Cinco rutas imperdibles para ver aves en El Salvador

El Salvador es pequeño en el mapa, pero su diversidad de ecosistemas lo convierte en un paraíso para quienes disfrutan observar aves en libertad. Entre especies residentes (que viven permanentemente en el país), migratorias (que llegan por temporadas desde otras regiones, como América del Norte) y endémicas (que solo habitan en una región específica, como Mesoamérica), se han registrado cerca de 600 aves distintas, ubicando al país como el 12.º con mayor densidad de aves por unidad de territorio en el mundo, según BirdLife International.

Y aunque el aviturismo aún es un segmento emergente, cada vez más viajeros —locales y extranjeros— se suman a la experiencia de “pajarear” entre cafetales, manglares, lagunas y bosques nebulosos.

Benjamín Rivera, guía nacional certificado por Ministerio de Turismo de El Salvador (MITUR) y especializado en aves desde 2009, asegura que “El Salvador es un paraíso para el avistamiento. Lo tenemos todo cerca, en distancias cortas y con hábitats muy distintos”.

En este sentido, te presentamos las rutas imperdibles para vivir esta experiencia en el país: 

1. Suchitoto

Este destino colonial, a poco más de una hora de San Salvador, es uno de los favoritos de Rivera. Ofrece una combinación única: historia, paisajes y una de las mejores vistas de la migración de aves rapaces, especialmente los azacuanes. Además, en los alrededores del lago se pueden observar aves residentes como garzas, martines pescadores y espátulas rosadas.

Uno de los recorridos más completos incluye caminatas por el centro histórico, salidas en lancha por el lago Suchitlán y senderismo hasta la Cascada Los Tercios, un impresionante salto de agua de 10 metros que cae sobre columnas hexagonales. Este entorno natural ofrece un hábitat ideal para aves locales, además de miradores con vistas al lago y oportunidades fotográficas únicas.

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“Suchitoto lo tiene todo, cultura, aves y comunidad organizada para recibir al visitante”, dice el guía.

2. Ecoparque El Espino

Ubicado a pocos minutos de San Salvador, este parque ecológico es ideal para quienes quieren iniciar en el aviturismo. Con más de 220 especies registradas, El Espino permite ver aves como el carpintero cheje (Melanerpes aurifrons), tangaras y colibríes, todo en recorridos accesibles y con senderos bien marcados.

“Es un lugar clave para quienes no pueden salir muy lejos, pero quieren tener contacto con la naturaleza y aprender a usar binoculares”, explica el especialista.

3. El Boquerón

Este parque nacional en el volcán de San Salvador no solo ofrece vistas impresionantes, sino también una rica variedad de aves. Allí se pueden encontrar especies como la chacha negra, las charas centroamericanas y varios tipos de mosqueros y azulejos.

La ventaja de este sitio es su facilidad de acceso y su cercanía a la capital. También es ideal para quienes desean combinar una caminata de intensidad media con la oportunidad de ver aves propias de bosques montanos.

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4. Cerro Verde

Si lo que buscás es observar especies endémicas, el Parque Nacional Cerro Verde, en el complejo de Los Volcanes, es una parada obligatoria. Aquí habita el quetzal, aunque verlo no siempre es fácil. También pueden encontrarse trogones, águilas crestadas, el pajuil y aves de sotobosque muy apreciadas por los expertos.

“El Cerro Verde es de mis rutas favoritas porque, aunque el acceso es sencillo, ofrece una experiencia de alta calidad para el aviturismo. El bosque nebuloso es mágico”, enfatiza Benjamín. 

5. Bahía de Jiquilisco

En el oriente del país, la Bahía de Jiquilisco destaca como un punto de observación privilegiado para aves acuáticas. Aquí, especies como garzas, ibis, cormoranes y halcones peregrinos pueden verse durante paseos en lancha entre manglares, bocanas y bancos de arena.

También se ha documentado la presencia del vireo o “green shrike”, apodado “el invisible” por su pequeño tamaño y camuflaje perfecto en el follaje. Es uno de los retos favoritos entre los observadores experimentados.

• Otros destinos destacados

Además de estas cinco rutas, existen otros puntos altamente recomendados para el aviturismo a escala nacional:

* Parque Nacional Montecristo, hogar del quetzal y más de 250 especies.

* Barra de Santiago, manglares y aves playeras.

* Laguna El Jocotal, ideal para especies migratorias.

* El Imposible, uno de los ecosistemas más ricos del país, donde habita el pajuil, el águila blanca y otras especies exclusivas.

¿Necesitás experiencia para avistar aves?

No. Aunque el uso de binoculares y guías de campo ayuda, la mayoría de rutas son aptas para todo público. 

“Las caminatas son tranquilas, no demandan gran condición física. Lo importante es ir con curiosidad y dejarse guiar”, dice Rivera, quien además lidera iniciativas como Birding in Suchitoto y El Salvador Nature Tours.

¿Cuándo y cómo empezar?

La mejor época para avistar aves es entre noviembre y marzo, cuando coinciden la temporada seca y la presencia de aves migratorias. Los horarios ideales son temprano en la mañana y al final de la tarde.

Para comenzar, lo ideal es contactar a guías certificados, planificar con anticipación y llevar binoculares, ropa cómoda y mucha paciencia. Podés contactar a Benjamín, al número 7049-0423. 

“El que prueba pajarear, se engancha. Es una actividad que conecta con la naturaleza y que, además, tiene un gran potencial económico y de conservación para el país”, concluye el experto.