Carta a Neto Muyshondt, el prisionero preferido del señor que no olvida

Estimado Neto:

Sigue funcionando la maquinaria de la justicia al servicio de venganzas políticas. Te acaban de condenar a cuatro años de prisión por un delito que a la hora del juicio ya no existía. Según la acusación de la fiscalía, como alcalde fuiste responsable de que la alcaldía de San Salvador se apropiara de cuotas laborales retenidas a sus trabajadores. De esta acusación fuiste absuelto en agosto de 2023 por el Tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador, debido a que se demostró que la suma de dinero por la cual fuiste acusado ya había sido cancelada. Ya no existía delito. El caso era tan claro que el juzgado no tuvo otra opción que desechar la acusación, por la cual ya habías pasado 2 años en prisión.  

Pero como se trataba de venganza y no de justicia, el caso no terminó ahí. El poder que no olvida a sus adversarios ni mucho menos les perdona no vio satisfecha su sed de venganza. Quería que vos, que habías sustituido a Nayib Bukele como alcalde de la capital y que sabes demasiado, sirvieras de ejemplo a todos los políticos opositores.

Así que su fiel fiscal general Rodolfo Delgado hizo dos cosas. Primero, solicitó al Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador que emitiera orden de captura contra vos -por otra causa pendiente, la de la supuesta conspiración con las pandillas para influenciar las elecciones legislativas del 2015, en las cuales resultaste electo diputado. En este juzgado solamente tenías orden de arresto domiciliar, gracias a una jueza independiente que se había negado a decretar tu encarcelación. Como esta jueza, Edelmira Violeta Flores Orellana, había rechazado también las insistentes solicitudes de la fiscalía de ordenar captura en otros casos de carácter político, ella fue removida de su cargo en enero del 2022. Así funcionan las dictaduras...

La jueza que nombraron para sustituirla en el Segundo de Instrucción, Luz María Díaz Ramírez, fue más obediente y firmó la orden de captura que la fiscalía había solicitado contra vos. No vaya que ser que el ex alcalde Muyshondt salga de prisión y comience a hablar en público de todos los tratos arbitrarios y crueles que sufrió en sus dos años de encarcelamiento –y tal vez, Dios guarde, de los secretos que conoce de la alcaldía capitalina que recibió de Nayib Bukele...

La segunda cosa que hizo Delgado fue apelar la sentencia absolutoria en el caso de las retenciones laborales. Con esto, la presión del fiscal y de más arriba pesaba sobre los magistrados de la Cámara Tercera de lo Penal de la Primera Sección del Centro. Sus titulares son Apolonio Tobar (un viejo conocido desde su tiempo de Procurador de Defensa de los Derechos Humanos) y David Morán Ascencio. Lo que no sabemos es si ellos se hicieron cargo del caso o si lo delegaron a suplentes. El mes siguiente este juzgado ordenó que se repitiera tu juicio.

Con esto, la papa caliente estaba en el plato del Juzgado Quinto de Sentencia, cuyos titulares son Luis Edgardo Larrama Barahona, Jesús Ulises García, Leonardo Ramírez Murcia (ex magistrado CSJ). Y ellos -o sus suplentes, no sabemos- no se anduvieron con legalismos, como por ejemplo el pequeño detalle de que el delito ya no existía, ya que todo el dinero reclamado ya había sido cancelado; tampoco tomaron en cuenta que las retenciones en cuestión no estaban bajo la responsabilidad administrativa del alcalde. Te condenaron a 4 años de prisión. Esta fue la noticia que causó impacto la semana pasada.

De estos cuatro años te tendrán que descontar los dos que por el mismo delito ya cumpliste en detención provisional. Los otros dos de los cuatro años que ya pasaste en diferentes prisiones, expuesto a todo tipo de vejámenes, torturas sicológicas y físicas, negación de atención médica, incluyendo reclusión, por varios meses, en la sección de reos del Hospital Siquiátrico (el lugar más siniestro del país) van por cuenta del juicio paralelo por presunto fraude electoral.

Así se está cumpliendo la voluntad de aquel que no olvida - y vos estarás encarcelado por ratos. Pero ojo: Nosotros tampoco nos olvidamos. Estamos registrando con nombres y apellidos los atropellos que funcionarios y jueces están cometiendo con total impunidad y bajo el anonimato. Lo haremos hasta donde se pueda en un país en el cual toda la información pública relevante, incluyendo la judicial, está bajo siete candados.

Menos mal que los directores del Fondo Monetario Internacional, en su gran sabiduría y bondad, acaban de aprobar a El Salvador un préstamo de 1,400 millones de dólares -con el razonamiento extraño de que el gobierno está comprometido con la transparencia.

Saludos,

Paolo Lüers