Todos hemos experimentado un olor, un sonido, un sabor o una imagen que nos envía al mundo de los recuerdos.
Es probable que en un día de lluvia hayas inspirado profundamente para sentir el peculiar olor a tierra y hierba mojadas; seguramente algún día abriste una revista o un libro nuevo y acercaste la nariz para percibir el agradable olor de sus páginas. ¿Qué emociones experimentaste en ese instante? Quizá llegaron a tu mente recuerdos maravillosos de algún momento de tu vida.
“Los sentidos pueden evocar con mucha claridad instantes de nuestro pasado, liberando emociones positivas como el placer o la felicidad, o negativas como el miedo o la ira”, expresa el psicólogo salvadoreño Santiago Salamanca.
10 esencias naturales que relajan el cuerpo y la mente
La naturaleza nos regala una infinidad de frangancias que nos ayudan a relajar el cuerpo y la mente. La aromaterapia es un método curativo que aprovecha las propiedades de los aceites extraídos de raíces, flores, frutos y plantas. Te presentamos diez de ellas.
Según el especialista, de los cinco sentidos, el olfato es uno de los más poderosos cuando se trata de evocar recuerdos.
“Un simple olor puede llegar a desencadenar una cascada de sentimientos y emociones. Te hacen suspirar y revivir el pasado”, subraya Salamanca.
El aroma del café, de un perfume y el efluvio de un recién nacido pueden despertar felicidad, avivar nuestra imaginación y transportarnos instantáneamente a otro lugar y a otro momento.
Y es que el olfato es el sentido que está más estrechamente relacionado con el hipocampo, una de las estructuras cerebrales responsables de nuestra memoria. También está conectado directamente al sistema límbico, que es el centro emocional del cerebro. El resto de nuestros sentidos (vista, oído, gusto y tacto) tienen que recorrer un largo camino para llegar a las partes del cerebro responsables de nuestra memoria y emociones.
Es por eso que un olor puede despertar recuerdos muy vividos y reproducir sensaciones que contienen esa mezcla de sensibilidad y tristeza, a la cual llamamos nostalgia.
Un estudio realizado por la psicóloga española Silvia Álava, llamado “Olores y las emociones”, mostró que las personas recuerdan el 35% de lo que huelen y solo el 5% de lo que ven.
En esta investigación participaron mil personas de ambos sexos de entre 25 y 45 años, y llegaron a la conclusión de que la memoria es capaz de percibir hasta 10,000 aromas distintos, pero solo es capaz de reconocer aproximadamente 200.
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Según la investigación, cuando sentimos un perfume el olor se registra en el cerebro y dicho registro está asociado a una emoción que experimentamos en ese preciso momento, así que, cuando percibimos el olor, la emoción también regresa a nosotros.
En ese sondeo, el 83% de los participantes confirmó que los momentos felices se volvieron a evocar con ciertos olores y el 46.3% reconoció que disfrutar de un olor familiar los influenció más que ver un objeto que les trajo recuerdos.
En las columnas de la derecha se desglosan cuatro de los aromas que suelen avivar los recuerdos, transportar a las personas hacia lugares de su infancia o simplemente generar felicidad.
Olor a pan recién horneado
Este singular aroma es reconfortante, acogedor, envolvente e, indudablemente, delicioso. Este olor puede tener efectos poderosos y positivos en nuestro estado de ánimo y hasta en nuestra conducta.
Un estudio realizado por la Universidad de Bretaña Sur, en Francia, de 2017, y publicado en el Journal of Social Psychology, determinó que este aroma invita a las personas a ser más amables con los extraños e incluso a prestarles ayuda.
Los investigadores les pidieron a ocho voluntarios que en distintos momentos se quedaran fuera de una panadería y de una boutique y que, frente a otros transeúntes, dejarán caer intencionalmente un objeto.
El ejercicio descubrió que cuando los voluntarios arrojaban los artículos fuera de la panadería, donde el olor era fuerte, el 77 % de la gente se detenía y ayudaba a recuperar los objetos “perdidos” y se los devolvían a su dueño. Fuera de la tienda de ropa, solo el 52% de los extraños ayudaron.
Hoy en día existen establecimientos comerciales que utilizan ambientadores con olor a pan recién horneado porque los clientes lo vinculan con recuerdos positivos, sobre todo relacionados con el hogar y la infancia, que les provocan un estado de bienestar que los hace más propensos a las compras.