Ni la mano ni el resto del cuerpo les tiembla a los dictadores cuando quienes les oponen o critican están amarrados, como acaba de suceder en Nicaragua y asimismo en nuestro suelo: ordenan a sus soldadescas apresar a personas sin una causa legal robusta, las confinan en mazmorras y “con mano firme” indican los vejámenes que deben aplicarles, como sucedió a los que en alguna medida podían postularse frente a Ortega o incomodan al mandamás en este saqueado suelo nuestro.
Se mantiene encarcelada a la científica Erlinda Handal, a la doctora Violeta Menjívar, al exministro Carlos Cáceres, prohíben que sus familiares o abogados los visiten y les lleven medicinas pese a que algunos sufren dolencias... un trato que linda con la barbarie, a lo que se suman los espantosos vejámenes a los que se dice que está siendo sometido el ex-alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, y lo mismo quieren hacer con el diputado Norman Quijano contra toda legalidad y debido proceso.
Durante las espantosas tiranías del Medioevo o actualmente en naciones como Norcorea, la más cruda barbarie impera; uno de los tiranos de Nápoles, el individuo a quien Lorenzo el Magnífico de Florencia a los diecinueve años visitó para zanjar la vieja rivalidad entre ambos estados, tenía en su comedor las momias de sus enemigos, lo que de seguro ni a Ortega se le cruza por la cabeza hacer.
En esas tenebrosas épocas como hoy en día tanto en Irán como en el Afganistán de los talibanes, a los infelices que ahorcan los dejan por días como mensaje de terror a todos los pobladores.
En Irán, país que Jimmy “derechos humanos” Carter entregó a los extremistas islámicos con las espantosas secuelas que se viven al día de hoy, hasta por presunciones asesinan gente, habiendo ahorcado a un ex campeón olímpico sin evidencias sólidas en su contra...
Las alternativas a esos infiernos son mazmorras que equivalen a “sepulcros de los vivos” como las denominó Dostoievsky al hablar de los exilios a Siberia en tiempos de los zares o las que describe Alejandro Dumas que había en la Isla de If, donde fue confinado Edmundo Dantès, más tarde el protagonista de la novela El Conde de Montecristo.
En desagravio de los zares, muchisisísimo menos crueles que los bolcheviques durante el estalinismo y ahora bajo Lukashenko en Bielorrusia, varios de los condenados a Siberia pudieron llevar consigo a sus cocineras.
De Ortega se puede decir casi lo mismo: la mayoría de los más fuertes candidatos a la presidencia fueron confinados en sus casas, con sus respectivas empleadas de hogar, aunque otros por el momento están “desaparecidos”.
Más y más El Salvador se hunde en una africanización infernal
Pero más y más este desangrado país nuestro asemeja una imagen que circula en las redes sociales de cavernas llenas de esqueletos, un mensaje “subliminal” con más y más desaparecidos, víctimas de satánicas cuotas de asesinatos...
La situación está al borde de una anarquía del terror, pues el régimen antepone sus intereses de clan, de sus esbirros que maneja en la legislatura y que semana a semana montan circos inquisitoriales para difamar a personas, familias y sectores a base de perogrulladas, medias verdades y enlaces imposibles, a tratar de poner algún control sobre una situación que está hundiéndose en la anarquía, una africanización del país, lo que se comparte con Nicaragua y Honduras, considerados narco-estados.
Día a día, hora con hora, El Salvador sufre la pérdida de jóvenes, de madres e hijos, de amigos...