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¿Cómo está su fachada?

Si en una casa aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque se está transmitiendo el mensaje: aquí nadie cuida de esto, esto está abandonado.

Por Mirella Schoenenberg de Wollants
Nutrióloga y abogada

Más allá de la pobreza, la desigualdad social y la escasez de empleos mejor remunerados: el exceso de rótulos, vallas y muppies en las calles, muchos sin mantenimiento, dañados, rotos y sucios; edificios, locales y viviendas con paredes, ventanas, vitrinas y puertas sucias y deterioradas; la super abundancia de postes estropeados, sucios, de variadas longitudes, para la colocación de cables; las aceras de cemento sin mantenimiento para el tránsito de personas, dañadas, incluso con trozos de lámina insertos como recuerdo de rótulos antiguos; las rutas asfaltadas para el desplazamiento de vehículos automotores, en muchos lugares, una continuidad de cráteres; la basura y desperdicios de todo tipo regados sobre las aceras, los arriates y el asfalto; ventas callejeras sin planificación y diseño adecuado; un arsenal de vehículos envejecidos, desfigurados y averiados en terrenos urbanos y sub urbanos; zonas residenciales invadidas por un vivero de viviendas de lámina y cartón a la orilla de quebradas contaminadas, más llamativas aun por los vehículos automotores de sus habitantes; en la capital y centros urbanos de los municipios de El Salvador, es lo que fomenta más desorden, más suciedad y delincuencia, incluyendo delitos graves.

Todo esto es lo que sostiene la TEORÍA DE LA VENTANA ROTA, la cual afirma que los signos visibles de delincuencia, de disturbios sociales y de comportamiento social en un entorno urbano, fomentan y promueven la delincuencia y el desorden, incluidos los delitos mayores.

Si en una casa aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque se está transmitiendo el mensaje: aquí nadie cuida de esto, esto está abandonado.

Es lo que sucedió en el centro de San Salvador: en los ochentas, las bombas incendiarias que dañaban almacenes y los ataques a sus dueños; el desorden desenfrenado de las ventas callejeras de personas que perdieron su fuente de trabajo en el campo con la reforma agraria; los terremotos, el abandono de edificios y la falta de reconstrucción y mantenimiento de la infraestructura pública (mal eterno en esta tierra cuscatleca), fueron parte del fenómeno generador de la delincuencia masiva en esta ciudad y otras del país.

La teoría de la ventana rota, del área de la criminología, conjetura que de la manera como se mira una ciudad, es decir su apariencia externa, va a depender en mucho que se originen efectos psicológicos en sus habitantes que los empujaran a  conductas delictivas  incluidas los delitos graves.

Una situación a la que responde lo que se ha dado y se da en nuestro país, ajustándose como llave a la cerradura en el experimento que el psicólogo Philip Zimbardo de la Universidad de Stanford, realizo en 1969, que luego se transformó en teoría por los resultados objetivos surgidos de la labor desarrollada por James Wilson y George Kelling.

La teoría sugiere también que los métodos policiales que se centran en atacar los delitos menores, como el vandalismo, la vagancia, el consumo de drogas en público, el cruce incorrecto de peatones y la evasión de multas, ayudan a crear una atmósfera de orden y legalidad.

Importante es destacar que los grafitis y dibujos similares en muros, más allá de ayudar a los jóvenes a alejarse de la vida criminal, crean un ambiente de desconfianza y desorden, proclive a mas actos delincuenciales y a fomentar el pandillerismo.

No es construyendo edificios modernos llenos de luces o gastando miles de dólares en cohetería y fuegos artificiales, ni haciendo conciertos con cantantes cuyas conductas fomentan el vandalismo y las adicciones, o poniéndolos a pintar grafitis y figuras abstractas en todos los muros y paredes de las ciudades; como se va a lograr disuadir a los niños y adolescentes que no se sientan atraídos por una pandilla ni vamos a ayudar a los que ya están dentro a que sientan necesidad de salirse de ellas.

Alejar la pobreza gracias al trabajo decente, el desarrollo del pensamiento critico debido a programas educativos adecuados y acciones publicas como ordenar, limpiar y dar un lugar a cada cosa en nuestras ciudades, es lo que rescatará a nuestra juventud y sociedad de la criminalidad.

Y usted ¿ya le dio mantenimiento a la fachada de su casa? ¡Hasta la próxima!

Médica, Nutrióloga y Abogada

mirellawollants2014@gmail.com

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Delincuencia Inseguridad Ciudadana Opinión

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