Cuando James Howells realizó una limpieza profunda en su casa, allá por el 2013, no pensó en que la computadora que estaba tirando a la basura era la misma que él había utilizado para almacenar las llaves de hasta 7,500 bitcoins que poseía.
Las bolsas en las que depositó la computadora con el disco duro en cuestión fueron a parar al vertedero municipal de la ciudad Newport, en la región de Gales, Reino Unido, y desde ese año Howells intenta recuperarlas.
De acuerdo con reportes del periódico argentino Clarín, el dueño de esos bitcoins es un informático que, actualmente, tiene 35 años y tiene ocho años de estar en busca de esa computadora y de gestionar los permisos con la municipalidad para poder realizar una búsqueda más específica.
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La principal motivación de Howells es que, al 16 de diciembre de 2021, esas 7,500 criptomonedas equivalen a cerca de $360 millones, pues el valor actual del Bitcoin ronda los $48,000.
Según los medios ingleses, el informático está desesperado por encontrar las criptomonedas e, incluso, ha llegado a ofrecer hasta el 10% del valor total de los Bitcoin a la municipalidad de Newport si le permiten realizar la búsqueda a profundidad.
Lo anterior tiene que ver con el sistema de gestión de los desechos que tiene ese país, mismo que según Clarín, consiste en que cada contenedor, al menos en 2013, era registrado bajo un número de serie, luego se trasladaba a una fosa y se enterraba bajo una referencia de cuadrícula en el enorme vertedero
Bajo estos criterios, Howells considera que podría iniciar la búsqueda. "Yo podría acceder al registro del vertedero, identificar la semana en que tiré el disco duro, identificar el número de serie del contenedor y luego el lugar de referencia de cuadrícula", afirma el informático citado por Clarín.
Sin embargo, las autoridades municipales de esa ciudad de Gales no están dispuestas a permitir el proceso porque, aunque el informático ofrezca millones de dólares en recompensa, no serían suficientes para el enorme gasto de recursos que significaría desenterrar desechos de hace ocho años.
Además, señalan que el impacto medioambiental que tendrían los trabajos en la zona es algo invaluable, sobre todo, cuando no existen garantías de que la computadora podrá encontrarse o que, en el mejor de los escenarios, funcione.
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No obstante, Howells considera que aunque la parte física externa del disco, probablemente, esté oxidada y maltratada, quizá a nivel interno y de funcionamiento sí pueda recuperarse la valiosa información que posee, es decir, los cientos de millones de dólares en Bitcoin, criptomoneda que en 2013 apenas fluctuaba entre los $100.
A pesar de la negativa de las autoridades, el informático incluso ha propuesto destinar ese 10% del valor de sus Bitcoins a un fondo que funcione para apoyar a personas afectadas por la covid-19. "Imagínate lo genial que sería decir 'Le he dado a todos en la ciudad unos cientos de libras'", le dijo Howells a la BBC a principios de este año.
Según ese mismo periódico británico, el informático compró esa enorme cantidad de criptomonedas en 2009 por un valor "insignificante", pero guardó la laptop donde almacenaba las llaves en un armario después de derramar una bebida sobre su teclado.
Ahora, la búsqueda por esos bitcoins, que lo convertirían en millonario, es una misión contrarreloj.