La famosa pastilla azul, conocida en general como Viagra, surgió por casualidad, mientras los investigadores pretendían crear un medicamento para la angina de pecho. Al final no funcionó para ese mal. Pero en los voluntarios que tomaban el fármaco provocó un efecto inesperado: erecciones.
Con el tiempo se inició su comercialización como un medicamento indicado en casos de disfunción eréctil. Para muchos hombres esto significó la oportunidad de reactivar su vida sexual.
Tiene varios nombres comerciales, pero su principio activo es el sildenafilo, y dado que está indicado para la impotencia, la farmacéutica Yolanda López explica que debe “utilizarse de manera racional, siguiendo las indicaciones del médico previo diagnóstico individual”.
Consecuencias del abuso
Por desgracia, a menudo no importa cuán bueno sea un fármaco para determinada dolencia, pues al conocer sus efectos, muchos lo usan de manera indiscriminada aunque no lo necesiten y sin tomar el cuenta las posibles consecuencias.
— De acuerdo con efesalud.com, muchos hombres utilizan el fármaco aunque no padezcan disfunción eréctil, con la finalidad de tener erecciones más duraderas y otros porque no confían en lograr una erección lo suficientemente rígida.
— Lo anterior puede ocasionar, a largo plazo, una dependencia del medicamento y una verdadera impotencia cuando no se toma. En este caso, para combatirla se podrían necesitar tratamientos más agresivos como las inyecciones en el pene.
— También hay quienes toman el medicamento cuando salen de fiesta para contrarrestar los efectos del alcohol y las drogas sobre el desempeño sexual. No obstante, dicha mezcla es un cóctel peligroso. Una de las combinaciones que suelen darse en una noche de fiesta es alcohol, cocaína y sildenafilo.
En este sentido, Eduardo Carreño, médico especialista en adicciones, explica que el consumo de cocaína “puede producir problemas cardíacos como la fibrilación auricular”. Además, el médico indica que cuando se consume cocaína y alcohol, se forma “un metabolito llamado cocaetileno, que es más tóxico para el organismo que la suma de ambas sustancias”.
“Si también se añade el medicamento, dado que el flujo sanguíneo se dirige primordialmente hacia los genitales, puede producirse un descenso de la temperatura corporal periférica que puede resultar muy peligroso”, agrega Carreño.
Por otro lado, tomar Viagra sin control médico también puede llegar a ser problemático, sobre todo para quienes padecen ciertas enfermedades o toman determinados fármacos.
“Su empleo simultáneo con vasodilatadores y ciertos antihipertensivos está desaconsejado por el riesgo de que se produzcan importantes caídas de tensión arterial”, advierte José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón.