“Ya tengo a mi hijo, aunque sea su osamenta. Lo esperé por tres años”: madre de soldado asesinado en Vista al Lago

Este miércoles fueron entregados a sus familias los restos de los militares Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24 años, y Nelson Omar Díaz López de 26, tres años después de su brutal asesinato. Los parientes de Saúl lo velaron en su natal Tacuba.

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El soldado Saúl Humberto Turbín Gómez fue velado en un remoto cantón en el municipio de Tacuba en Ahuachapán. Foto EDH/ David Martínez

Por Óscar Iraheta / Cecilia Fuentes

2019-09-04 5:25:01

Luego de tres años de angustia, una madre tiene por fin los restos de su hijo. Las osamentas del soldado Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24 años, fueron recibidas por sus familiares y amigos este miércoles por la tarde en el municipio de Tacuba, Ahuachapán.

El féretro fue transportado por cuatro militares desde una cancha de fútbol hasta la parte alta de una montaña donde vivía el militar.

 

“Gracias a Dios ya tengo a mi hijo aunque sea sus osamentas. Lo esperé por tres años. Esta fue la voluntad de Dios”, expresó entre lágrimas Juana Gómez, madre del militar.

Turbin fue asesinado junto a otros tres soldados el 10 de octubre de 2016 en la residencial Vista al Lago, en Ilopango.

Juana Gómez, la madre del soldado Saúl Humberto Turbín Gómez pasó tres años muy difíciles. Al fin pudo velar a su hijo en su casa de bahareque en el municipio de Tacuba, Ahuachapán. Foto EDH/ David Martínez

Durante la mañana de este miércoles, los restos de Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24 años y Nelson Omar Díaz López de 26, que fueron recuperados de un cementerio clandestino hace dos meses, fueron entregados a sus familias.

Familiares del soldado anhelaban este momento y se han resignado en que por lo menos recibieron los restos de Turbín.

“Ellos están un poco mal (padres) porque ellos pensaban verlo que iba venir caminando o platicando pero lastimosamente no fue así. Ahora solo nos queda pedirle a Dios fuerza y que sigamos adelante y luchando por los que todavía estamos acá”, manifestó el hermano del soldado, Samuel Turbín.

En octubre de 2018, Juana relató a El Diario de Hoy que había pasado años muy difíciles tras la desaparición y asesinato de su hijo.

Familiares de Saúl Humberto Turbín Gómez dan gracias a Dios por tener los restos del soldado luego de tres años de angustia. Foto EDH/ David Martínez

“Es duro para mí intentar conformarme que ya está muerto, pero yo sé que así fue, me lo mataron solo por ser soldado. Era lo que más le gustaba y para mi fue un héroe”, dijo la madre del soldado.

El militar fue velado en la casa de bahareque donde vivía, y el viernes será enterrado.

Asesinato de soldados

El 10 de octubre de 2016, los cuatro militares se tenían que presentar a las instalaciones de la Fuerza Aérea a participar de un curso de Rescate y extinción de incendios. Sin embargo, abordaron una ruta de microbús equivocada y fueron a parar a la parte baja de la zona de Vista al Lago, Ilopango.

En la buseta donde iban los cuatro soldados, también se subieron varios pandilleros: Henry Alonso Romero Rosales, alias “Adicrimen o pulga”, Numan Ariel Rodríguez Villanueva, alias “Maligno” y José David Ortiz Rodríguez alias “Dawn o Macaco”.

En el trayecto, los pasajeros se fueron bajando de la unidad y desaparecían entre los muchos pasajes de la colonia, pero al llegar hasta la casa comunal de la residencial situada en la tercera etapa, sólo los cuatro hombres, no se bajaron de la unidad de transporte.

Tres años después de la desaparición y brutal asesinato de los soldados en Vista al Lago, sus cadáveres fueron entregados a sus familias. Foto EDH/ Mauricio Cáceres

“¿De dónde son ustedes?, no son de acá verdad, ¿porqué no se bajaron?”, los cuestionó “Adicrimen”.

Los mareros les exigieron que tiraran sus mochilas al suelo. Luego obligaron a los militares a bajar por el lado de atrás con las manos en el cuello y los introdujeron en la casa comunal que está abandonada.

En el lugar los delincuentes hincaron a los soldados con los pies cruzados y otros revisaban sus mochilas. Les robaron cadenas, relojes, sus billeteras, teléfonos, anillos y pulseras. En ese momento, uno de los militares expresó que “eran soldados y que andaban perdidos en el bus”.

Uno de los mareros ordenó que mataran a los soldados

Los pandilleros llevaron a los soldados al sector del molino. En ese último lugar los introdujeron por veredas. Después de caminar y al llegar a una barranca conde pasan las aguas lluvias, se detuvieron y les quitaron las cintas de los zapatos, los amarraron de las manos y los golpearon mientras otros mareros llevaran piochas, palas y corvos.

Después de varios minutos, “El Maligno” mató con lujo de barbarie con un corvo a uno de los soldados. Así los demás hicieron lo mismo con los otros tres soldados.

Luego cavaron tres fosas clandestinas donde enterraron a los militares y luego destruyeron sus celulares y los lanzaron al fondo de la barranca.

El pasado 28 de mayo, los acusados de la desaparición de soldados fueron enviados a prisión por el Juzgado Especializado de Instrucción A de San Salvador.

Las detenciones de los mareros se hicieron efectivas en el marco de un operativo que realizó la División Central de Investigaciones (DCI) en distintas colonias y comunidades de Ilopango. Según Fiscalía, todos los acusados pertenecen a la pandilla MS, específicamente a la clica Tecolotes Locos Salvatruchos.