Escuela “Mónica Herrera”: La institución de la “creatividad estratégica”
En el marco del trigésimo aniversario de la Escuela “Mónica Herrera” entrevistamos a su rector Federico Harrison, quien ha pasado por todos los ámbitos de la institución: estudiante, docente y ahora rector, máxima autoridad académica de este centro de estudios, dedicado a formar profesionales con un modelo único y un objetivo esencial: Pensamiento creativo.
EDH: ¿De dónde viene la Escuela Mónica Herrera y hacia dónde va?
FH: La Mónica viene de la comunicadora y pedagoga chilena Mónica Herrera, quien fundó una escuela de comunicación; ella siempre contaba que la gente decía: "Voy a la escuela de la Mónica Herrera." Entonces se terminó llamando a la escuela de comunicación Mónica Herrera, fundada en 1980, en Chile, como un instituto profesional.
En el 1992 se abrió una segunda escuela de comunicación Mónica Herrera en Guayaquil en Ecuador, que luego pasó a ser la Universidad Casa Grande y su facultad de comunicación quedó como Mónica Herrera. Y en El Salvador nació como escuela de comunicación Mónica Herrera, abrió sus puertas en 1995. Pero el año pasado en un ejercicio de reflexión y análisis crítico, el Consejo Superior decidió ajustar el nombre hacia una nueva realidad; se suprimió el calificativo de comunicación y nos quedamos únicamente como escuela Mónica Herrera.
¿Cuál fue el motivo? las escuelas de comunicación siempre se asocian con periodismo, con áreas en las que ésta escuela nunca incursionó; pero, además, porque en los en los últimos años la escuela ha incursionado en áreas como la innovación, el pensamiento de diseño, la estrategia digital. Entonces, de pronto son ámbitos que se alejan un poco de lo que entendemos como comunicación. Así es que en síntesis como que se nos quedaba un poco reducido el nombre.
Y para responder hacia dónde vamos, destacamos la reciente creación de la “Fundación Innovación y Pensamiento Disruptivo” (FIND); lo que buscamos es fortalecer el ecosistema de la escuela Mónica Herrera y llevar servicios de consultoría de alto nivel a empresas y organizaciones. En estos 30 años hemos acumulado un know-how importante en el proceso de innovación. Además, nuestros profesores tienen una experiencia adquirida durante todo este tiempo y la fundación es ese vehículo para llevar lo que hacemos en las clases de la escuela Mónica Herrera a tener un impacto en empresas y en organizaciones.
EDH: ¿Cuál es el aporte de la Escuela Mónica Herrera en estos años de vida institucional?
FH: Creo que un aporte importante en el sector de la educación fue abrir la mente a posibilidades diferentes de modelos educativos.
La Mónica Herrera surge y nace con una mirada muy clara, que es la de tener una propuesta metodológica distinta; hacer una aproximación diferente a la convencional de cómo se organiza una institución educativa; también de cómo se gestiona una institución educativa y del tipo de profesionales que forma una institución educativa.
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Entonces, la Mónica Herrera nació con una mirada metodológica distinta, más que con una visión de carreras o programas en mente.
Creo que el primer aporte fue pensar que había otra forma de cómo de cómo acceder a la educación superior y de cómo estudiar. La escuela lo que hizo en sus inicios fue atraer a esos jóvenes que no nos adaptamos a una universidad convencional; que no nos veíamos en un aula de clase numerosa estudiando contenidos, sino en un ambiente distinto viviendo experiencias de aprendizaje.

