Casi siempre, cuando alguien se casa lo hace enamorado. La ilusión de que ese amor dure para siempre inunda el corazón de esas personas que se enlazan. Sin embargo, existen prácticas que pueden ahogar la relación, si no se identifican y cambian a tiempo.
Para el psicólogo Noel Mercado, hay una línea que nunca debe transgredirse, porque enmarca un pilar fundamental. “No tener respeto hacia la pareja es el primer paso para perderlo todo. Si bien es cierto que las relaciones acaban cuando termina el amor, hay algo que lo mata más rápido y son las faltas de respeto”, plantea.
Y es que, en ocasiones, sucede que algunas personas aguantan cualquier cosa por el cariño que le tienen a otra. Pero eso no está bien. “El amor no debe confundirse con soportarlo todo… Cuando nos decidimos a soportar todo, porque creemos que es la única forma de amar, podemos permitir situaciones graves, como el maltrato verbal o físico o coaccionar nuestra libertad”, dice Mercado.
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Independientemente de la razón que motive a alguien a convertirse en la amante de otra persona, los sicólogos aconsejan que nunca es tarde para replantearse la situación
A pesar del tiempo y los desacuerdos, la dignidad del otro no debe ser dañada. “Desde el noviazgo hasta el matrimonio, mantener el respeto dentro de una relación en pareja es lo básico”, enfatiza.
“La conexión de amor y respeto entre el hombre y la mujer es fundamental para tener una relación edificante, nutritiva y funcional como pareja. El amor y el respeto son dos lenguajes esenciales en la receta de una relación sana”, agrega el terapeuta.
Para Mercado, “aprender que son dos individuos distintos y disfrutar de esas diferencias” es clave. “Los buenos matrimonios, en los cuales ambas personas están contentas de estar juntas; donde reina un aire de armonía y respeto y que tienen proyectos tanto individuales como de pareja o familia, son el tipo de matrimonios que perdurarán”, indica.
Aunque está muy difundida la idea del amor romántico, que todo lo puede, a veces querer a alguien no es suficiente, al menos, para caminar juntos como equipo. Es preciso que se compartan valores, visiones de vida y anhelos, que exista comunicación y que se negocie, como te planteamos a continuación.
