Evita el caos colectivo en situaciones de crisis con estos 10 consejos para mantener la calma

La pandemia del COVID-19 ha generado incertidumbre y ansiedad a nivel mundial. La OMS y expertos psicólogos hablan de la importancia de manejar el estrés para no generar un caos colectivo.

descripción de la imagen
Foto Por Shutterstock

Por Sara Castro

2020-03-13 9:00:16

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia el nuevo coronavirus el pasado 11 de marzo. El mundo entró en caos. Los mercados financieros entraron en pánico y se vaticinó una recesión global, las poblaciones abarrotaron supermercados y comenzaron a escasearse los artículos de limpieza. Un escenario muy apocalíptico, pero completamente contraproducente para la estabilidad psicológica y emocional de las personas.

Estos escenarios son considerados en psicología como “situaciones de riesgo”, lo que conlleva a que la humanidad tome medidas exageradas ante la sensación de no tener el control de lo que sucede y por desconocer lo que realmente pasa.

Todo ello “provoca incertidumbre, incapacidad de gestión y finalmente miedo a que pase algo que yo no pueda hacer nada para cambiar”, detalló la psicóloga española experta en crisis y emergencias, Mónica Pereira, quien además reconoció que el cerebro deja de usar su parte racional y entra en un “estado reptiliano”, que es el de la supervivencia.

Aunque dicho estado puede funcionar en algunas situaciones, ante la propagación del COVID-19, no.

¿Por qué? Los expertos explican que cuando no existe la capacidad de rasocinio, las principales reacciones de las personas son: ataque, huida o parálisis. Y ante la emergencia mundial no “se puede (o no debe) atacar (¿a quién?, ¿a los políticos?), huir (seguirás siendo víctima de la situación) o quedarnos paralizados (todos debemos tomar cartas en el asunto)”, según Pereira.

Los discursos y el abordaje mediático y en la esfera de redes sociales hicieron que la visión ante este virus fuera de terror. Así lo explicó el profesor de los Estudios de Psicología de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), José Ramón Ubieto.

De acuerdo con el especialista, la cancelación de muchos eventos internacionales en Europa, cuando no existía ningún caso, contribuyó a crear una atmósfera de incertidumbre y reveló el auge del fenómeno.

A ello se sumó un nuevo componente en las sociedades modernas: la tecnología. Ubieto señaló que una investigación reciente mostró que “más de 13,000 entradas sobre coronavirus en las redes sociales eran falsas”.

Ante esa avalancha de (des)información, las personas pueden manifestar crisis nerviosas, agitación, estados de alerta, no pueden dejar de pensar en otra cosa, tienen una necesidad por buscar, ver y oír informaciones sobre el coronavirus y tienen dificultades para dormir.

Para evitar el descontrol, la intranquilidad, los caos colectivos, muchos colegios de psicólogos, autoridades de salud, incluso la OMS, han brindado recomendaciones para mantener la calma ante la emergencia que se ha decretado a nivel internacional.

Infórmate: el mundo virtual posee un vasto número de noticias falsas. Como el coronavirus es nuevo, la información cambia constantemente. Consulta organismos de salud, gubernamentales y medios oficiales. Aunque se transmite fácil, el 80 % de las personas sufre una enfermedad suave.

Fotos EDH / Shutterstock

Se empático: la OMS insistió en no atribuir la enfermedad a ninguna etnia o nacionalidad. Al inicio del coronavirus se tendió a discriminar a las personas de rasgos asiáticos. La institución pidió no hacerlo ni utilizar las palabras como “enfermos del coronavirus chino”. La empatía es importante con todos.

Date un descanso del COVID-19: en este momento toda la información que circula es sobre el virus. Los expertos recomiendan darse un descanso de la “sobre información”, sobre todo en redes sociales. Se aconseja ver programas diferentes, compartir un tiempo de películas, salir a áreas abiertas, como parques (no están cerrados).

Ejercítate: la actividad física contribuye a la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas. Si quieres liberar el estrés y la ansiedad que ha provocado la pandemia, puedes salir a caminar cerca de tu casa, realizar una sesión de yoga o una rutina de aeróbicos.

Reconoce tus emociones: el miedo es normal y es parte de la naturaleza. Si te sientes muy ansioso o preocupado por la situación, los psicólogos recomiendan que lo compartas con tu familia o gente de confianza para encontrar la ayuda y el apoyo que necesitas. Exteriorizarlo no te hará una persona débil, todo lo contrario.

Piensa positivo: el mantra es un pensamiento positivo o una palabra sagrada que te ayuda a mantener la calma y a no permitir que los miedos enturbien el razonamiento. “Sí: el virus puede contagiarse con facilidad, pero es usualmente suave. Ya he tenido una gripe antes y sé cómo manejar los síntomas”, puedes repetirte.

Analiza la situación: algo que los expertos sugieren cuando hay mucha ansiedad es “identificar el riesgo actual y no el que tememos que ocurra”. Como se explicó en el artículo principal, en momentos de crisis se maximizan los riesgos, pero cuando se retrocede a analizar la situación, se tiene un mejor entendimiento.

Ten un plan: trazar un plan antes de que el evento ocurra te hará sentir que la situación está controlada y facilitará las cosas al momento de que algo se presente. Puedes preguntarte ¿tengo insumos en caso de enfermar?, ¿puedo trabajar desde casa si es necesario?, ¿tengo quién cuide a los niños? Organízate.

Aprovecha tus talentos: ante las medidas de no estar en lugares muy concurridos, la casa se convierte en el mejor lugar para estar. Esta es una excelente oportunidad para concentrarte en desarrollar tus talentos o disfrutar tus hobbies: puedes seguir tocando un instrumento, arregla tu jardín, comienza a hornear o pintar.

Se espiritual: muchas personas encuentran en la religión y en seres supremos paz, esperanza y fe. Si eres creyente, puedes apoyarte en momentos de reflexión (oraciones) para fortalecer el espíritu. Esto traerá más calma a tus emociones, ya que la espiritualidad implica aceptar y vivir nuevos paradigmas y dimensiones