosos y trabajadores del centro que no conciben su rutina sin un almuerzo en Shi-Fam.

El secreto
A diferencia de los restaurantes modernos o las cadenas internacionales, Shi-Fam se sostiene con un modelo simple y honesto, comida servida al instante, trato amable y una sazón que no ha cambiado en más de medio siglo.
El ambiente conserva ese aire familiar y sin pretensiones que tanto aprecian sus clientes. Las mesas sencillas, el sonido de los woks y el aroma del arroz frito son parte de una experiencia que muchos describen como “volver al pasado”.
“Aquí no venís solo a comer, venís a revivir recuerdos”, dice don Ernesto, cliente desde 1980. “Yo traía a mis compañeros de trabajo y ahora traigo a mis nietos. Todo sigue igual, y eso me gusta”.

Dónde encontrarlo y cuándo visitarlo
- Dirección: 9.ª avenida Sur, entre calle Arce y 2.ª calle Poniente, a pocos pasos de Plaza Centro y a la par de Panadería Lido.
- Horarios: de lunes a sábado, de 9:00 a. m. a 7:00 p. m.; domingos, de 9:00 a. m. a 5:00 p. m.
- Servicios: comedor, pedidos para llevar y entregas a domicilio.

Un legado que se mantiene firme
La permanencia de Shi-Fam es testimonio de la fuerza de las tradiciones familiares y del valor de hacer las cosas bien, sin complicaciones. Cali y su familia están decididos a mantener vivo el legado de sus abuelos.
“Queremos que Shi-Fam siga siendo ese lugar donde la gente se sienta bienvenida y recuerde que aquí todo comenzó hace más de 50 años”, afirma.
Con su estrella amarilla brillando en la fachada y el aroma del arroz cantonés saliendo del wok, Shi-Fam sigue siendo una joya del Centro Histórico, un restaurante que ha sobrevivido al paso del tiempo y al ritmo cambiante de San Salvador.

TAGS: Centro histórico | Gastronomía | Notas de antaño | San Salvador
CATEGORIA: Turismo | Sabores de El Salvador
