Enamorarse es fácil, querer y desear a alguien no tiene hora ni momento. La atracción puede ocurrir estés donde estés, en la calle, en la universidad, en el transporte colectivo, en el trabajo, en un evento o en una reunión.
Nada está escrito sobre piedra, así que caben miles de posibilidades. Una de tantas es que algún día te ilusiones demasiado de alguien y luego las cosas no prosigan como esperabas. O peor aún, alimentes tanto esa ilusión que te involucres en una pseudo relación en la que tu, por supuesto, estás más enamorada que el otro y un buen día, como si nada, él te diga que ya no quiere estar a tu lado.
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Cuando los años pasan es muy fácil caer en la rutina amorosa
Como esas situaciones anteriores, te ha de ser familiar el cuento aquel del engaño por otra chica y tu, atormentada por los sentimientos de fracaso vas hundiéndote en el fango del desprecio, la tristeza, el dolor y la desesperanza.
Eso es desamor y como todo momento en la vida tiene diversas etapas que debes experimentar para sentirte libre, feliz y más conforme. Veamos cuáles son.
1- Lo primero es la negación. Claro, no aceptas que ya rompieron, ya no son nada y nunca lo serán, que solo te quiere como su amiga a pesar que construiste una vida entera en tu imaginación al lado suyo. ¿Vas a esperar que se arrepienta y vuelva? Puedes hacerlo pero sin la garantía de nada. Analiza su comportamiento en estos últimos meses y si ya te dijo que quiere terminar contigo, no esperes milagros, eso es y así pasará. Acéptalo.
2- Luego de ese “desprecio” que te hizo es natural que experimentes ira, cólera, rencor, odio y repudio contra quien un día amaste hasta el extremo. También puedes enfadarte contigo misma por traicionarte, hacerte daño y sufrir. En este momento vas a querer quemar sus cartas, tirar sus obsequios, eliminarlo de tus redes sociales y de todo lo que te haga recordarle. También decidirás subir tus mejores fotos en Instagram para que vea “de lo que se pierde”. Afortunadamente ese momento de cólera pasará y pronto te sentirás mejor.
La experta dice:
3- La tercera etapa es una de las más bonitas y reconstructivas para tu ser: decides dar el paso. Decides adaptarte de a tu nueva vida, aceptar lo que fue y lo que vendrá, cambiar tu actitud, tu comportamiento y moldear las emociones para que no te controlen. Aquí vas a estar decidida a encontrar tu propia paz, amor personal y seguridad en ti misma.
4- Aunque pareciera que estás lista para renacer de nuevo, en esta fase vuelves a caer, vuelves a sentirte triste porque entiendes de una vez por todas que todo acabó, que a él ya no le importan los planes que tenían juntos, que te hizo a un lado de su vida, que no te llama, no te escribe, no le haces falta.
5- Ahora sí, aceptas. Estás más que segura que él, por nada del mundo regresará. De todas maneras ¿no es más claro que te digan que ya no quiere nada contigo? Ojo, no hay dónde perderse.
6- Para llegar a la última etapa debe pasar mucho tiempo y hasta entonces estás llena de fortaleza. Ya no lloras al hablar de él, ahora te da risa, puedes contar intimidades, experiencias y demás cosas. Aquí ya te sientes mucho mejor.