El presidente de la República, Nayib Bukele, volvió a anunciar que destinará $1,000 millones para "inyectar a la economía", pero en realidad es una manera velada de decir que el Gobierno cancelará pagos atrasados con proveedores, cuya deuda actual es incluso superior a ese monto, señalan expertos.
Según el Informe de Gestión Financiera del Estado de 2024, del Ministerio de Hacienda, la deuda corriente con acreedores monetarios, es decir los compromisos con proveedores, cerró el año pasado en $1,064.6 millones.
"Este dinero servirá para pagar a los proveedores del Estado. Incluirá a todas las empresas, sin importar si son grandes o pequeñas. Se pagará a todos, sin importar cuándo dieron el servicio o producto", dice el anuncio publicado por Bukele sobre la inyección de $1,000 millones a la economía.
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"No es una inyección a la economía, es lo que los proveedores ya le vendieron al Estado. No es cuestión de que vayan a comprar nuevas cosas o a contratar nuevos servicios y con eso reactivar la economía. Eso los proveedores ya lo produjeron e, incluso, ya se consumió", comenta el economista Otto Rodríguez, quien fue vicepresidente del BCR.
Según el experto, lo que ocurrirá es que estos proveedores van a pagarle, a su vez, a las empresas que les vendieron y con las que tienen deudas. También cancelarán aquellos compromisos que mantienen con entidades del sistema financiero y que ante el atraso en el pago del Estado habían caído en mora.
"En el mejor de los casos, va a haber una leve mejora en la mora de los préstamos de los bancos locales, cajas de crédito", añade Rodríguez.
Pero también eliminar una deuda tan importante con proveedores es una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su acuerdo con El Salvador, pues es uno de los componentes de la responsabilidad fiscal.

Las otras dudas
Sin embargo, el anuncio también plantea otras dudas, pues a principios de abril Bukele afirmó que se inyectaría a la economía esa misma cantidad, pero en esa oportunidad detalló que aparte del pago a empresas el dinero iba a la "amortización de créditos internos".
Expertos consultados en esa ocasión identificaron que se trataba de pago de deuda de corto plazo con los bancos locales. Eso también es otro componente esencial del programa con el FMI, pues bajar este saldo aumenta el de las reservas internacionales, lo cual el Fondo ha exigido que aumenten hasta $4,400 al final de este año.
Al menos para marzo 2025, el saldo de la deuda de corto plazo era de $1,371.1, un monto mayor en casi $14 millones al que tenía al cierre de 2024.
En la primera ocasión que Bukele anunció esos $1,000 millones para "dinamizar la economía", Rodríguez opinó que se trataba de "un juego de cifras para la propaganda", pues entonces incluso era un misterio de dónde saldrían los fondos para conformar esa cifra redonda. Tampoco dijo que iba para pagar deuda atrasada con acreedores, pues jugó con las palabras de "pagos anticipados" y "adelanto a proveedores".
La vez anterior que habló de ese monto tampoco coincidía con el dinero desembolsado por organismos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Centroamericano de Integración Económica y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), pues El Diario de Hoy verificó que para la fecha del primer anuncio, el 5 de abril, el gobierno solo contaba con $700 millones.
Para este mes, la administración de Bukele espera un desembolso por parte del Banco Mundial de $250 millones, cuyo crédito se anunció tras el acuerdo con el FMI. Sin embargo, no se conoce a la fecha si el Gobierno ya recibió esos recursos, como tampoco se ha podido comprobar si ya obtuvo el segundo desembolso del FMI por $113 millones, previsto para el 5 de mayo.
"Es como que quiere dar a entender que se trata de otros $1,000 millones aparte de los anunciados el mes pasado... con el primer anuncio especulábamos que si se trataba del dinero que le daría el Fondo, que si lo tomaría de otras multilaterales, pero si se refiere a otros $1,000 millones ahora es todavía más difícil adivinar de dónde los puede sacar... la información es muy difusa", señala Rodríguez.
Para el economista, si se trata de otros recursos aparte de los anunciados en abril, las posibles fuentes de financiamiento chocarían con el acuerdo del Fondo. La primera, dice, pueden ser los recursos de las reservas internacionales del país que están en manos de Hacienda, que calcula en unos $700 millones. La segunda, serían emisiones de CETES o LETES.
Sin embargo, ambas irían a contramano por lo exigido por el Fondo, que ha puesto mucho énfasis en que un componente de su programa es el robustecimiento de las reservas internacionales y que se verían mermadas con cualquiera de estas dos vías. Para marzo de 2025, estas alcanzaron los $3,766.98 millones. Deben ser casi $700 millones mayores para finales de este año.
"De los desembolsos del Fondo Monetario para este año, el 53% son para pagarle a los bancos (la deuda de corto plazo), entonces buena parte de estos $1,000 millones van a ser utilizados para pagarle esta deuda que tienen con los bancos comerciales... estos bancos no van a usar ese dinero para reinyectarlo a la economía, sino que lo van a utilizar para dárselo al Banco Central (de Reserva) para que se queden como reservas de liquidez, al menos eso es lo que dice el acuerdo", comentó el economista José Luis Magaña para YSUCA.