Aún hay tiempo para la innovación

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Esta imagen del 21 de junio de 2019 muestra la instalación temporal establecida para albergar inmigrantes en una estación de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU., en Clint, Texas. Foto referencia / AFP

Por Carlos Ponce

2019-06-25 4:54:31

Es importante reconocer que el gabinete de seguridad ha iniciado su gestión con entusiasmo. En pocos días ha coordinado el despliegue de contingentes de policías y militares en los centros históricos de distintos municipios, realizado traslados masivos de internos en los centros penitenciarios y presionado a las compañías telefónicas a que bloqueen la señal celular en los presidios. El objetivo, según han explicado los funcionarios, es recuperar territorio y asfixiar la principal fuente de dinero ilícito de las pandillas: las extorsiones. La pregunta es: ¿Las acciones ejecutadas son congruentes con el fin que se persigue?

Recuperar territorio implica ganarse la confianza ciudadana. En los lugares que se pretende reconquistar, obedecer las reglas de las pandillas es más importante que respetar las leyes aprobadas por la Asamblea Legislativa. Las personas se han sometido a un gobierno paralelo establecido por dichos grupos, ya que no les quedó de otra. Bajo sus circunstancias, evaluaron que someterse a la autoridad pandillera era la mejor opción.

El Estado, para arrebatarle el poder a estos grupos, debe de convencer a la ciudadanía que le conviene más no obedecer las reglas establecidas por las pandillas que obedecerlas. Analicémoslo desde un punto de vista práctico.

Una señora que tiene un puesto en el centro histórico le paga periódicamente un monto de dinero a la pandilla para garantizar su seguridad porque, bajo sus circunstancias, hacerlo es la opción que más le conviene. Sabe que, si no lo hace, será objeto de algún correctivo administrado por sus extorsionistas. La alternativa es denunciar la extorsión ante las autoridades.

Acá es donde juega un papel importante la percepción ciudadana. Si la señora percibe a la Policía como una institución inefectiva, ineficiente, corrupta o parcializada, optará por pagar la extorsión, ya que es la opción que implica menos incertidumbre. Sabe que pagando la extorsión puede seguir operando y que, si decide denunciar, las probabilidades de que pueda seguir operando o, incluso, viviendo son inciertas. Cambiar la percepción ciudadana, por lo tanto, es crucial para que la gente decida desobedecer las reglas impuestas por las pandillas y, de esa forma, que el gobierno retome el control.

¿Los patrullajes conjuntos tienen la capacidad de cambiar esta percepción? Existen pocas probabilidades que sea así. Las pandillas se han vuelto omnipresentes en las comunidades que controlan. Tienen ojos por todos lados. Parte importante de las comunidades, lastimosamente, colabora y hasta se beneficia de las actividades ilícitas de las pandillas. Desde hace ratos, las pandillas no necesitan ser visibles para amedrentar o intimidar. Parte de su evolución implicó hacerse invisibles.

Existe una alta probabilidad, por lo tanto, de que esto empeore la percepción ciudadana.
¿El bloqueo de la señal en los centros penales y el movimiento de internos son medidas efectivas para bajar la cantidad de extorsiones? Las pandillas están conformadas por redes delictivas complejas en las que existen mecanismos que progresivamente han limitado la intervención de cabecillas pandilleros recluidos en los centros penitenciarios en la extorsión sistemática en el exterior.

Incluso las estructuras en libertad que manejan las actividades diarias se auxilian de otras redes. Estas medidas tendrán un impacto, pero no el esperado. La comunicación de los cabecillas recluidos será más difícil, pero las pandillas están estructuradas para adaptarse a esta posibilidad.

El entusiasmo del nuevo gabinete pudiese haberse explotado de mejor manera con el acompañamiento de personas con una apreciación más amplia y acertada de la situación. Hay muchos jefes policiales jóvenes, por ejemplo, que pueden aportar mucho y dar mejores consejos al gabinete.

Hubiese sido interesante que este nuevo gobierno renovara completamente la cúpula policial y permitiera que oficiales más jóvenes propusieran medidas distintas a lo que se ha probado en el pasado sin ningún efecto positivo. Aún están a tiempo de hacerlo.