Una agenda interpartidaria

Respetables representantes de la ONU, señores de los partidos políticos, el pueblo salvadoreño necesita que ustedes, además de reunirse con expertos técnicos y burócratas, se muevan más rápido

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Paty Chapoy asegura que María Celesto tiene un pacto con Sara, la hija menor de José José. Foto EDH / Fotocaptura

Por Carlos Mena

2019-10-01 9:31:21

Con acompañamiento y esfuerzo admirable de representantes de Naciones Unidas y, a solicitud del entonces presidente Salvador Sánchez Cerén, los partidos políticos acreditados en la Asamblea Legislativa pasaron por un proceso de diálogo, el cual, incluyendo todas sus etapas, inició en diciembre 2016 y concluyó en mayo 2019 con las firmas de los secretarios generales de todos los partidos. Definitivamente un gran logro; pero esto tomó 2 años 6 meses de intensas reuniones en mesas técnicas/políticas.

Sin lugar a dudas, lograr que los diferentes partidos se reúnan a dialogar en una ambiente respetuoso y franco, es en sí mismo una buena noticia para los salvadoreños, y más aún que logren ponerse de acuerdo en 180 compromisos interpartidarios y, justamente en medio de un proceso electoral del 2019. Estos acuerdos pueden constituirse en “una hoja de ruta de acciones prioritarias para construir un país moderno, próspero y equitativo”, cometa el Instituto Holandés y la ONU.

Antes de dar mis comentarios críticos sobre esta gran noticia, detallaré los cinco grandes e importantes temas sobre los cuales giran los 180 compromisos: 1. Seguridad pública para la convivencia ciudadana; 2. Crecimiento económico, desarrollo social y finanzas públicas; 3. Educación para la productividad, la tolerancia y la ciudadanía; 4. Fortalecimiento del sistema democrático; 5. Salud pública digna, integral y universal. Aclaro y afirmo estar de acuerdo en la importancia de todos los temas, fundamentales en cualquier país, en cualquier época y sobre todo para El Salvador actualmente.

En donde deseo hacer crítica democrática es en que estos temas han sido agendados por gobiernos anteriores, con diferentes nombres y discutidos en comisiones del Congreso salvadoreño durante años, se han prometido solucionar estas urgentes necesidades de los salvadoreños y, pasa el tiempo sin que las cosas cambien y mucho menos que mejoren; porque podrán haber “cambios” (como el de Mauricio Funes), pero para “el salvadoreño de a pie” coloquialmente hablando, su seguridad, su salud, su educación, su economía no mejoran sustancialmente, ¡no hay movilidad social! Tal pareciera que el bienestar de la democracia solamente funciona para los “servidores públicos” que se sientan a comer y platicar sobre los mismos temas una y otra vez.

Aún así voy dar un voto de confianza o, dicho de otra forma, “el beneficio de la duda” a esta intentona de firmar nuevamente acuerdos bajo la supervisión de la ONU. Talvez la ONU los hace entrar en seriedad y se ponen a trabajar con sentido de urgencia, porque los salvadoreños estamos cansados de escuchar que los problemas no tienen soluciones rápidas, que las soluciones tomaran 20 años más en dar frutos. Es cierto que las soluciones toman tiempo, pero esos 20 años ya pasaron para muchos compatriotas, algunos ya están 3 metros bajo tierra, y nunca jamás verán sus necesidades satisfechas.

Creo mucho en la planificación, en la programación de objetivos y metas, pero les diré cual es el verdadero problema: los funcionarios del Estado Salvadoreño se mueven demasiado lento, a la velocidad de un elefante soñoliento y, peor aún, cobran caro por hacer una tarea que debió haber sido resuelta 30 años atrás.

Respetables representantes de la ONU, señores de los partidos políticos, el pueblo salvadoreño necesita que ustedes, además de reunirse con expertos técnicos y burócratas, se muevan más rápido: la solución a los problemas y compromisos adquiridos no puede esperar otros 20 años.

Militar y economista.