Así se vivirá el Festival de los Farolitos 2025 en Ahuachapán

Ahuachapán Centro, en el occidente salvadoreño, está a punto de vivir uno de sus fines de semana más esperados, el Festival de los Farolitos, que no solo es una de las expresiones culturales más llamativas del país; sino también una muestra del ingenio y la unión comunitaria.

Durante dos noches, calles, plazas, iglesias y fachadas de casas se transforman en un escenario de luz y color que cautiva tanto a locales como a turistas.

La fiesta comenzará el 6 de septiembre, en Ahuachapán, a las 5:00 de la tarde, con el desfile de apertura que saldrá del gimnasio Los Pinitos hacia el parque Concordia. El recorrido contará con la participación de empresas privadas, instituciones de gobierno y un ambiente festivo animado por tres discomóviles y un grupo musical invitado.

Este acto inaugural será el punto de encuentro de los habitantes de la zona que han trabajado durante meses para preparar sus farolitos y altares, y el momento en que la ciudad se llenará de expectación por la gran noche de luces.

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El día más esperado

El 7 de septiembre será la jornada más especial. Desde temprano, los vecinos se organizan para colocar altares y estructuras artesanales elaboradas con paciencia y creatividad. Muchos de estos armazones incluyen figuras religiosas, escenas tradicionales o diseños abstractos que, al caer la noche, cobran vida gracias a la luz de velas.

A las 6:00 de la tarde, el encendido simultáneo de los farolitos marcará el inicio de las actividades religiosas en honor al nacimiento de la Virgen María. Esta tradición, profundamente arraigada, ilumina las calles y también la fe de quienes participan.

“Cada distrito se organiza desde mucho antes para que la noche luzca espectacular. Es un orgullo para nosotros recibir a tantos visitantes”

Dalila León, auxiliar de turismo de Ahuachapán Centro

Más que un evento local

La celebración trasciende a los distritos de Ataco, Apaneca y Tacuba, que se suman con sus propias propuestas. "Ataco y Apaneca vivirán el festival los días 6 y 7, mientras que Tacuba lo celebrará el 8 de septiembre, manteniendo viva la tradición en distintas fechas y escenarios", detalló Isabel Suárez, técnico en atención turística de la Ruta de Las Flores.

"Este trabajo en conjunto entre comunidades fortalece la identidad cultural de la región y convierte la experiencia en una ruta luminosa que recorre varios municipios", añadió Suárez.

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En 2014, la Asamblea Legislativa declaró el Día de los Farolitos como Patrimonio Cultural Inmaterial de El Salvador, mediante el Decreto n.º 783. Esta distinción reconoce su valor como una expresión de identidad salvadoreña, transmitida de generación en generación y sostenida por el esfuerzo voluntario de las comunidades.

Este reconocimiento ha contribuido a que la tradición gane visibilidad, atraiga a más visitantes y motive a las nuevas generaciones a participar activamente en su preservación.

Lo que debés tomar en cuenta si vas

En este sentido, la Alcaldía de Ahuachapán Centro espera la llegada de 10,000 visitantes durante el fin de semana. Los parqueos habilitados estarán en la terminal 202 y en los alrededores, sobre la calle al Amatillo, con opciones privadas.

Si planeás asistir, es recomendable llegar con antelación para encontrar espacio, evitar el congestionamiento y recorrer con calma las distintas zonas decoradas. El calzado cómodo es esencial, así como llevar una chaqueta ligera para la noche y, por supuesto, una cámara o celular con suficiente batería para capturar la experiencia.

Quienes visitan el Festival de los Farolitos describen la experiencia como un recorrido sensorial: el aroma de las velas, la música en vivo, los rezos, el murmullo de la gente y el contraste entre la penumbra del cielo y la explosión de colores en cada esquina.

Y es que, cada farolito cuenta una historia. Algunos son sencillos, hechos con papel de colores y estructuras de madera; otros, verdaderas obras de arte con diseños elaborados que requieren días de trabajo.

Las calles más céntricas suelen concentrar las decoraciones más vistosas y las principales tarimas con oferta musical variada, incluso con bandas de paz y música en vivo, pero también vale la pena explorar barrios y comunidades menos concurridas, donde el ambiente es más íntimo y la creatividad no se queda atrás.

De esta manera, el Festival de los Farolitos es, para muchos, una razón suficiente para viajar a Ahuachapán en septiembre. Su mezcla de tradición religiosa, arte popular y convivencia comunitaria lo convierte en un evento que trasciende fronteras y que cada año crece en visitantes y participación.

Ya sea que llegués por fe, por curiosidad o por amor a la fotografía, esta celebración te ofrecerá una noche inolvidable bajo miles de pequeñas luces que, juntas, iluminan las calles y el espíritu de todos los que la viven.