Estimados lectores:
Algunos de ustedes me recordaron que estamos en Semana Santa y me pidieron “bajar un poco el tono” en estos días. Tienen razón, mis últimas cartas han sido muy duras y controversiales. No todos los días se maldice al presidente. La cosa es que los abusos de poder no respetan ni Semana Santa ni vacaciones. Nuestro compatriota Kilmar Ábrego García sigue sin estar con su familia para celebrar la Semana Santa, sino que continúa secuestrado en el CECOT.
A veces la indignación –y el sentido de impotencia ante la impunidad con que actúa el poder– me calientan la cabeza. Siempre recupero rápido la cabeza fría y racional que se necesita para mi oficio. Así que tienen razón, bajemos el tono por unos días, respetando los sentimientos de quienes buscan la concordia y la paz en la Semana Santa –o que simplemente quieren desconectarse del mundo y hacer vacaciones.
Yo voy a vacaciones también, estaré de viaje en las próximas semanas recuperando amistades. Tal vez voy a mandar cartas, tal vez simplemente voy a descansar. Veremos.
Veremos también qué pasa con el senador de Maryland, Chris Van Hollen, quien ya está en El Salvador para gestionar la libertad para Kilmar Ábrego. Veremos si le permiten verlo en el CECOT. Sería la primera vez que dejen entrar a este lugar a alguien que no se va a prestar a la propaganda oficial. Sería también la primera vez que algún interno reciba una visita. Esto sí sería celebrar adecuadamente la Semana Santa. Pero parece que ya Félix, siendo Félix, lo mandó al carajo...
Hagamos un jueguito de números. Los números ni mienten ni ofenden. Ni siquiera en Semana Santa...
Bukele dijo a Trump, en su reunión en la Casa Blanca, lo que para él es el argumento que justifica todo: el estado de excepción permanente y las interminables y masivas redadas de detenciones. Le dijo a Trump: Para garantizar la libertad de 340 millones de ciudadanos estadounidenses, usted tiene que estar dispuesto a privar de libertad a “algunos”. A Trump le encantó este ‘razonamiento’, y con una gran sonrisa dijo: Good point. ¿Lo puedo usar en mis discursos?
Lo que Bukele no dijo es que, en el caso de El Salvador, los “algunos” que han perdido su libertad para garantizar la de los demás son 107 mil, entre ellos unos 85 mil como resultado del estado de excepción que permite detenciones de 3 años sin juicio. El Salvador tiene el porcentaje más alto de privados de libertad de su población en el mundo entero: 1.65% de los salvadoreños están presos, 2.6% de su población adulta.
El 1.65% de la población de Estados Unidos (340 millones) serían 5.610.000. Actualmente, el número de privados de libertad en Estados Unidos es alrededor de 1.8 millones. ¿Estaría Donald Trump dispuesto y capaz –y lo aguantaría su sistema penitenciario– a detener adicionalmente y mantener presos a 3.81 millones de sus ciudadanos? No lo creo, si ya comienza a enamorarse de la idea de mandar a sus presos a otros países, por ejemplo, a El Salvador...
Me imagino que se le hubiera congelado la risa a Trump si hubiera sacado la cuenta de qué significaría para su país –y para su gobierno– seguir este “buen consejo” de su amigo Bukele. Estas tasas de encarcelamiento sólo son posibles mantener en dictaduras como la de Bukele, que tiene poder sin límites. Y Donald Trump sabe que de esto todavía está lejos.
Espero que este ejercicio de matemática y razón no haya sido demasiado para un pueblo en vacaciones. Como sea, pásenla bien, y cuando estén bolos ni manejen ni se metan al mar.
Saludos,
Paolo Lüers