Ruta de las Flores: conocé las flores que representan a cada destino
La Ruta de las Flores es uno de los circuitos turísticos más famosos del occidente del país. Cada distrito está representado por una flor distintiva
Por
Leidy Puente
Publicado el 02 de octubre de 2025
La Ruta de las Flores en El Salvador es un recorrido que une historia, cultura y naturaleza a través de seis distritos, cada uno con una flor como emblema. Ahuachapán se identifica con la gerbera, símbolo de alegría; Ataco con la suculenta, reflejo de resiliencia; Apaneca con el anthurium, sinónimo de hospitalidad; Juayúa con la flor de tango, que transmite pasión; Salcoatitán con el girasol silvestre, símbolo de esperanza; y Nahuizalco con el ginger, que evoca frescura. Viajar por esta ruta es descubrir tradiciones, paisajes y sabores que hacen del occidente salvadoreño un destino único.
Entre Ahuachapán y Sonsonate se extiende la Ruta de las Flores, un recorrido que reúne historia, gastronomía, murales y naturaleza. Más allá de la belleza de sus paisajes, cada distrito tiene una flor como símbolo, una manera de mostrar su carácter y su riqueza natural.
De acuerdo con el Ministerio de Turismo (MITUR), estas flores, que crecen en la región y son parte de su entorno, fueron escogidas como emblemas por su colorido, resistencia y por los valores que transmiten. Al visitarlas, no solo se conocen pueblos pintorescos, también se descubren las especies que mejor reflejan la identidad del occidente salvadoreño.
Ahuachapán – Gerbera
La gerbera es la flor que identifica a Ahuachapán. Con sus pétalos amplios y colores vibrantes que van desde el amarillo hasta el rojo, es reconocida por transmitir energía positiva y vitalidad. Su resistencia y vistosidad la convierten en una de las flores ornamentales más cultivadas a escala mundial.
Ahuachapán es la entrada a la ruta y ofrece atractivos como el Parque La Concordia, rodeado de arquitectura colonial, y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVIII. También es conocido por sus aguas termales y su tradición cafetalera. La gerbera, con su sencillez y alegría, encaja con el carácter acogedor del distrito.

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Concepción de Ataco – Suculenta
La suculenta es la planta que representa a Ataco. De hojas carnosas capaces de almacenar agua, es símbolo de resiliencia, fortaleza y adaptación. Su belleza radica en la simplicidad y en la variedad de formas que adopta, convirtiéndola en una variedad ideal para climas de montaña.
El distrito, cuyo nombre en náhuat significa “Lugar de elevados manantiales”, es uno de los más concurridos por turistas. Sus calles adoquinadas están adornadas con murales coloridos, cafés pintorescos y tiendas de artesanías.
Ataco también es famoso por sus miradores, que regalan vistas únicas de la cordillera Apaneca-Ilamatepec. La suculenta representa con precisión la capacidad del pueblo de crecer y florecer en cualquier circunstancia.

Apaneca – Anthurium (Anturio)
El Anthurium, conocido popularmente como anturio, es la flor que distingue a Apaneca. Se caracteriza por su forma de corazón y su intenso color rojo, aunque también existen variedades en blanco y rosado. Su simbolismo está asociado a la hospitalidad, la elegancia y la resistencia.
Apaneca, “Río de Vientos” en lengua náhuat, es un destino que combina aventura y naturaleza. Entre sus principales atractivos está la Laguna Verde, ideal para caminatas rodeadas de bosques.
La adrenalina también es parte de la experiencia, con recorridos en buggies y canopy sobre pinos y cafetales. El Anthurium refleja la elegancia natural de este sitio, al tiempo que resalta su calidez hacia los visitantes.

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Juayúa – Flor de Tango
La flor de tango, de pétalos rojizos y delicados, es el símbolo de Juayúa. Su aspecto vibrante y su energía transmiten pasión y fuerza, valores muy ligados a la cultura y las tradiciones de este lugar.
Juayúa es reconocido por su feria gastronómica de fines de semana, un punto de encuentro para probar desde platillos típicos hasta propuestas innovadoras.
También, es un destino ideal para el ecoturismo: la Ruta de las Siete Cascadas y los Chorros de la Calera son algunos de sus principales atractivos. La iglesia dedicada al Cristo Negro completa el panorama, convirtiéndose en un referente religioso y turístico.

Salcoatitán – Girasol Silvestre
El girasol silvestre es más pequeño que el tradicional, pero conserva su característica principal: seguir el movimiento del sol. Se asocia con la esperanza, la vitalidad y la energía renovadora.
Salcoatitán, cuyo nombre significa “Ciudad del Quetzalcóatl, dios del viento y lucero de la aurora”, es un distrito pequeño, pero lleno de encanto. Sus calles están adornadas con mosaicos y murales, y cuenta con espacios como el Museo de la Imprenta, que conserva parte de la historia gráfica del país.
La gastronomía local, con delicias como la yuca frita y las pupusas, completa la experiencia. El girasol silvestre refleja perfectamente la calidez de su gente y el ambiente soleado del lugar.

Nahuizalco – Ginger
El ginger es la flor que representa a Nahuizalco. Sus tallos alargados y colores intensos la convierten en una de las más llamativas del trópico. Su significado está vinculado con la frescura, la abundancia y la vitalidad.
Nahuizalco, “Cuatro lugares de obsidiana” en náhuat, es conocido por su mercado nocturno, donde la luz de los faroles acompaña la venta de artesanías en madera, tule y mimbre.
Este distrito mantiene vivas sus raíces indígenas a través de sus festividades, tradiciones y expresiones culturales. En su gastronomía destacan los atoles y los dulces típicos, como la semita de yema. El ginger, por su frescura y resistencia, es el emblema perfecto de este lugar lleno de tradición.

Flores que marcan identidad
De esta manera, cada destino de la Ruta de las Flores ha encontrado en una especie floral la manera de contar su historia y reforzar su identidad. Ahuachapán refleja alegría con la gerbera; Ataco, resiliencia con la suculenta; Apaneca, hospitalidad con el Anthurium; Juayúa, pasión con la flor de tango; Salcoatitán, esperanza con el girasol silvestre; y Nahuizalco, frescura con el ginger.
La Ruta de las Flores es un recorrido que va más allá de los paisajes o la gastronomía, es un viaje simbólico donde la naturaleza se convierte en lenguaje y cada flor en un relato. Descubrirlas es comprender por qué este circuito turístico es uno de los más emblemáticos del occidente salvadoreño.
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