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El Café de Don Pedro

El Café de Don Pedro, 66 años de sabor y tradición en San Salvador

Desde 1959, este icónico restaurante mantiene vivas las recetas de la familia Dalmau y su esencia como el drive-in más antiguo de la capital. El Club Sándwich Los Ángeles sigue siendo el platillo favorito.

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Por Leidy Puente
Publicado el 16 de septiembre de 2025

 

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El Café de Don Pedro es un ícono de San Salvador desde 1959. Fundado por el cubano Pedro Dalmau “Pedritín”, fue pionero con su servicio drive-in en la avenida Roosevelt. Hoy, tras 66 años, la cuarta y quinta generación de la familia mantienen vivo el legado con recetas clásicas como el Club Sándwich Los Ángeles, el gallo en chicha y la sopa de mondongo, inspiradas en la “Abuela Celia”. Más que un restaurante, es un punto de encuentro cargado de historia, nostalgia y sabor, donde cada visita se convierte en un viaje al pasado de la gastronomía salvadoreña.

Sobre la avenida Roosevelt de San Salvador se levanta un pedacito de historia que ha visto pasar generaciones enteras. El Café de Don Pedro abrió sus puertas en diciembre de 1959 y, desde entonces, se ha mantenido fiel a un concepto que parecía sacado de película: servicio drive-in, charolas en las ventanas de los autos y un ambiente familiar que pronto lo convirtió en punto de encuentro obligado.

Fundado por el empresario cubano Pedro Dalmau y Gorrita, “Pedritín”, el restaurante se convirtió en su proyecto de vida. Hoy, 66 años después, el negocio sigue en pie gracias al esfuerzo de la cuarta y quinta generación de la familia Dalmau. Pedro Vicente, mejor conocido como “Periquitín”, y su hija Celia María lideran la transición, con la firme idea de no perder ni un ápice de la esencia heredada.

La historia del Café de Don Pedro también está íntimamente ligada a los orígenes de la televisión salvadoreña. En los años 50, don Pedro Dalmau Bazán y doña Celia Gorrita de Dalmau incursionaron en programas nacionales artísticos y culinarios.

El Café de Don Pedro
Pedro Vicente Dalmau, conocido como ‘Periquitín’, lidera hoy la cuarta generación de la familia al frente del icónico Café de Don Pedro. Foto/ Archivo

Ella fue la conductora de “Telecocina al minuto”, un espacio en Canal 6 donde se enseñaban recetas prácticas y deliciosas. Él, por su parte, lideraba el programa “El Café de Don Pedro”, que mezclaba entretenimiento con un estilo innovador para la época.

Esa chispa fue la inspiración para que en 1959, junto a Tula López de Dalmau, decidieran abrir un restaurante con el mismo espíritu familiar y creativo. Así nació un concepto pionero en el país: un café con servicio drive-in, donde la buena comida se servía directo al carro, con la calidad y hospitalidad que pronto marcarían a la familia Dalmau.

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El sabor de la “Abuela Celia”

Si hay un secreto detrás de la permanencia del Café de Don Pedro, está en la cocina. Allí todavía resuenan las enseñanzas de doña Celia Gorrita, la recordada “Abuela Celia”, quien supo mezclar la tradición cubana con los sabores salvadoreños.

El Café de Don Pedro
Las recetas de doña Celia Gorrita, la recordada "Abuela Celia", siguen vivas en cada plato que se sirve en El Café de Don Pedro. Foto/ Archivo

Su sazón dio vida a recetas que hoy son parte de la memoria gastronómica del país: el Club Sándwich Los Ángeles, el Gallo en Chicha, la Sopa de Mondongo, la Sopa Pavesa, el Pepito, el refresco de ensalada y el famoso Merecumbé. Platillos que siguen saliendo de la cocina como hace seis décadas.

