Campaña electoral y casos de corrupción alejan la inversión

No solo es el COVID-19, la polarización política y el mal manejo del dinero también ahuyenta a las empresas.

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Foto EDH/ Yessica Hompanera

Por Karen Molina

2020-09-09 6:30:20

La Encuesta de Dinámica Empresarial trimestral que realiza Fusades muestra que la COVID-19 no es la única preocupación que tienen más de 450 empresarios en el país.

El conflicto entre el Ejecutivo, la Asamblea y la Corte Suprema es la segunda preocupación que tienen los empresarios, pues esto genera incertidumbre sobre el rumbo económico. El 85 % de ellas lo consideraron como un aspecto que provoca incertidumbre.

La campaña electoral que está a pocos meses de iniciar también es parte de las preocupaciones y le siguen otras más como la inseguridad ciudadana y la delincuencia, así como el estilo de gobernar del Ejecutivo.

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En esta encuesta Fusades preguntó a las empresas: ¿En este momento ¿cuál es el estado de la inversión?

Ante esta pregunta el 53% respondió que no tiene interés en invertir y un 25% señaló que ha detenido las inversiones que pensaba hacer, mientras que un 14% lo está evaluando.

Según el analista económico de Fusades Pedro Argumedo, con estos datos “se desinfla la valoración positiva inicial que los empresarios le habían otorgado al nuevo gobierno sobre las políticas económicas y sociales”.

Además, los constantes casos de posible corrupción que salen a la luz están alejando aún más a los empresarios de invertir en el país.

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Argumedo dice que en estos momentos el Gobierno debería estar trabajando en un mecanismo para atraer a más empresas, pero la campaña política y los contantes enfrentamientos podrían alejar no solo la posibilidad de nuevas empresas, sino también de la creación de empleo necesario para que el país se recupere.

La reapertura no es una garantía de que las condiciones económicas vayan a mejorar.

Pese a que ya transcurrieron más de 10 días desde la reapertura total de la economía, los negocios recienten la falta de clientes.

Las tiendas y restaurantes han recurrido a ofertas para atraer a los compradores, que a su vez tampoco cuentan con liquidez suficiente. Muchos están endeudados y otros solo realizan las compras prioritarias para no gastar más de lo debido.

El turismo aún no está reactivado en su totalidad y muchos negocios han cerrado definitivamente.

La grave contracción plantea un serio desafío para la colaboración a través de políticas públicas que promuevan la recuperación económica y la contención del virus.