Nahomi, la joven sobreviviente de cáncer que obtuvo una beca para estudiar en EE.UU.
Con una historia inspiradora y un futuro prometedor, Nahomi es una muestra del poder de la perseverancia, la resiliencia y la solidaridad para transformar realidades.
A sus 20 años, Nahomi Michelle Serrano Ortiz se ha convertido en un referente de superación para muchos jóvenes y un país entero, al cual está representando en Estados Unidos en el programa Study of the U.S. Institutes (SUSI) 2025.
La joven universitaria, estudiante de tercer año de la carrera de Ingeniería de Software y Negocios Digitales en la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), fue seleccionada como uno de los cinco salvadoreños que representan al país este año en el programa SUSI, el cual es auspiciado por el Departamento de Estados de Estados Unidos.
El programa SUSI 2025 ofrece a estudiantes de licenciatura, de varios países, una comprensión más profunda de los Estados Unidos, y les permite mejorar sus habilidades de liderazgo. El programa académico se desarrolla en varias universidades del país norteamericano.
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Esta beca, que es otorgada a jóvenes líderes, la ha llevado a estudiar durante cinco semanas en Amherst College, Massachusetts, donde ha fortalecido sus conocimientos sobre participación cívica, ciudadanía y cultura estadounidense.


“Me lo dieron como regalo de Navidad, el 26 de diciembre (2024). Me puse a llorar. Era una de cinco jóvenes seleccionadas a nivel nacional. No me lo podía creer”, cuenta Nahomy, conmovida por la oportunidad que, además, le permitirá optar a fondos para desarrollar un proyecto educativo al regresar al país.
Su deseo es devolver a su comunidad todo lo aprendido. Uno de sus proyectos es el desarrollo de un programa que permita la implementación de clases tecnológicas en escuelas públicas, en el distrito de Santa Tecla, donde actualmente reside. Su deseo es que los niños tengan mayor acceso a las tecnologías en sus centros de estudio.
Para ello planea aplicar a un programa de competición local que otorga un fondo de $500 para proyectos sociales.
"A mí me gusta compartir un montón, es lo que he aprendido a lo largo de mi vida, por lo mismo del proceso que pasé de la enfermedad del cáncer. Aprendí que todo lo que uno recibe se tiene que devolver en algún momento", apunta.
Destacada estudiante y líder social
Nahomi sobrevivió a un cáncer de ovario, enfermedad que le fue diagnosticada a los 13 años, no obstante, a pesar de haber enfrentado este duro proceso, ha brillado en el ámbito académico y se ha destacado como una activa promotora de la educación y la participación juvenil.
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Su compromiso social no es nuevo. Desde hace años, participa como educadora voluntaria en Glasswing International, donde imparte clases de debate y robótica.
En la ESEN también lidera asociaciones estudiantiles centradas en el empoderamiento femenino.

Nahomi es vicepresidenta de “Girl Up”, organización encargada del empoderamiento femenino de la comunidad universitaria y mujeres al exterior del campus; asimismo, es líder de recursos humanos en "HOPE", una organización donde se encarga de vincular con empresas y la Fundación Ayúdame a Vivir para la atención de niños con cáncer de El Salvador.
Sin duda, su vinculación con la Fundación Ayúdame a Vivir tiene un valor especial: Al haber vivido en carne propia los estragos del cáncer, ahora comparte su testimonio para acompañar y motivar a otros pacientes y sus familias.
“Entiendo el dolor de los padres. Vi a mi abuela llorar a escondidas, y a mi mamá llegar con los ojos rojos, pero con una sonrisa para no preocuparme”, recuerda.
Su paso por el Hospital Nacional de la Mujer por varios años marcó un antes y un después: “Aunque estaba en quimioterapia, jugaba con el atril del suero como si fuera una patineta. Quería hacer reír a las demás pacientes. Yo era la única paciente menor de edad atendida en ese momento. Una señora incluso decidió operarse porque me vio hacerlo a mí. Lamentablemente falleció, pero eso me mostró que podía ser ejemplo de valentía para otros”, relata.
Nahomi sigue en remisión y espera recibir el alta médica definitiva en los próximos años.
Mientras se especializa en el extranjero, sigue activa con sus responsabilidades en El Salvador, llevando las clases de la universidad de manera simultánea y atendiendo asuntos de las organizaciones sociales a las que pertenece.
Desde sus primeros años de estudio Nahomi ha sido una alumna destacada. Su esfuerzo y dedicación le permitió hace tres años obtener una beca completa en la ESEN para cursar su carrera profesional.
Señala que siempre ha estado rodeada de personas que la han apoyado, empezando por su familia.
“Cuando estaba en octavo grado fue diagnosticada, lo primero que pensé fue ‘aquí me morí’ pero hubo mucha gente que estuvo conmigo. En los momentos más difíciles le pedía a mi abuela que me dejará ir, que me dejara morir, pero siempre ella estuvo a mi lado. Nunca dejé de estudiar, mis compañeros iban recogiendo coras para que yo pudiera trasladarme a la escuela en taxi (...)”, relata.
Frente a los desafíos, su consejo para los jóvenes es claro: “Las barreras más grandes están en uno mismo. No se pongan obstáculos mayores a un milímetro. Aunque duela, aunque se caigan, siempre se puede volver a levantar”.
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