La historia reciente de la moda registra espectáculos extraordinarios para presentar diferentes colecciones de las marcas y los diseñadores más prominentes del mundo. El show de moda como tal ha tomado un significado completamente nuevo, en una industria como esta en la que realizar tal afirmación es realmente difícil y raro que suceda.
Para entrar en contexto, se trata de un intercambio creativo entre dos genios de la moda italiana. De un lado tenemos a Kim Jones y Silvia Venturini Fendi en representación de la casa Fendi y por el otro a Donatella Versace de Versace. Ambas casas de moda intercambiaron por una noche la dirección creativa de sus estudios de diseño y crearon 25 looks para sus antiguos rivales. Un verdadero intercambio de ideas, creaciones, ADN y vision entre los diseñadores a cargo de ambas marcas.
El resultado fue una colección fabulosa que bautizaron bajo el nombre Fendace, (Fendi + Versace) y fue presentada por un elenco de supermodelos que puso el toque de glamour a una colección de por sí exuberante y suprema.
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El desfile lo abrió Versace por Kim Jones. Accesorios identitarios de la marca como el “safety pin”, los estampados barrocos, los vestidos cortos, trajes de baño, su icónica medusa combinadas con pieles de Fendi y su emblemático logo “FF” fueron parte de la propuesta. Un desfile de Versace no es desfile Versace sin la presencia de las supermodelos sobre la pasarela. Kate Moss y Amber Valletta caminaron juntas luciendo ajustados vestidos y chaquetas con estampado barroco.
Uno de los momento más emocionante del espectáculo, sin precedente alguno, ocurrió poco después de que Moss y Valletta desfilaran. De forma sorpresiva, el logo de medusa, símbolo indiscutible de Versace que se encontraba al centro de la escenografía dio un giro para revelar el logotipo con las dos F, diseñado por Karl Lagerfeld para Fendi.
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En esta segunda parte, el espectáculo tomó nuevas dimensiones y los 25 looks restantes a cargo de Donatella para Fendi desfilaron sobre la pasarela en los cuerpos de celebridades y modelos como Naomi Campbell, Gigi Hadid, Adut Akech, Emily Ratajkowski, Vittoria Cerett, entre otras estrellas.
En este segmento pudimos ver mucha logomanía, vestidos cortos y sexy, denim alusivos a los años 70, icónicos bolsos de Fendi como su “baguette” o “peekaboo” en dorado o con incrustaciones de “safety pins” o medusas. Muchos plateado y rosado, y pañuelos en la cabeza.
La magia del desfile radica en el intercambio y el reto de diseñar para la otra casa de modas, algo que no se había visto y teniendo en cuenta que las marcas pertenecen a grupos económicos diferentes. Cada diseñador tuvo la oportunidad de accesar a los archivos de la marca contraria y agregarle su toque moderno y personal.
En cuanto a moda. Los códigos de ambas casas se fusionaron. Los cinturones con la palabra “Fendace” escrita en letras gigantes convertían algo que parecía idílico en una realidad. Gabardinas con el estampado de Fendi y el logo de Versace en la espalda. El clásico vestido de inspiración glam, con muchos brillos, con la doble F de la casa italiana. Pañuelos con los estampados de las firmas. La perfecta fusión entre modernidad y elegancia.
Con esta colección se abre la conversación entre dos grandes marcas italianas con sede en Roma y Milán, con propuesta, ingenio, poder mediático y creando historia.
