El poder del mar, la próxima frontera energética de El Salvador

El Salvador ha iniciado el análisis de una de las fuentes renovables menos explotadas a nivel mundial: la energía del mar, que aprovecha el movimiento de olas, mareas y corrientes marinas para producir electricidad. 

Aunque el país todavía se encuentra en una etapa exploratoria, estudios académicos y experiencias internacionales muestran que esta tecnología podría convertirse en un motor de diversificación energética y desarrollo económico en las próximas décadas.

¿Qué es la energía del mar?

La energía marina, también llamada energía oceánica, agrupa distintas formas de generación:

• Undimotriz, basada en el aprovechamiento del movimiento de las olas.
  
• Mareomotriz, que utiliza la diferencia entre marea alta y baja para mover turbinas.
  
• Corrientes marinas, que transforman la energía cinética del flujo oceánico.
  
• Eólica marina, que instala turbinas en el mar, donde los vientos son más constantes.
  

De acuerdo con la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar en España publicada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO, 2021), estas tecnologías son “un vector estratégico para alcanzar la descarbonización, garantizar seguridad energética y abrir nuevas oportunidades industriales”.

Estudios en El Salvador

Investigadores de la Universidad de El Salvador (UES) realizaron un Estudio de pre-factibilidad para generación de energía mareomotriz, donde identificaron que zonas de la costa salvadoreña presentan condiciones viables para proyectos piloto. El documento subraya que “la energía del mar, aunque aún incipiente en Centroamérica, podría complementar de manera sostenible la matriz nacional”.

Otro informe de la misma universidad sobre la situación energética nacional destaca que, pese a que en 2024 casi el 60% de la electricidad provino de fuentes renovables, el país todavía depende de combustibles fósiles importados.

“Diversificar hacia energías marinas ayudaría a reducir la vulnerabilidad externa y a mejorar la seguridad energética”, concluye el estudio.

Iniciativas institucionales y cooperación internacional

La Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) ha mostrado interés en proyectos de generación marina.
“Estamos analizando con expertos internacionales, especialmente de España, las posibilidades de instalar equipos que transformen el oleaje en energía eléctrica. Es una apuesta de mediano plazo que puede cambiar la matriz energética del país”, declaró el presidente de CEL, Daniel Álvarez, en referencia a los primeros estudios técnicos realizados junto a especialistas europeos.

Al mismo tiempo, organizaciones como El Salvador Sostenible han explorado acuerdos con empresas extranjeras, entre ellas Eco Wave Power, compañía pionera en tecnologías de conversión de olas en electricidad. El objetivo de estas alianzas es atraer inversión, promover transferencia de conocimiento y posicionar al país dentro de una industria energética emergente en la región centroamericana.

Este interés institucional conecta con experiencias internacionales, como las desarrolladas en España, Portugal y Chile, donde proyectos piloto de energía undimotriz han demostrado ser viables tanto técnica como económicamente en escenarios costeros.

De acuerdo con el Proyecto Undimotriz de la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires (FRBA-UTN), estos ensayos generan aprendizajes clave para países en vías de adoptar esta tecnología: “la instalación de convertidores de olas genera empleos altamente calificados, desarrolla cadenas de valor locales y posiciona a los países pioneros en un sector con proyección mundial”.

¿En qué ayudaría a El Salvador?

Los beneficios potenciales para el país son múltiples:

1. Reducción de importaciones fósiles.
   Al sustituir parte de la generación térmica a base de búnker o diésel, se disminuiría la factura petrolera y se liberarían recursos para otras inversiones.
   
2. Estabilidad en tarifas eléctricas.
   Con más diversidad de fuentes, los costos de la energía serían menos sensibles a la volatilidad internacional del petróleo.
   
3. Impulso al desarrollo costero.
   La construcción y operación de proyectos marinos demandaría empleos en ingeniería, construcción, logística y mantenimiento, generando oportunidades en zonas litorales tradicionalmente rezagadas.
   
4. Innovación y transferencia tecnológica.
   Universidades y centros de investigación locales podrían vincularse a proyectos internacionales, fortaleciendo el capital humano en energías de vanguardia.
   
5. Cumplimiento climático.
   La energía del mar es renovable y sin emisiones directas de carbono, lo que contribuiría al cumplimiento de los compromisos del país en el marco del Acuerdo de París.
   

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Retos para El Salvador

El camino, no obstante, está lleno de desafíos. La Universidad de Antioquia (Colombia), en una tesis reciente sobre diseño de generadores undimotrices, advierte que la principal barrera de estas tecnologías es el alto costo inicial de instalación y el mantenimiento en ambientes marinos agresivos. Además, subraya que “se requiere un marco regulatorio adaptado a las condiciones locales y un sistema de incentivos que permita la viabilidad económica”.

Para El Salvador, esto implica diseñar normativas específicas para concesiones marítimas, evaluar impactos ambientales en ecosistemas costeros y asegurar la participación de comunidades pesqueras en los proyectos. Sin estos pasos, la introducción de la energía del mar podría enfrentar resistencia social o riesgos ambientales.

Perspectiva a futuro

Los estudios de la UES plantean que un proyecto piloto podría implementarse en la próxima década, si se logra apoyo financiero internacional y alianzas con empresas especializadas. Aunque la tecnología aún no está madura para una expansión masiva, iniciar con ensayos experimentales permitiría al país no quedarse atrás en una tendencia global.

La Hoja de Ruta española (MITECO, 2021) proyecta que para 2030 las energías marinas podrían ser competitivas en costo, gracias a economías de escala y avances tecnológicos. Si El Salvador acompaña este proceso con investigación y regulación, podría convertirse en un referente regional en energías del mar.

El país se encuentra en una etapa temprana de exploración de la energía marina, pero las señales son claras: se trata de una oportunidad para diversificar la matriz, reducir importaciones de combustibles fósiles, generar empleo costero y fortalecer la resiliencia climática. Con planificación a mediano plazo y apoyo institucional, el país podría transformar sus olas en un activo económico de gran valor.

Fuentes retomadas:

• Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO, España). Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar (2021).
  
• Universidad de El Salvador (UES). Estudio de pre-factibilidad para generación de energía mareomotriz (2022).
  
• Universidad de El Salvador (UES). Repositorio institucional sobre matriz energética nacional (2022).
  
• Universidad Tecnológica Nacional, FRBA-UTN (Argentina). Proyecto Undimotriz: artículos científicos y tesis (2020-2023).
  
• Universidad de Antioquia (Colombia). Diseño de generador undimotriz para zonas costeras (2023).