Tras cierre del IBA, promesa de apoyar refugios de animales y $3 millones está en el olvido

Cuando el sábado 8 de marzo, el presidente de la República, Nayib Bukele, ordenó el cierre del Instituto de Bienestar Animal (IBA) y el traslado de la administración de los refugios municipales a manos de organizaciones especializadas hubo muchas expectativas positivas sobre la medida.

En el mismo contexto, el mandatario dijo en un comunicado, en el que se refirió a la crisis del  albergue municipal de Ilopango, que el Gobierno destinaba tres millones de dólares anuales a las organizaciones ciudadanas que asumieran la gestión de los centros de resguardo en reemplazo a las alcaldías.

Pero a más de un mes del anuncio se ha constatado que algunos de estos refugios  fueron entregados a las organizaciones civiles, incluso antes de que el presidente lo hiciera público, y en un entorno apresurado.

Lee también: Bukele ordena cierre de Chivo Pets y Bienestar Animal, critica gestión tras crisis en refugio de animales

Lo más delicado, explican rescatistas que han asumido esta responsabilidad, es que tras delegar los centros de resguardo,  muchos han quedado en completo abandono, pues no han recibido ningún tipo de ayuda por parte de las autoridades, ni del gobierno central ni de las alcaldías.

Esta situación está pasando en al menos 12 albergues, según información proporcionada a este medio.
 

"Se les dijo que se tenía que presentar un presupuesto y que en base a ese presupuesto iban a estar haciendo el pago mensual. Ya en la práctica, no ha sucedido nada de eso, incluso hay algunos refugios que se entregaron sin ni siquiera tener acceso a agua potable; también refugios que se han entregado sin tener seguridad sobre la tenencia del terreno, porque son terrenos arrendados y la gente no sabe cómo hacer para seguirlos pagando", expuso Tania Grande, de Ciudadanía Animalista, organización que aunque no administra refugios directamente denuncia la problemática y reconoce la importancia de visibilizarla.

 Uno de los rescatista que ha alzado la voz para denunciar el abandono institucional es Giovany Martínez, quien asumió a su cargo el centro de resguardo municipal de Zacatecoluca.

"Me lo entregaron el 8 de marzo, el mismo día que se anunció el cierre del IBA. Lo recibí con medio saco de comida, y muchos de los animales enfermos. La alcaldía desde el primer día me retiró la ayuda", dijo el 10 de abril a El Diario de Hoy.

El entrevistado resalta que el refugio enfrenta condiciones precarias con brotes de moquillo, plagas de pulgas y perros con enfermedades graves, y que antes de su llegada, no habían recibido atención veterinaria adecuada.

Resalta que, a pesar de las promesas de apoyo económico y logístico que le hicieron representantes del IBA,  que  incluso convocaron a reuniones privadas para evitar ser identificados, no ha recibido “ni un solo centavo” de esa ayuda. Las llamadas y mensajes tampoco han sido respondidos, añade.

“No sé por qué los demás rescatistas no alzan la voz, quizás por miedo, yo también temo, me han difamado, en redes sociales han tratado de manchar mi nombre todo porque he estado denunciando la situación en la que están estos bichos (perros)”, expresó.

El entrevistado asegura que por sus propios medios y las donaciones de personas altruistas ha logrado cubrir gastos de alimentación y atención veterinaria.

Sigue leyendo: Así luce el interior del refugio de perros en Ilopango, entre denuncias de maltrato

"Estamos luchando con ellos hasta donde podamos porque en la Chivo Pets solo de dormirlos nos hablan, a ella ya la querían dormir", relata mientras señala a "Tigrita", una de las perritas con moquillo que ha presentado altas temperaturas.

Otro de los más delicados es Bruno, presenta la creatinina alta y convulsiona; Rocko también ha sido operado por un tumor TVT y recibe quimioterapias, cada una de estas con un costo de $35.

Martínez asegura que todos los días debe llevar a alguno de los canes a atención médica, en ocasiones a la Chivo Pets y muchas otras a veterinarias particulares, lo que le implica un costo de al menos $50 de transporte por cada viaje.

El refugio de Zacatecoluca funciona en el exrastro municipal, un lugar con cuartos oscuros donde una pequeña ventana permite la entrada de luz natural, los animales permanecían encerrados en estos recintos día y noche y sin energía eléctrica, explica una de las trabajadoras que ha contratado para el cuidado del lugar durante el día.

Vecinos en el lugar señalan que el albergue de animales no tiene mucho tiempo de funcionar ahí. 

"Los trajeron hace unos meses, desde diciembre si mal no recuerdo o alguno de los últimos meses del año pasado", comentó María Carranza, de 68 años. Otros de los lugareños también confirmaron este dato.

Albergue municipal de Chalchuapa

Similar situación ocurre en el albergue de Chalchuapa, Santa Ana Oeste, recinto que no cuenta con servicio de agua. El 9 de abril, su administradora, Griselda Constantino denunció condiciones críticas de infraestructura y total abandono por parte de las autoridades locales tras la disolución del IBA.