“Las recetas nacieron con el cariño de mi abuela, quien siempre disfrutó cocinar para una familia que buscaba cualquier excusa para celebrar. Ese espíritu lo mantenemos: cada plato lleva ese sabor a hogar”, relató “Periquitín”.

Drive-in a la salvadoreña

El concepto del drive-in fue el distintivo del restaurante desde el inicio. Con toldo, servicio en el carro y colaboradores sonrientes, la experiencia se convirtió en una novedad irresistible para los capitalinos de los 60.

“Era como estar en una película o en Los Picapiedra, con las charolas que se montaban en la ventana del auto. Eso fue un gancho tremendo en su momento, y muchos clientes todavía lo recuerdan con cariño”, añadió Pedro Vicente.

Ese aire de modernidad de mediados de siglo nunca se fue del todo. Hoy, quienes visitan el lugar todavía encuentran esa mezcla de tradición y nostalgia que transporta a otra época.

El Café de Don Pedro
El servicio drive-in con charolas en las ventanas de los autos marcó una época inolvidable en los años 60 y 70 en San Salvador. Foto/ Archivo

Las memorias de los comensales son el mejor testimonio de lo que significa El Café de Don Pedro para la capital. Ana Martí recuerda sus visitas en los años 70: “Cuando servían en bandejas en los carros, era toda una experiencia. Acabo de volver hace poco y los desayunos siguen siendo deliciosos”.

Para Elsa Castillo, el recuerdo está ligado a su padre: “Nos llevaba de noche a comer hamburguesas y sorbetes en copas de vidrio, mientras jugábamos en los columpios que tenían abajo. Son recuerdos que aún llevo conmigo”.

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Otros como Gloria Martínez de Mejía evocan su época de noviazgo: “Hace casi 60 años mi esposo y yo veníamos seguido. Nos servían los club sándwiches en la ventana del vehículo. Era un ambiente sano, alegre, con la sonrisa amable de las meseras”.

Incluso quienes vivieron fuera no olvidan pasar por la Roosevelt. Carolina Márquez cuenta: “Venía de estudiar en el extranjero en los 90 y lo primero que pedí al aterrizar fue un merengue con café de Don Pedro. Jamás olvidaré ese sabor”.

El Café de Don Pedro
El restaurante conserva la esencia familiar que lo caracteriza desde hace 66 años, ahora en manos de la cuarta y quinta generación de los Dalmau. Foto/ Archivo

Ícono de generaciones

Aunque en los años 90 y 2000 el Café de Don Pedro tuvo sucursales en distintas zonas del país, hoy conserva únicamente su sede original en la Roosevelt. Lejos de ser una desventaja, esto lo ha vuelto más especial: un refugio para quienes buscan reencontrarse con sabores y momentos de antaño.

Sus “Almuerzos Silver”, basados en productos locales, y las noches de música en vivo, se han convertido en experiencias que refuerzan su esencia de punto de encuentro. Allí se han dado primeras citas, celebraciones familiares, reuniones de amigos y hasta despedidas memorables.

El Café de Don Pedro no solo es un negocio familiar, es un testimonio de lo que significa la perseverancia, la tradición y el amor por el buen servicio. Un lugar que ha sabido mantenerse en el tiempo porque no ha traicionado su esencia.

“No somos los mejores por ser los más antiguos, somos los más antiguos por ser los mejores”, asegura “Periquitín”, recordando que su padre “Pedritín” falleció hace 14 años, pero dejó un legado vivo.

Y es que cada bocado en la Roosevelt es también un viaje en el tiempo, un recordatorio de que en la comida compartida habita la memoria más cálida de los salvadoreños.

El Café de Don Pedro
El Club Sándwich Los Ángeles es uno de los platillos insignia del restaurante. Foto/ Archivo

Un ícono de la capital

  • Fundación: diciembre de 1959
  • Ubicación: Avenida Roosevelt, San Salvador
  • Platillo insignia: Club Sándwich Los Ángeles
  • Generaciones al frente: cinco, encabezadas por la familia Dalmau.

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