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Así, en los últimos 10 años, lo único que el sector ha experimentado son inversiones de las empresas que en la década de los años noventa se instalaron en el país y aprovecharon facilidades como la Ley de Zonas Francas y luego el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y otros países.
Por ello Figuera recuerda que el principal obstáculo sigue siendo que el marco legal del país relacionado con los nuevos negocios, las aduanas y la logística, entre otros, sigue siendo obsoleto y que en países de la región con Honduras y Guatemala hay acuerdos gubernamentales para ser más competitivo, además de que su infraestructura portuaria es mucho más moderna y esta conectada con más mercados internacionales.
“En el país solo hemos venido parchando, por ejemplo las aduanas sin papeles están bien pero no es una solución integral, nuestras leyes son anticuadas , se necesita revisarlas y el gobierno debe de entender que si un negocio avanza sin trabas es un gran generador de empleo y de desarrollo económico para el país”, añadió Figueroa.
Uno de los actores de la industria textil y de confección que para Camtex es clave para diferenciarse con el resto de Centroamérica es el de las hilanderías, las fábricas que transforman las fibras textiles y que dan materia prima a las maquilas y a fábricas de confección, ya que estas aportan de forma transversal al sector y crean una economía de escala y de gran valor agregado.
“Si en el país por lo menos hubieran más hilanderías esto dinamiza la confección, se crean nuevas telas y eso nos diversificaría ante otros mercados pero la última estrategia público-privada enfocada en esta dinámica fue entre 2006 y 2009 y desde entonces no se ha podido generar confianza y certidumbre, por eso no hay una nueva inversión que venga al país y hay fábricas que mejor toman la decisión de irse porque se ofrecen buenas condiciones”, relató la directora ejecutiva de Camtex.
Entre 2013 y 2018, las exportaciones del sector textil y confección han crecido $301.7 millones en promedio, aunque este dato según Figuera puede lograr un mayor nivel de crecimiento si se dan más estímulos al sector.
A la fecha el 73.2% de lo exportado sea comprado por empresas estadounidenses, lo cual representa $1,973.7 millones en el 2018 y además que el país sea el noveno proveedor de prendas de vestir del país norteamericano.
También la participación del sector en las exportaciones totales del país es de un 46%, por lo que en 2018 se cerró con $79.2 millones adicionales a 2017, lo que da una cifra de $2,696.3 millones, según datos de Camtex y del Banco Central de Reserva (BCR).
Piden apoyo al nuevo gobierno
Para resolver estos problemas y que El Salvador asuma de nuevo el liderazgo regional, Camtex hará unplanteamiento al nuevo gobierno para desarrollar diferentes temas en conjunto, algo que se hará como Comisión Intergremial para la Facilitación del Comercio (Cifacil).
La primera medida, según Figuera, es revisar el marco legal aduanero, aspecto que para esta gremial es de urgente revisión y modificación, por lo que entregarán un proyecto con metas y medición de desempeño.
“Queremos entregar a la nueva administración una propuesta de mejora a la normativa porque este tema debe cambiar y mejorar pronto, se ha desarrollado un buen documento, se ha invertido y esperamos que sea tomado en cuenta porque esto sigue generando grandes costos y aspectos logísticos que inciden en la industria”, puntualizó Figueroa.
Para este año la previsión de Camtex es lograr un crecimiento del 2% como sector, dato que esta relacionado con la posibilidad de que vengas más empresas a invertir y que se puedan aprovechar más las ventajas del TLC con los Estados Unidos y de abrir más el mercado regional, lo que permitiría generar un estimado inicial de 50,000 empleos.