Prioridades

Salvando las diferencias, la ejecución responsable de un presupuesto no difiere en mucho de la que les toca realizar a las empresas grandes, medianas o pequeñas.

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Foto: AFP

Por Jorge A. Castrillo H.

2021-10-01 8:50:28

"Hay que tener prioridades en la vida” se suele recomendar a los jóvenes. Y no es mal consejo. Si en aquellos nuestros tiempos en los que la vida no era tan rápida y fugaz, priorizar acciones ayudaba a organizar su vida a personas e instituciones, en los tiempos frenéticos que ahora corren ha pasado de ser recomendación sana para convertirse en cuestión de supervivencia. El reverso de la moneda a la priorización es el conocido dicho de nuestras abuelitas de que “el que mucho abarca, poco aprieta”.
La pandemia nos puso contra la pared a todos. A todas las instituciones las tomó por sorpresa o, para seguir hablando coloquialmente, “con los pantalones abajo”. Nadie podría haber previsto lo que sucedió; nadie podría haber imaginado la gravedad de la situación. Nos llevó, en todo el mundo, a niveles de emergencia. Es cierto que ante una emergencia hay que priorizar… por un tiempo. Porque una situación de emergencia, por definición, no puede durar indefinidamente. La planificación ayuda. Notará usted que, si bien todas las instituciones han sufrido -y mucho- aquellas que venían siguiendo un plan, que tenían procesos instalados y que los seguían, han sido las menos golpeadas y las que más rápido se recuperarán. Priorizar viene de la mano con planificar.
Ante una emergencia, se activan medidas de urgencia. Y esto es bueno tenerlo claro: urgencia no es lo mismo que prioridad o, como nos enseñó Mafalda, no es bueno que lo urgente quite el tiempo a lo importante. En las urgencias es más eficaz quien actúa rápido, con decisión y, si conoce su área, con tino. En las emergencias se entiende que podamos actuar tontamente, “sin ton ni son”. Para evitarlo, la práctica de hacer simulacros de cómo conducirse en una situación de emergencia se ha hecho más común en edificios, escuelas y oficinas en donde hay concentración regular de personas. Temblores, inundaciones e incendios son las catástrofes más frecuentes ante las cuales las organizaciones suelen tomar sus precauciones y desarrollar protocolos para evitar daños mayores. No sé si los mercados ya tienen protocolos establecidos de qué hacer en caso de….. pero parecería sensato que se desarrollen y los tengan en caso de no tenerlos aún, como uno puede inferir por lo que hemos visto.
El presupuesto de la nación ha sido entregado en tiempo a la Asamblea Legislativa por el responsable de hacerlo, el ministro de Hacienda. Esta vez con menos pompa que el año pasado, cuando se anunció hasta a quien no quiso oírlo que aquel era el primer presupuesto elaborado enteramente por el gobierno en funciones, que en el anterior sólo les tocó ejecutar el que ya estaba aprobado. Pues bien, mayor responsabilidad le cabe ahora al gabinete que, justo a la mitad del mandato y habiendo conocido las dimensiones de lo que significa gobernar, presenta ahora su plan de gastos, que no otra cosa es el presupuesto de la nación.
No debe ser fácil gobernar. Y más difícil debe serlo con las severas limitaciones presupuestarias que enfrenta el país en estos tiempos. Salvando las diferencias, la ejecución responsable de un presupuesto no difiere en mucho de la que les toca realizar a las empresas grandes, medianas o pequeñas. La mayoría de empresas ha realizado ya acomodaciones a sus Planes Estratégicos para reorientar sus esfuerzos luego del golpe de la pandemia, que no se cansa de golpear y hacerse presente. ¿las habrá hecho el gobierno?
Alguien mucho más entendido que yo en estas cosas de números sostenía que había decidido limitar las prioridades en su empresa para este año. Y sugería también que, de estar él en la situación de aconsejar a los ministros y ministras del gabinete, les habría sugerido enfocarse en no más de cinco prioridades a cada uno de los ramos. Cada gobierno tiene sus prioridades. Pero todo gobierno tiene unas responsabilidades ineludibles. El gabinete social de este gobierno ha decidido priorizar acciones para la primera infancia, una decisión que busca no solo saldar deudas históricas sino también poner bases firmes para el futuro desarrollo nacional. Pero eso no debe llamar a confusión, las otras responsabilidades de cada ramo deben ser siempre atendidas. Queda poco tiempo. Ojalá que esas grandes moles que son los ministerios logren engrasar sus engranajes para asumir las nuevas prioridades sin dejar de atender las que la ley les marca. Las cabezas de cada ministerio deberán mostrar su capacidad y eficiencia para lograrlo. “De buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno” dice otro antiguo refrán que no sé si termino de entender a cabalidad.

Psicólogo/pscastrillo@gmail.com