Protesta digital: libertad para los inocentes
No podemos ser cómplices por acción u omisión de injusticias y vidas truncadas.
La invitación que hago en es este día es para todos los salvadoreños empáticos con el sufrimiento de muchas familias; es momento de unirnos y utilizar las redes sociales para exigir libertad de miles de personas que el propio Gobierno ha reconocido como inocentes, que, sin mayor investigación, han sido apresadas. De todos es conocimiento que hemos perdido nuestros derechos constitucionales y debemos alzar la voz por aquellos que no pueden hablar para que la justicia sea aplicada de manera correcta, imparcial y en base al cumplimiento de una investigación.
Prevenir detenciones equivocadas y condenas erróneas debe ser una prioridad del sistema de justicia penal. Desde hace tres años se está en deuda no solo de liberar a quienes están equivocadamente presos, sino también, de entender y prevenir esta grave falla de la justicia penal.
Muchos han estado más de un año detenidos sin que haya nada más contra ellos que una acusación falsa o un perfil mal hecho por parte de las autoridades. Ya no podemos seguir callados ante las injusticias o esperar que nos toque a nosotros esos malos métodos de proceder en contra de la gente. La realidad es que tenemos salvadoreños que son víctimas de una ley aplicada con arbitrariedad, hoy pueden ser otras familias mañana podemos nosotros y por esto mismo no podemos ser apáticos a la realidad que enfrentamos.
De los cerca de 80 mil detenidos según datos de las autoridades en el marco del régimen de excepción, se ha liberado a 8 mil, afirma el presidente. Es decir, él mismo reconoce que personas que no tenían ninguna culpa sufrieron prisión. Y cuando dice: “Vamos a liberar al 100% de los inocentes”, reconoce que todavía hay más. Y el vicepresidente se ha referido a estas víctimas como “daños colaterales”, minimizando la importancia a un tema demasiado delicado que implica vidas.
Por un momento pongámonos en los zapatos de las víctimas, ¿qué pasaría si fuéramos nosotros a quienes nos llevan presos sin haber cometido delito alguno? Perderíamos nuestra libertad, trabajo, tiempo, estabilidad familiar. Y ¿Quién nos repara dicha perdida? Nadie.
Organizaciones como MOVIR sostienen que después de tres años del régimen de excepción, este ha pasado de ser un instrumento de combatir a las pandillas a capturar, amedrentar y perseguir a líderes comunales, defensores de derechos humanos y personas de la sociedad civil que están en contra del gobierno de Nuevas Ideas.
Nuestra ley debe prevalecer y dice que los inocentes no deben estar en la cárcel. Si son inocentes y están encarcelados, son víctimas. Estas víctimas tienen derecho a reparación de los daños sufridos. La justicia no debe utilizarse como herramienta de intimidación, represión o callar voces disidentes.
No podemos quedarnos callados ante casos como el de Fidel Zavala, un defensor de derechos humanos, un hombre que expuso diferentes abusos en los centros penitenciarios de nuestro país.
No podemos ser cómplices por acción u omisión de injusticias y vidas truncadas. Necesitamos un equilibrio entre garantizar la seguridad ciudadana y proteger los derechos humanos.
Ingeniera.

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