A los salvadoreños nos tocará pagar el dinero que se robaron en 10 años

Las víctimas de tales atraques somos todos los salvadoreños, los que “al final del día” tendremos que pagar la factura, sea en más impuestos, en mayor costo de vida, en reducidas oportunidades de superación personal.

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Diputados que integran la subcomisión que evalúa el perfil de los aspirantes a magistrados del TSE. Fotos EDH / yessica hompanera

Por El Diario de Hoy

2019-07-26 6:26:28

Un inmueble parcialmente en ruinas por el que, de acuerdo con Will Salgado, los corredores de bienes raíces ofrecían novecientos mil dólares —sumas que son siempre negociables— fue comprado por los efemelenistas para Migración por dos millones seiscientos mil dólares, a lo que se suma el costo de una proyectada remodelación por seis millones de dólares más.

Habría sido muchísimo más barato comprar un lote, construir en acero y alojar allí las oficinas de Migración, ahorrándole al personal la angustia de estar en un edificio que puede derrumbarse en el siguiente terremoto que nos azote.

En todo caso, rechazamos lo que han alegado los efemelenistas de que “comprar un edificio no es fácil”; entonces, si no se sentían capaces de esa gestión, ¿por qué no renunciaron? Lo peor de todo es que muchos de ellos siguen en sus cargos pensando que el nuevo gobierno ya no los tocará…

Comprar o alquilar inmuebles por más de lo que es su valor en el mercado ha sido la norma en los últimos quince años, lo que explica el abultado patrimonio de muchos exfuncionarios, señalados como corruptos por las autoridades estadounidenses que, por esa causa, les suprimieron las visas.

Las víctimas de tales atraques somos todos los salvadoreños, los que “al final del día” tendremos que pagar la factura, sea en más impuestos, en mayor costo de vida, en reducidas oportunidades de superación personal.

Muchos negocios turbios son obra de varios, que se reparten el botín.

En el caso del mencionado inmueble, se alega que el Ministerio de Hacienda, que estaba en manos de ellos mismos, dio el visto bueno para la compra, como “buen juez y parte”, dirán los salvadoreños de a pie.

Venezuela no tarda en cobrar lo que le deben

Y la letanía de movidas no finaliza allí. El colapso del negocio ALBA, el gran vínculo efemelenista con la dictadura venezolana, arrastrará tras sí a muchos municipios que participaron en el asocio del petróleo que se recibía de Venezuela, pero que cualquier día, si no ahora, se tendrá que pagar, pues tal régimen y pese al control que tiene sobre muchas materias primas como el oro, está cada vez más necesitado de dinero.

Los rusos, se dice, han tomado control sobre las minas de oro para recuperar préstamos que en su momento hicieron a Venezuela. Nadie perdona deudas, por lo que los préstamos que se hicieron se tendrán que pagar.

Y de nuevo, ¿pagarán los efemelenistas el botín que amasaron estos años, o nos tocará a los salvadoreños cubrir esos compromisos?

Ya todos conocen la respuesta: como las plagas de chapulín que devoran todo al caer sobre los campos (una maldición de la que incluso cuenta la Biblia) los socialistas del Siglo XXI se metieron en la bolsa lo que estaba a su alcance y, como es su lema, lo conquistado no se entrega (es decir, “lo robado, robado queda”). Allí están los procesos abiertos por la Fiscalía y los que faltan.

Esa clase de sinvergüenzadas se da tanto en dependencias públicas como privadas: muchos jefes de compras se dejan seducir por las coimas (mordidas) que reciben para preferir un producto o un proveedor sobre otro.

Muchos empresarios y hombres de negocios dicen que sus actividades deben en lo posible dejar muchas ganancias para así compensar lo que en una u otra manera les roban, por lo que se pierde en ineficiencia, en malas decisiones, en personal sin capacidades que luego debe reemplazarse, en multas arbitrarias…