Yazmín Andrade, la primera salvadoreña que hace historia en la navegación extrema

En un mundo donde los retos extremos parecen estar reservados para unos pocos, hoy El Salvador escribe un nuevo capítulo de orgullo e inspiración desde las aguas del lago de Ilopango. La salvadoreña Yasmín Andrade, de 32 años, se convierte en la segunda mujer en el mundo y la primera en América Latina en alcanzar el rango de capitán en un exclusivo modelo de embarcación de deporte extremo, diseñado para maniobras de alta velocidad, giros bruscos y adrenalina pura.

Este histórico reconocimiento se celebra este 15 de octubre, en el Turicentro Apulo, marcando un antes y un después en la historia del país. Solo existen 125 embarcaciones de este tipo en 34 países del mundo, y una de ellas está bajo el mando de una mujer salvadoreña, que ha demostrado que los sueños no tienen límites cuando se acompañan de esfuerzo, disciplina y determinación.

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De Apulo para el mundo

Originaria del sector de Apulo, Yazmín creció rodeada del agua que hoy es escenario de su hazaña. “Siempre me han gustado los retos, y este era uno nuevo para mí. Recuerdo la primera vez que vi el Jet Cyclone: parecía indomable. No era solo adrenalina, era una oportunidad para demostrarme a mí misma de lo que soy capaz”, relata.

Fue Jairo, miembro del equipo de Hydrofun El Salvador -la única empresa del país con este tipo de embarcaciones- quien le propuso enfrentarse a este desafío, y ella no dudó. Con determinación, se lanzó a conquistar un espacio tradicionalmente dominado por hombres, demostrando que el coraje salvadoreño también tiene rostro de mujer. Su historia comenzó en las tranquilas aguas de Ilopango, pero hoy resuena a escala mundial.

El camino no fue sencillo. Ella enfrentó comentarios y prejuicios por ser mujer en un terreno donde la presencia masculina es mayoría. “Algunas personas me dijeron que esto no era para mujeres, que era peligroso. Pero lejos de detenerme, esas palabras me dieron más fuerza. Siempre he sido de las que, si me dicen ‘no podés’, para mí significa ‘¡hacelo!’”, confiesa.

El Jet Cyclone, la embarcación que ahora comanda con orgullo salvadoreño, es reconocida por sus maniobras extremas, sus cambios de dirección radicales y velocidades que disparan la adrenalina. “Estar al mando exige concentración, fuerza y precisión. Lo que más me gusta es la sensación de libertad que me da cada vez que tomo el control”, asegura.

Este logro no solo la posiciona en la élite de la navegación extrema, sino que también demuestra que las mujeres salvadoreñas pueden liderar en escenarios globales altamente competitivos.

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Madre, manicurista y capitana salvadoreña

Más allá del lago, Yazmín representa a miles de mujeres salvadoreñas que equilibran con entrega diferentes facetas de su vida. Es madre de dos hijos, manicurista y capitana. “Un día normal en mi vida combina muchos roles. Atiendo mi hogar, paso tiempo con mi familia, dedico horas a mi trabajo como manicurista —porque embellecer a otras mujeres me apasiona— y luego llega el momento de ir al lago, donde ejerzo como capitana y conozco personas de diferentes países”, explica.

Sus hijos son su mayor motor. “Cuando me ven navegar, quiero que aprendan que los sueños se alcanzan con esfuerzo y fe, sin importar los obstáculos. Verlos admirar lo que hago me da fuerza para seguir adelante todos los días”, dice con orgullo. A veces la acompañan al lago, otras simplemente la esperan en casa, pero siempre están presentes en cada maniobra y en cada meta alcanzada.

De esta manera, para Yazmín, su logro trasciende lo personal. “Quiero decirles a las niñas, jóvenes y madres que nunca dejen de soñar ni de creer en ustedes mismas. No importa si un espacio está dominado por hombres o si parece difícil; lo importante es la pasión, la disciplina y la determinación. Atrévanse, trabajen duro y no tengan miedo de ser valientes. Cada logro empieza con un primer paso y con la confianza en su propio talento”, asegura.

Su historia es un ejemplo de lo que puede lograr una mujer salvadoreña decidida a romper barreras. Y su hazaña no solo la eleva a ella, sino que llena de orgullo a todo un país.

Un hito histórico en el Lago de Ilopango

Este acontecimiento en el Lago de Ilopango posiciona a El Salvador en el mapa mundial de la navegación extrema y demuestra el talento, la fuerza y el liderazgo de las mujeres salvadoreñas.

“Este logro no es solo mío. Es de mis hijos, de mi familia, de todas las mujeres salvadoreñas que luchan cada día por abrirse camino y demostrar que pueden llegar tan lejos como se lo propongan”, afirma Yazmín.

Y es que, como bien recuerda su historia, cuando una mujer salvadoreña avanza, con ella también lo hace toda una nación.