“Después de 155 días varada y con tres hijos solos en casa, perdí mi trabajo”, salvadoreña relata su lucha para regresar al país

"No entiendo porque el gobierno dice que ha gastado millones en nosotros (los varados) si nunca ha gastado pero ni en comida. En lo personal nunca recibí nada", dijo pese a que desde marzo se registró en el consulado salvadoreño de San Francisco, en Estados Unidos.

Por Xiomara Alfaro

2020-07-24 8:02:12

155 días varada en Estados Unidos, con dos hijos menores de edad a cargo de uno más de 18 años y sus dos padres en cama, Sandra Mejía (nombre ficticio) se siente agradecida por haber logrado regresar a El Salvador, pese al suplicio que significó mantenerse a flote lejos de sus seres queridos y con los pocos recursos que le quedaban.

Sandra viajó a San Francisco el 26 de febrero, estaría unos días cuidando a una sobrina que fue sometida a una cirugía, no obstante el 17 de marzo el presidente Bukele ordenó el cierre del Aeropuerto bloqueando la entrada y salida de vuelos comerciales, fue ahí donde empezó la zozobra de esta madre que había dejado solos a sus dos hijas de 8 y 11 y su primogénito de 18.

Durante más de cinco meses, Sandra, una trabajadora de salud, derramó muchas lagrimas pues no solo se perdió fechas de cumpleaños si no que además tuvo que enfrentar momentos de enfermedad de los más chicos sin poder estar cerca de ellos. Sus padres de 83 y 93 años también permanecen en cama debido a su avanzada edad y algunas enfermedades que adolecen.

Sandra regresó a El Salvador el 22 de julio. Foto Cortesía

“Fueron 155 días fuera”, dice consternada ante la falta de apoyo del gobierno salvadoreño para repatriar a más de 4 mil varados al rededor del mundo y los múltiples llamados que hizo al consulado salvadoreño en San Francisco para poder regresar a casa.

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La mujer de 41 años llegó a El Salvador en un vuelo de Avianca que aterrizó en El Salvador en horas de la madrugada del 22 de julio, un vuelo en el que asegura era de personas de la tercera edad y unos “pocos jóvenes, todos en condición vulnerable”.

“Este vuelo es pagado por mi”, se leía en la camiseta que vestía al momento de aterrizar en el aeropuerto Óscar Arnulfo Romero.

“No entiendo porque el gobierno dice que ha gastado millones en nosotros (los varados) si nunca ha gastado pero ni en comida. En lo personal nunca recibí nada. Al contrario cuando pedí ayuda al consulado con medicina; lo que hacen es que piden que un familiar la compre en El Salvador y ellos la mandan al consulado para que uno vaya a recogerla“, sentenció.

Sandra quien luego de denunciar a través de Twitter la falta de ayuda y atención por parte de Estado salvadoreño para los varados y ser bloqueada de las cuentas oficiales de gobierno, prefiere omitir su nombre pues aún estando de regreso en su país teme por represalias.

Uno de los mensajes que esta salvadoreña quiso enviar a los representantes de gobierno que aseguran que con la llegada de varados los contagios de COVID se han incrementado en el país. Foto Cortesía

Relata que cinco meses fuera de su casa le significó muchas lagrimas y noches enteras de insomnio no solo por la vulnerabilidad en la que estaban sus hijos y la condición de salud de sus padres si no  porque también perdió su empleo en una clínica médica y las deudas se incrementaron.

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Pese a que tenía el vuelo de ida y regreso pagados, asegura que el gobierno ha hecho negociación con una sola aerolínea para los vuelos que en los que vienen los repatriados. “No me validaron el vuelo de regreso (que había comprado con otra aerolínea) porque había que comprarlo con la que Cancillería dice”, acotó y agrega: ” No entiendo como es que hablan de vuelos humanitarios. Yo pagué $650 de mi vuelo de regreso”.

Durante la presentación de informes de ministros del primer año de gobierno de la actual administración en la Asamblea Legislativa, el pasado jueves, uno de los funcionarios señaló que con la llegada de los varados al país el número de casos de COVID-19 ha incrementado. Ante este hecho Sandra se muestra indignada pues asegura que para poder regresar al país les piden una prueba negativa de COVID-19, caso contrario el repatriado no puede viajar.

Pese a estar en casa, la mujer lamenta no poder abrazar a sus hijos pues se mantiene en cuarentena voluntaria. “Permanezco encerrada en mi cuarto con la satisfacción de que los puedo escuchar, mis hijas tocan la puerta porque quieren entrar y no puedo dejar de seguir derramando lagrimas por no poder abrazarlas o poder estar con mis padres”, concluye.

La salvadoreña permanece en cuarentena en su casa. Foto Cortesía