EDH: ¿Cómo se puede definir el modelo educativo de la Escuela Mónica Herrera”?
FH: El modelo parte de una idea de Mónica Herrera, no es un supuesto muy teórico, pero sí es importante y determinante. En el año 1982 ella escribió el enfoque, que se define en estos términos: "El énfasis de la escuela no está en preparar individuos para funciones o situaciones estáticas; para un momento de la existencia, para una profesión específica o un empleo dado o para absorber un quehacer convencional." Entonces, la escuela siempre buscó formar a las personas más allá de un puesto de trabajo concreto o de una carrera en específica.
Hoy se habla mucho de “aprender a aprender”, pero en la escuela siempre se ha hablado de formar gente que “aprenda a aprender” y se adapte a los cambios. Luego aparecieron las “competencias” en el mundo educativo. Nosotros también transitamos ese camino y se llegó a formular este modelo educativo que gira alrededor de priorizar la formación de nuestros alumnos en cinco competencias que nosotros llamamos transversales.
Para nosotros una persona debe ser capaz de: 1) pensar críticamente, 2) de resolver problemas, 3) de innovar, 4) de trabajar en equipo y 5) de comunicarse de manera efectiva; esa persona va a poder adaptarse a los cambios que vayan surgiendo.
También formamos o atraemos a estudiantes interesados en desenvolverse en carreras creativas; y el mundo de las industrias creativas cambia muchísimo; incluso, hay puestos de trabajo que antes no existían; por ejemplo, ahora el puesto de trabajo más frecuente o demandado que llega a nuestros estudiantes es de diseñador “UX” (User Experience); y mañana va a ser otro y en 5 años vamos a estar hablando de otra cosa.
Entonces, si nosotros garantizamos que nuestros estudiantes dominan esas cinco competencias logramos nuestra meta; y alrededor de esas competencias se diseñó un modelo educativo que tiene cuatro pilares: Uno es el aprendizaje experiencial. Nosotros siempre hablamos de que la escuela tiene que ser experiencias y no lecciones. El segundo es la educación personalizada, para nosotros eso es importantísimo e implica una cultura organizacional muy particular; nuestros grupos de clases son pequeños, tenemos 6.6 estudiantes por cada profesor. Lo tercero es la conexión con el entorno; nuestra institución fue creada por un grupo de empresarios, y nuestra metodología se basa en experiencias que surgen de problemas reales de organizaciones reales. Y la cuarta es fomentar la autonomía en el aprendizaje, porque en ese aprender a aprender nosotros tenemos que darle espacio a los estudiantes para que cuestionen, para que decidan sus rumbos.
EDH: Hablemos de internacionalización y de la conexión de la Escuela Mónica Herrera con lo global
FH: Normalmente internacionalización se resume a movilidad de estudiantes, intercambios, movilidad de profesores; nosotros, por supuesto hacemos eso, pero quizás para nosotros lo importante es llevar ese sello Mónica Herrera a otros países. Tenemos la convicción que difícilmente hay en otros lugares una institución parecida a la nuestra, porque las instituciones o las universidades convencionales tratan de parecerse a ellas mismas.
Todos los años llevamos un grupo de estudiantes a la feria más importante de diseño en Estados Unidos: Wanted Design. Nuestros estudiantes tienen la oportunidad de trabajar en equipo con estudiantes de escuelas de diseño de las más prestigiosas a nivel mundial, siempre con un trabajo destacado, eso nos llena muchísimo de orgullo.
Otro ejemplo; pese a que no somos una escuela de arte, pero obviamente nuestros estudiantes son creativos, organizamos un certamen para diseñar piezas de arte que representaran los 90 años de relación entre Salvador y Japón. Los dos ganadores van a ir a Japón a exponer.

EDH: ¿Cómo está la tasa colocación de graduados en empleos?
FH: Nuestros estudiantes no van a pasar 5 años dedicados 100% a estudiar. Ya sea porque necesitan apoyar económicamente a su familia y costearse los estudios o por pura vocación; la mayoría de nuestros estudiantes comienzan a trabajar en el tercer año de la carrera. El monitoreo que más nos interesa es qué está pasando al año siguiente de que se gradúan.
En efecto, al año siguiente de que se gradúan, el 94% está trabajando y el que no está trabajando es porque sigue estudiando un postgrado o maestría. El tema de la inserción laboral es algo natural al quehacer de la escuela. Comienza muy temprano.
Lo otro importante a destacar es que algunos estudiantes comienzan a generar ingresos como freelancers o pequeños emprendedores y/o empresarios, que poco a poco comienzan a hacer trabajo para la empresa de la familia o para algún amigo o conocido. Cuando menos sentimos, en el cuarto año tienen cuatro o cinco clientes, y están haciendo desarrollo en web, campañas, marketing digital entre otras actividades.
EDH: Finalmente, ¿qué significa ser rector de la de la Mónica Herrera?
FH: Nosotros buscamos parecernos más a lo que hoy se le conoce como una StartUp, más que a una universidad. Y eso implica mantener un nivel de alerta y de compromiso distinto.
Entonces, yo creo que en mi trabajo como como rector, implica mantener el entusiasmo porque los profesores, que son nuestro principal activo, sigan teniendo la libertad que han tenido para proponer cosas nuevas, para definir cambios, para idear las mejores experiencias de aprendizaje posibles, aunque eso implique que cada 5 años estemos cambiando totalmente los planes de estudio y no simplemente haciendo pequeñas modificaciones.
Entonces, mi trabajo es mantener esa cultura y parecernos lo menos posible a una universidad y centrarnos en nuestra principal característica como equipo docente y administrativo: el impulso del pensamiento creativo...

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