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El fenómeno de culto: Otro punto de vista

“El culto a la vida es también culto a la muerte” (Octavio Paz)

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Por Oscar Picardo Joao
Publicado el 13 de septiembre de 2023


El Pastor General de la Misión Cristiana Elim, Mario Vega, publicó un excelente artículo titulado El “fenómeno de culto” (9 de septiembre de 2023), a partir de los estudios de “Humor social y político” que realizamos desde la Universidad Francisco Gavidia. En este contexto, me permito continuar la reflexión desde otros puntos de vista complementarios.   

El concepto “culto” hace referencia a la relación de un conjunto de individuos sobre la base de creencias simbólicas o exotéricas de un grupo, secta o religión en relación a una entidad superior, trascendente o divina. En los diccionarios de lengua española aparecen diversas acepciones del término: ritos, ceremonias, homenaje o adoración.

Cicerón definió la religión como cultus deorum, "el cultivo de los dioses"; el término "culto" aparece por primera en la literatura inglesa en el siglo XVII, derivado del francés culte, que significa "adoración" y que a su vez se originó en la palabra latina cultus que significa "cuidado, cultivo, adoración". El significado de "devoción a una persona o cosa" es de 1829. A partir del siglo XX, "culto" adquirió otras definiciones positivas y negativas.

En religión dogmática, la salvaguarda y lectura de sus textos sagrados, la recitación de sus creencias, las liturgias, la elaboración de una teología por vía de reglas de exegéticas y hermenéuticas particulares, configuran un modo de creer o fe que consolidan una relación cultica.

En el cristianismo clásico existen tres tipos de cultos: - Latría o adoración, que es el culto que únicamente se le rinde a Dios; Dulía, veneración, que es el que se le rinde a seres de un círculo concéntrico a la figura de Dios -ángeles, santos, etcétera-; e Hiperdulía que es la veneración o culto que se le da a un ser particular -en el catolicismo a la Virgen María-.

En la tradición religiosa cuando hablamos de culto encontramos una serie de fenómenos: sacrificios, oraciones, himnos, cánticos, imágenes, símbolos, rúbricas, entre otros aspectos que se integran en las reglas de culto y su liturgia.

Fuera del ámbito religioso y más cercano a la psicología social, el “fenómeno de culto” se refiere a una relación que tienen un grupo de personas más o menos numeroso quienes admiran y veneran a un personaje dentro de su ámbito -no divino, pero elevado a una categoría superior-.

Dentro de los fenómenos de culto no religiosos, aparece el “culto a la personalidad”, se trata de un fenómeno masivo de seguidismo, adulación y obediencia constante a un individuo que se ha erigido líder de un movimiento o estamento determinado, normalmente extendiéndose este al ámbito de un país entero, como mínimo.

Según Arturo Torres: el culto a la persona se caracteriza por la actitud acrítica de quienes siguen al líder, y por el comportamiento sectario y hostil frente a quienes no obedecen, así como por las actividades ritualizadas y el uso de simbología e iconos que recuerdan al líder, de un modo similar a lo que ocurre con los símbolos en el caso de las religiones organizadas propias de las sociedades no nómadas.

Los elementos del fenómeno de culto, desde la psicología social y a partir de las experiencias empíricas e investigaciones que desarrollamos desde la academia, podrían integrar alguno de estos elementos:

La presencia dinámica de la figura cultica: Aparece en un escenario de crisis, frustración, miedo o circunstancia atípica; con un discurso disruptivo y proyectando soluciones magnificentes frente a los escenarios apocalípticos.

La dicotomía bien y mal: Define el bien y el mal, y por ende: los buenos y los malos; sus seguidores entran en el clan de los elegidos buenos y los que están fuera son señalados como los equivocados o divergentes. Definir quién es bueno y quién es malo es una responsabilidad del líder mesiánico.

Adhesión: Se crean mecanismos de afiliación, renunciando a experiencias pasadas a través de una conversión radical; los neo conversos se vuelven fanáticos y defensores acérrimos del líder y de sus ideas.

Imagen idealizada: La imagen del líder se va idealizando a través de recursos comunicacionales, mitos, sagas e historias increíbles, las cuales circulan por tradición oral y redes sociales, sobre todo en videos.

El tipo de adoración o veneración: Se crean mecanismos de adulación recurrentes; repitiendo su nombre constantemente, frases y uso de  imágenes, como herramientas de refuerzo y fijación en las creencias, ideologías y cosmovisiones de sus seguidores.

Libros, documentos o símbolos sagrados: El culto es respaldado por una serie de recursos que pasan de lo oral a lo material y simbólico; aparece su primera biografía -texto o video- adornada con alegorías e historias míticas exuberantes.   

La relación entre la gente y el líder: Se crea una conexión profunda, sustentada en modelos de satisfacción vicariante, que relacionan carencias con ideales aspiracionales; estas relaciones son reforzadas constantemente.

Superstición: Aparecen en escena creencias extrañas a los dogmas políticos clásicos y contrarias a la razón; que atribuyen explicaciones mágicas a la generación de los fenómenos, procesos y sus relaciones sin ninguna prueba o evidencia científica, especialmente si se relacionan con la mala o buena suerte.

No rendición de cuentas: Por su estatus “superior” el líder no tiene la obligación de rendir cuentas o dar explicaciones; es un asunto de fe y sus adeptos creen ciegamente. Incluso, todo aquél que exponga algo en contra del líder es rechazado, pese a que tenga pruebas o evidencias.

Todo lo anterior nos lleva a una de las definiciones secularizantes del pensador y anarquista ruso Mijaíl Bakunin quien afirmaba: “Reemplazar el culto a dios por el respeto y el amor a la humanidad. Nosotros proclamamos a la razón humana como único criterio de verdad. La conciencia humana como base de justicia; la libertad individual y colectiva como única fuente de orden en la sociedad”. Para algunos irritante, para otros lógico, algo de opio y algo de realidad…

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.

Investigador Educativo/opicardo@asu.edu

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