La U de Chile denuncia agresión a sus hinchas y exige sanciones a Independiente
El club chileno condenó la violencia sufrida por sus seguidores en el estadio del Independiente, donde hubo un centenar de detenidos.
Por
Roberto Montano
Publicado el 21 de agosto de 2025
El 20 de agosto de 2025, el partido de Copa Libertadores entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido tras una violenta agresión a hinchas chilenos en el estadio Libertadores de América. Hubo 19 hospitalizados, 16 dados de alta y un caso grave estabilizado. La U denunció falta de resguardo, brutalidad de barras locales y criticó que más de 100 chilenos fueran detenidos sin arrestos de agresores argentinos. El club agradeció apoyo consular y gubernamental, mientras exigió sanciones ejemplares. El hecho reaviva cuestionamientos a la Conmebol.
El partido de Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, programado para el 20 de agosto de 2025, terminó en una de las páginas más oscuras de la historia reciente del fútbol sudamericano. Lo que debía ser un duelo de alto nivel deportivo se transformó en un episodio de violencia extrema, con hinchas chilenos brutalmente agredidos en el estadio Libertadores de América.
La Conmebol decidió suspender el encuentro por falta de garantías de seguridad, mientras la directiva azul se volcó de inmediato a atender a los afectados. En la madrugada, el presidente Michael Clark y el gerente general Ignacio Asenjo recorrieron hospitales de Avellaneda y Sarandí para conocer la situación de los lesionados. El balance inicial fue de 19 hospitalizados, de los cuales 16 ya recibieron el alta y el resto se encuentra en recuperación, incluyendo un caso grave que mejoró tras una cirugía por fractura de cráneo.
Críticas a la seguridad y denuncia de impunidad por parte de la U
En un extenso comunicado, el club chileno denunció la falta absoluta de resguardo por parte del organizador y la policía argentina. Según relataron, los hinchas de Independiente ingresaron sin control al sector visitante, atacando con violencia a la parcialidad azul que se encontraba en las gradas.
La U agregó que se registraron hechos de extrema brutalidad, como intentos de irrupción al camarín visitante y daños al bus del equipo. Lo más cuestionado, señalaron, es que más de 100 hinchas chilenos fueron detenidos, mientras que no se reporta ningún arresto de los agresores locales, a pesar de las imágenes ampliamente difundidas en medios y redes sociales.
El club también valoró la ayuda recibida por parte de la cónsul chilena en Buenos Aires, Andrea Concha, y destacó la presencia del director José Ramón Correa, enviado para apoyar a los afectados en el ámbito legal.
? Comunicado oficial sobre lo ocurrido anoche en Avellaneda ⬇️https://t.co/XjMbzgqXqB
— Universidad de Chile (@udechile) August 21, 2025
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Conmebol bajo presión
El episodio reaviva las críticas hacia la Conmebol, que en los últimos años ha intentado proyectar una imagen de mayor control y profesionalismo en la organización de torneos continentales. Sin embargo, tragedias y episodios violentos han demostrado lo contrario.
La Conmebol ya había enfrentado cuestionamientos por la falta de seguridad en algunos partidos. Ahora, la brutalidad vivida en Avellaneda genera presión para que el organismo tome medidas concretas, no solo sanciones administrativas, sino reformas profundas en los protocolos de seguridad.

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Reacciones diplomáticas y apoyo del gobierno
La gravedad de los hechos movilizó incluso al Gobierno de Chile. El embajador José Antonio Viera-Gallo se reunió con la dirigencia azul y el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, viajó a Argentina para acompañar las gestiones en favor de los hinchas. “Lo deportivo pasa a segundo plano cuando hay vidas humanas comprometidas”, declaró el presidente Michael Clark, insistiendo en que la prioridad es atender a los lesionados y exigir justicia.
La U agradeció las gestiones oficiales, pero insistió en que lo ocurrido debe derivar en sanciones ejemplares para Independiente y para las autoridades que no garantizaron la seguridad.

Justicia y memoria
La Universidad de Chile cerró su comunicado señalando que la violencia de Avellaneda debe marcar un antes y un después. “Nuestra preocupación sigue enfocada en todas las personas afectadas, en ayudar a que haya justicia y que la barbarie de Avellaneda no se produzca nunca más”, enfatizó la directiva.
El caso abre un nuevo capítulo en la discusión sobre la seguridad en los estadios, la responsabilidad de los organizadores y el rol de las federaciones y gobiernos. Lo ocurrido en Avellaneda no es un hecho aislado, sino parte de un patrón que exige cambios profundos.
La pelota, una vez más, quedó en un segundo plano. Lo que se espera ahora son respuestas firmes y justicia para que el fútbol vuelva a ser un espacio de pasión, pero nunca de violencia.