Según explica, el espacio que funciona en una antigua unidad de salud, carece también de energía eléctrica, baños y divisiones adecuadas para los 86 perros que alberga.

“Nos lo entregaron en condiciones deplorables, sin puertas, sin servicios básicos, y con los animales en estado de desnutrición, plagados de garrapatas y algunos con tumores venéreos”, afirmó la rescatista, quien dice que ha invertido recursos propios y materiales reciclados para improvisar divisiones y cubrir necesidades urgentes.

“Desde el segundo día que nos entregaron el refugio dejaron a los perros abandonados y a la fecha no han regresado, ni enviado apoyo”, aseguró.

Recibió el albergue el 9 de marzo y a partir del día 10 la alcaldía retiró del lugar a su personal.

 "Yo tengo un albergue y de lo poquito que me van donando, voy cubriendo el costo de acá, pero realmente yo ya no puedo, no puedo, no tengo para pagarle a las personas que van a cuidar, incluso en la noche se quedan solos porque no hay a quien más pagarle. Yo me movilizo en bus, de Santa Ana me vengo para acá a Chalchuapa para venir a hacer la limpieza", expone.

Señala que una de las mayores necesidades que tiene el albergue en este momento es en atenciones veterinarias y algunas reparaciones, pues ante las primeras lluvias los animalitos se han mojado.

Griselda también recibió el albergue de Santa Ana Centro, con 87 perros, donde el panorama es completamente distinto, la comuna continúa dando apoyo, el cual se ha ofrecido mientras llega la ayuda desde el gobierno central, explica. 

"Ahí no hay mucho espacio, pero tienen su comida, tienen personas que los cuidan, les limpian y tienen atención veterinaria, siguen con sus tratamientos y todo", explica la  rescatista. 

Albergue de Izalco 

Margarita de García, quien asumió la administración del albergue municipal de Izalco el 10 de marzo, habla sobre los desafíos que enfrenta tras asumir la dirección de manos del gobierno local. 

Alega que el gobierno prometió apoyo financiero, pero no ha proporcionado fondos.

La falta de atención veterinaria, instalaciones inadecuadas y recursos insuficientes para pagar al personal están entre los problemas que está enfrentando.

Señala que hace falta adecuar los espacios para separar a los animales y para ofrecerles mejores condiciones.

Ella recibió 35 perros y estima que se necesitan al menos $2,000 mensuales para operar dignamente, incluyendo alimentación, medicamentos, y servicios básicos como electricidad, que también ha tenido que reinstalar por su cuenta.

 De los 35, tres cachorros han fallecido por sarna y dos más de la misma camada luchan por recuperarse. 

La entrevistada agrega que una de las principales necesidades que enfrentan es la atención veterinaria adecuada incluido el tratamiento para la sarna, parásitos y otras enfermedades.

"Se nos está complicando la situación porque cada uno de nosotros (rescatistas) tiene su propio refugio, y los hemos llevado bien con nuestros propios fondos", explica.

También se refiere a los 12 albergues municipales que según denuncias están en este mismo escenario.Dentro de estos se incluye el de Ilopango, La Libertad, Izalco y Acajutla.

"Ya pasó un mes y no tenemos respuesta de nada, tenemos que pagar salarios, comida, veterinaria, pues todos sabemos que los resguardos municipales no estaban en muy buenas condiciones", exclama.

El refugio ahira alberga 32 perros, entre ellos cachorros enfermos y perritas embarazadas, que necesitan atención veterinaria regular. 

Las condiciones estructurales del lugar son aceptables, dice, pero se necesitan adecuaciones urgentes para garantizar la seguridad y bienestar de los animales, como espacios separados para machos y hembras.

“La comunidad piensa que el gobierno nos está ayudando, pero no es cierto. Nos dejaron con esta carga, sin apoyo. No somos Dios, no podemos con todo sin ayuda”, lamenta. 

A pesar de todo, agradece las donaciones, aunque pocas, que han llegado, y el respaldo entre otros centros de recuerdo, quienes también enfrentan situaciones similares en distintas zonas del país.

A su juicio el cierre del Instituto de Bienestar Animal (IVA) fue un error, pues representaba un apoyo importante para quienes realmente trabajan día a día por el bienestar animal.

La rescatista hizo el llamado: "Necesitamos el respaldo del presidente. Nosotros asumimos esto con la mejor voluntad, pero no podemos solos. Es por ellos, por los animales, que seguimos luchando”.

Se buscó portura de la alcaldía de La Paz Este y de la alcaldía de Santa Ana Oeste respecto a este tema, no obstante al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Para el desarrollo de esta nota se buscó postura en la alcaldía de La Paz Oeste respecto a la condición del refugio en Zacatecoluca, no obstante en la recepción se informó que no se encontraba el personal de comunucaciones, y que no se tenía conocimiento dónde se ubicaba la Unidad de Bienestar animal, posteriormente en el área de Desarrollo Territorial se confirmó que ésta unidad ya no estaba en funcionamiento, se pidió trasladar la solicitud a Comunicaciones, y se dejó los datos de contacto. También se llamó a la alcaldía de Santa Ana Oeste, pero al cierre de esta nota no hubo respuestas.