Don Bosco: un santo alegre

Este 31 de enero se celebra en el Santoral de la Iglesia, el Día de San Juan Bosco. Como ha sido tradición desde el Cristianismo Antiguo, no se suele celebrar la fiesta de natalicio terrenal del Santo, sino el día de su muerte, pues es precisamente la fecha en que nace a la vida Eterna.

Nació terrenalmente el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti en Italia y fue bautizado con el nombre de Giovanni Melchiorre Bosco (Juan Melchor Bosco). Quedo huérfano de padre a la edad de dos años y su madre Margarita Occhiena le inculca a él y sus dos hermanos una sólida educación cristiana.

Al igual que José, el Padre Terrenal de Jesús, Juan Bosco es receptor de múltiples sueños, en los cuales recibe iluminación no solamente para sus proyectos eclesiásticos, sino también sobre situaciones del diario vivir. Se contabilizan un total de aproximadamente 160 “Sueños Proféticos”, el primero de ellos ocurre a la temprana edad de 9 años y es conocido precisamente como el “sueño de los 9 años de edad”, el cual tuvo un impacto profundo en su vida, pues marcó su llamado vocacional para trabajar a favor de los niños y jóvenes abandonados, los más pobres y marginados de la sociedad.

A la edad de veintiséis años es ordenado sacerdote en Turín en 1841 y durante su actividad pastoral fundo escuelas y fomentó la formación de establecimientos para la formación de jóvenes. Además fue artífice de la construcción de algunas iglesias, la Basílica de María Auxiliadora en Turín, la Basílica de San Juan Bautista y la Iglesia del Sagrado Corazón en Roma en donde celebro su última misa.

La Basílica de María  Auxiliadora en Turín inició su construcción en 1863 y Don Bosco escogió como sitio de edificación el lugar de martirio de los santos Adventor, Octavio y Solutor, soldados romanos torturados por causa de la fe bajo el reinado de Maximiano en el siglo III.

La Basílica de María  Auxiliadora en Turín es conocida en la actualidad como “El Santuario Mariano de Don Bosco”  y es precisamente en esta iglesia que descansan los restos mortales del cuerpo incorrupto de Don Bosco.

La admiración de los Papas por Don Bosco ha sido universal, el 9 de mayo de 1975 el Papa Pablo VI en su carta pastoral Gaudete in Domino Semper (Alegraos siempre en el Señor) nombra a San Juan Bosco  como el “Santo de la Alegría”, uno de los santos que logro comunicar el don de la alegría en la vida diaria, en la pedagogía y en la teología.

El Papa Francisco nos llama a vivir la santidad de la alegría en la Exhortación Apostólica Gaudete et exúltate (Alegraos y Regocijaos) y nos recuerda: «El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado», sin espacio para la duda, quien nos viene a la memoria con dicha descripción es San Juan Bosco.

Debido a la amplia variedad de actividades que desarrollo, Don Bosco ha sido nombrado Santo Patrono de: los jóvenes aprendices de oficios vocacionales, de las editoriales católicas y de las imprentas, además de ser el Patrono de Brasilia, la ciudad capital federal de Brasil. Al mismo tiempo se le ha denominado Padre y Maestro de la Juventud.

Don Bosco es llamado a la presencia de Dios, el 31 de enero de 1888. Posteriormente es beatificado por el Papa Pío XI el 2 de junio de 1929 y declarado Santo el 1 abril de 1934, su canonización fue siempre por el Papa Pio XI.

Todo Santo que vivió en el pasado deja el legado de su obra para el futuro. Legado que millones de jóvenes en todo el mundo han hecho realidad bajo la guía de la Orden Salesianos de Don Bosco; ya sea en Oratorios, Escuelas Vocacionales, Colegios y Universidades. Y así, cumplir el sueño más importante de Don Bosco: “Le prometí a Dios que hasta mi último aliento seria para mis jóvenes”.

¡Salve, Don Bosco Santo. joven de corazón!

Doctor en Teología y Medico.