Los retos del Ministerio de Salud

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Foto: Archivo

Por Ricardo Lara

2019-06-27 6:05:59

Como sucede en cualquier relación, sea esta sentimental o laboral, hay una especie de encanto que se llama luna de miel, donde solo en un corazón y mente perdidamente ilusionados podemos esperar grandes cosas del ser amado. Lo mismo sucede desde el punto de vista laboral.

Esos fatídicos cien días donde el gobierno de turno ofrece sacar de su estratégica planeación las soluciones a problemas históricos, tenemos a una población con mucha fe que en El Salvador todo será mejor.

¿Será que ese padre que murió ahogado cruzando el río Bravo no luchó con todo lo que pudo por darle a su familia un sustento digno en su país? Por supuesto que lo hizo, por respeto a ellos que murieron huyendo de un país que pocas oportunidades ofrece a los suyos es que debemos estar atentos y ser férreos vigilantes de lo bueno, de lo malo y lo feo que ocurre en el país y, como médico, debo ser un observador propositivo en servir desde mi posición a mi país.

La mayoría de médicos conocemos el andamiaje del MINSAL y de esos personajes que fueron sendos tiranos, hombres y mujeres prepotentes que en la mente del votante de Nuevas Ideas creyó que esas caras serían ideas viejas de un pasado para olvidar y no repetir pero no, quieren seguir y saliendo en la foto y seguimos viendo esos rostros que en nada abonan a una gestión que tiene las mejores intenciones de servir.

En mi confusión, me cuestiono: ¿No hay médicos con hojas de vida intachables sumamente calificados para ocupar esas plazas y llevar clorofila a un árbol que parece secarse? Mi respuesta inmediata es: ¡Claro que los hay! ¡Y por cientos! Y debe la ministra estar atenta a desechar esas podridas manzanas para no ser llevadas en la cesta nueva. Algo que debe preocupar a la Ministra y que le debe causar desconfianza son las cifras epidemiológicas que sean reales.

¡Nada de ocultar ni maquillar información! ,como siempre sospecharé que se hizo con el mayor descaro y cinismo por parte de la anterior administración. ¿Con qué objetivo? Votos y más votos que en nada sirvieron a la humillante derrota. Este año hemos sufrido terribles embates como que si fuéramos tan pecadores, pero nuestra humilde población no merece fallecer por neumonía y fiebre tifoidea, enfermedades que con adecuada y oportuna intervención se pueden controlar, si se realiza un diagnóstico oportuno. Poco se habló del brote de parotiditis, de la alerta de incremento de dengue en 232 municipios.

¿Qué decir de las medidas que se están tomando (si ese fuera el caso) con la rubeola? ¿Qué pasó en el 2003 cuando se vacunaron en barridos sanitarios a mujeres embarazadas, para prevenir la rubeola? Esto es gravísimo pues los efectos adversos para un recién nacido pueden ser: Pérdida de la visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardíacas, y parálisis.

Este año, Argentina y Chile han confirmado casos de rubeola; uno de ellos es un caso de una persona que regresaba de China (país de moda en los políticos del FMLN). Creo que abastecer una unidad de salud para tener el recurso para vacunar contra Rubeola, Sarampión y Parotiditis ( la MNR ) y capacitar con conocimientos a todo el personal de salud a estar atentos para vacunar a poblaciones en riesgo y mantener una reserva de vacuna es vital.

Esos cien días se acaban y para una excelente gestión no debe haber período de gracia siempre y cuando sus prioridades sean ejecutar una medicina preventiva de la mejor calidad y no creer que tener acetaminofén en un puesto de FOSALUD o ECO es misión cumplida.

Pareciera que ser el titular de salud en nuestro país es fácil pero no, es como tener una bomba de tiempo atada al cuello, solo es cuestión que explote, lo que se evitaría, rodeándose de la mejor gente y que esas caras que viven del erario público escudándose en ONG de fachaditas no deben ser personas cercanas a la titular de salud.

El padre y su hija que murieron ahogados refleja crudamente nuestra realidad. Huían de la violencia irracional que azota al país, pero la violencia más grave es la ignorancia y es, Sra. Ministra, de esas personas ignorantes y aprovechadas que debe alejarse.

La muerte de una niña de cinco años en el hospital de Sonsonate nos recuerda que no hay que llegar hasta el río Bravo para ser víctima de la muerte. Tan salvadoreña era la que murió ahogada como la de San Julián que en pleno velorio llegó Medicina Legal a retirar el cuerpo para realizar la autopsia.

Por cierto, nadie se lo dirá que la gran mayoría de trabajadores del MINSAL, si algo los convirtió en Nuevas Ideas, fue ese mal logrado Foro Nacional por la Salud.