Desde que en 1981 se detectó el primer caso de una “rara neumonía e infecciones oportunistas” —al desconocer el virus que provoca el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida)— hasta la actualidad, los avances médicos para afrontar esta enfermedad han sido muy significativos, tanto que algunos se han curado del virus que desarrolla el sida.
Los cócteles de pastillas, mejor conocidos como tratamientos antirretrovirales, fueron las primeras alternativas para tratar el VIH, del que se seguían haciendo estudios. Fue en 1994 que un estudio clínico descubrió que el AZT redujo las tasas de transmisión de madre a hijo en dos terceras partes, a pesar de los pesados efectos secundarios que provocaba.
Un año después aparecieron los medicamentos Abacavir, Nelfinavir, Delevirdina y Efavirenz. Y así las combinaciones de diferentes drogas se mostraron muy eficaces.
En la primera década del 2000 se llevaron a cabo los primeros ensayos de Profilaxis Pre Exposición (PrEP) para reducir el riesgo de adquisición del VIH entre personas que estuvieron expuestas al virus. Pero en 2012 hubo un punto de inflexión en este historial farmacológico: el estadounidense Timothy Brown, conocido como “El paciente Berlín”, se sometió a un trasplante de células madres y posteriormente decidió dejar de tomar antirretrovirales; tras algunos chequeos se conoció que había perdido la presencia del virus en su sangre.
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En marzo de 2020 científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa confirmaron la curación del VIH del denominado “paciente de Londres”, el segundo del mundo. A él se sumó el caso Düsseldorf, que según los médicos podría haberse convertido en el el tercer caso en la historia en curarse del VIH, tras los otros antes mencionados.
Los casos de Londres y Düsseldorf forman parte del estudio observacional IciStem, que coordinan el investigador del IrsiCaixa, Javier Martínez-Picado, y el University Medical Center de Utrecht (Holanda), y que intenta comprender el papel del trasplante de células madre en la cura de la infección por el VIH.
“Cuando se publicó inicialmente el caso de Londres insistimos en no hablar de cura porque, aunque 18 meses invitaban al optimismo porque no se había visto un intervalo tan largo desde el paciente de Berlín, queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas”, confesó Martínez-Picado.
Con 29 meses de remisión, los investigadores dan por confirmada la curación, la segunda en el mundo tras el caso de Berlín, que no formó parte del IciStem.
Habitualmente, cuando las personas con infección por el VIH interrumpen el tratamiento, el virus rebrota en las primeras cuatro semanas. La falta de rebrote en estos casos se debe a que las células del donante son resistentes al VIH. A pesar de los avances médicos, siempre se deben tomar medidas preventivas y seguir consejos médicos en caso de tener el virus.
Compartimos algunas recomendaciones para vivir de la manera más plena en caso de diagnóstico positivo de sida:
Descanso: la función de dormir es fundamental para el trabajo del sistema inmunológico. Dormir apropiadamente permite que el organismo logre restaurar y eliminar los radicales libres, de lo contrario se producen alteraciones en el sistema inmunológico. El insomnio y los trastornos del ritmo circadiano son los más comunes en pacientes con VIH / SIDA. Es evidente que el organismo necesitará un descanso más prolongado. Así que trate de dormir ocho horas cada noche y descanse siempre que se sienta fatigado.
Además: ¡Una generación necesita ayuda urgente por el VIH!
Medicamentos: no olvide tomar los medicamentos, siempre a la misma hora y en las dosis prescritas por el médico. Utiliza un reloj con alarma y una cajita dosificadora para facilitar la ingesta diaria. Aunque el tratamiento esté prescrito, nunca deje de leer las indicaciones para averiguar cuándo tiene que tomarlos, qué alimentos tiene que evitar y los posibles efectos secundarios. Recuerde que la terapia antirretroviral es para toda la vida y puede tener efectos, no siempre positivos, en su salud a corto y largo plazo.
Salud sexual: es importante hablar con su pareja(s) acerca de su estado de VIH, no importa si usted está en una relación casual o en una relación de compromiso a largo plazo. Ser VIH positivo no significa que usted automáticamente infectará a su pareja o que usted no puede tener una relación sexual satisfactoria. Se aconseja participar en actividades consideradas como “sexo seguro”, como el masaje y los besos.
Estado emocional: procure no preocuparse demasiado. El estrés puede perjudicar el sistema inmunitario. Relájese más a menudo. Relájese en compañía de las personas a las que quiere, su familia, sus hijos y sus amigos. Realice actividades de las que disfruta, por ejemplo escuchar música, leer, una manualidad. La adversidad no es fácil pero tampoco imposible.
Equipo médico integral: es importante tener un equipo especialista no solo en dicha enfermedad, si no en otras afecciones que se desencadenan por ella. Cardiólogos, hepatólogos, proctólogos, entre otros expertos, deben realizarte controles anuales para completar la vigilancia de tu salud. En este grupo deberás incluir a un psicólogo.
Busque apoyo familiar: padres, hermanos, pareja e hijos son claves para tu salud emocional. Aunque muchas veces se sienta con un estado de ánimo bajo, dése una oportunidad de hablar de la enfermedad o de su propia situación como una forma de pensar en voz alta. Un poco de vida social también puede ser muy buena para cualquiera.
Evite el cigarro y el alcohol: deje de fumar. Fumar es perjudicial para los pulmones, y facilita el ataque del organismo por las infecciones. El alcohol es dañino para el organismo. Bajo los efectos del alcohol puede olvidarse de practicar el sexo seguro.
Cuidados del cuerpo: prevenga las lesiones (cortes y rasguños). Si ocurre una lastimadura menor, límpiela y aplique una crema antibiótica. Cúbrala con una venda ligera para evitar que se infecte. Use guantes para evitar el contacto con la sangre mientras esté cuidando de la herida. Mantenga la piel limpia y seca lavándola diariamente con un jabón suave y agua. Mantenga sanas las zonas secas de la piel aplicando una loción humectando todos los días.