Las reservas internacionales de El Salvador aumentaron en $757 millones en noviembre de 2024, el mayor incremento desde los meses previos a la pandemia de Covid 19.
A pesar de tan importante alza, todavía no se recuperan los niveles de diciembre de 2019. Tal aumento se debe al remanente de los $1,000 millones en bonos emitidos el mes pasado, que originalmente se iban a usar para la recompra de deuda, según Otto Rodríguez, exvicepresidente del Banco Central de Reserva (BCR).
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En noviembre de 2024, el BCR informó que las reservas internacionales del país eran de $3,734 millones, el número más alto desde septiembre de 2020. Por lo tanto, El Salvador está a solo $203 millones de lograr los niveles previos a la pandemia. Es el único país en Centroamérica en esta condición.
En términos sencillos, las reservas internacionales son ese "guardadito bajo el colchón" con el que cuenta un Estado para hacerle frente a cualquier emergencia, para la que necesitará contar con fondos para enfrentarla de manera inmediata. Confieren, por tanto, un margen de maniobra para los países. Por lo general, corresponden a cuatro meses de las importaciones de un país.
Para Rodríguez, quien le sigue la pista a este indicador todos los meses, es una buena noticia, pero matiza que el incremento tiene su truco: corresponde al remanente de lo que no se utilizó para recompra de deuda de los $1,000 millones emitidos en bonos en noviembre y que fueron, precisamente, $757 millones.
"Eso es lo que ha pasado, colocaron en torno a $243 millones para esa recompra, y el resto queda en las cuentas del BCR, de allí es que se va pagando para lo que sea que se destine", comenta el economista.
A finales de noviembre, los economistas Luis Membreño y Rafael Lemus opinaron para El Diario de Hoy que sería un despropósito que el gobierno utilizara ese remanente paga gasto corriente, pues incrementaría de golpe en $757 millones el saldo de la deuda pública. Lo más sensato, sostuvieron, es que fuera para pagar otro tipo de deuda, como la interna, que se mantiene con los bancos locales.
Rodríguez considera que si bien esto indica que todavía en noviembre no se habían gastado esos $757 millones, no se traduce en que, inmediatamente, el dinero se usó para pagar deuda interna. Más bien, que todavía no se había hecho ningún movimiento.
"Puede ser que en diciembre digan: vamos a usarlo para pagar a los bancos, o que decidan usarlo en aguinaldos o en las indemnizaciones de toda esta gente que están despidiendo… todavía falta corroborar, hay que esperar a diciembre, a ver si no se registra un bajón que nos indique que se está yendo el dinero a gasto corriente", plantea Rodríguez.
Según la economista Merlin Barrera, especialista en Políticas Públicas y Comercio Internacional, las reservas internacionales solo pueden crecer por un incremento en las remesas, un alza en la inversión o un aumento en las importaciones.
"Las remesas han bajado el ritmo de crecimiento; las exportaciones, incluso, han disminuido; e inversión no hay, así que esto no puede ser", indica Barrera. Sin embargo, no cree que la hipótesis de Otto Rodríguez sea la correcta.
La experta considera que puede tratarse de una coincidencia, pues este mes inicia operaciones Yilport, la empresa turca que controlará la compañía de economía mixta que manejará los puertos de La Unión y Acajutla por los próximos 50 años. Sin embargo, el primer desembolso de esta inversión es de solo $50 millones. Yilport comenzó operaciones, oficialmente, este lunes 16 de diciembre.
Comparando escenarios
Sea como fuera, para Rodríguez, si El Salvador decide utilizar ese sobrante para gasto corriente (pago de proveedores, salarios, servicios) estaría cometiendo un gran error, pues se trata de dinero caro, debido a que la tasa de interés es de un 9.65%. Esto sería lo más probable, pues incluso ha sido apuntado por funcionarios del oficialismo, como la diputada Suecy Callejas.
"El Ministerio de Hacienda colocó estos títulos valores, fueron comprados a nivel internacional y estos $1,000 millones están esperando que se incorporen al Presupuesto General de la Nación del año 2024, para que el Ministerio de Hacienda pueda proceder a hacer los pagos correspondientes de la deuda de largo plazo (recompra de bonos) y también el financiamiento de gasto corriente. ¿A qué nos referimos con gasto corriente, pueblo salvadoreño? Salarios, indemnizaciones, pago de alquileres, compras diversas del gobierno en general", explicó Callejas durante una intervención en la plenaria del 27 de noviembre.
"Eso implica que el saldo de la deuda va a aumentar. Tendrá un efecto neto en el saldo de la deuda, cuando se trata de una muy cara por su tasa de interés", comenta Rodríguez.
Como Lemus y Membreño, opina que la decisión más acertada sería pagar la deuda de corto plazo que se mantiene con los bancos del país, los Certificados del Tesoro (CETES) y Letras del Tesoro (LETES). Primero, porque se trata de compromisos con tasas de interés similares. Segundo, porque abona a su intención de relajar el peso de la deuda en los siguientes años, pues aumentará, por mucho, el plazo.
Según reportó el periódico El Mundo, el 10 de diciembre, El Salvador dejó de ser el país con el mayor riesgo en Centroamérica, al mejorar su posición en el Indicador de Bonos Emergentes (EMBI) a 386 puntos. Por ello, logró que fuera menor al de Honduras, que reportó un EMBI de 398 puntos.
Panamá se coloca lejos de este par, con 283 puntos, mientras que Guatemala registra 208. Costa Rica, el mejor posicionado de toda la región en este indicador, refleja 204 puntos.
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