“Aquí te voy a esperar, no te pongas nerviosa”, son las palabras que Corina Romero le dio a su hija Jennifer cuando ingreso a la Universidad de El Salvador (UES) a realizar su prueba de admisión; mientras la joven mostraba sus documentos en la entrada, su madre buscaba un lugar donde esperarla.
Romero comenta que salieron a las 11:00 de la mañana desde San Pedro Perulapán, Cuscatlán, para poder llegar a la 1:00 pm, a la universidad, en la capital.
La madre comenta que acompañó este día a su hija a realizar la prueba porque Jennifer es menor de edad y no conoce mucho San Salvador, “ella no esta acostumbrada a andar sola y la situación de inseguridad tampoco es favorable”, dijo.
Romero, que no sabía cuanto tiempo debía esperar a su hija, se ubicó bajo la sombra de los árboles de la entrada de la UES, conocida como la “Minerva”, sobre la calle San Antonio Abad.
“Elegimos esta universidad porque considero que es una de las mejores del país, salen buenos profesionales, pero también económicamente es más accesible” dijo la madre, quien se dedica a la venta de tamales, antojitos y flores artificiales que hace para la conmemoración del Día de Difuntos.
La madre de Jennifer comentó que su hija se examina este día para estudiar “Derecho” y que ha visto el esfuerzo de ella para estudiar a pesar de las dificultades. “No ha tenido clases presenciales, pero ha estudiado mucho porque no sabía que le iban a preguntar”, comentó.
Al igual que doña Corina, José Cañas esperaba en la entrada de la UES a su hija Rocío Cañas, que ha aplicado para la carrera de Diseño Gráfico.
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Don José ocupó parte de su día libre para acompañarla a Rocío. “Como padre responsable hay que estar pendiente de las vueltas relacionadas al estudio”, dijo.
Según Cañas, más que un sacrificio es toda una experiencia que como padre de familia le llena de ilusión ver a su hija interesada en superarse, el no pudo ir a la universidad y ella seria la primera de sus hijos en hacerlo, “quizás algún día me toque pedir permiso en el trabajo, si la mamá no puede venir, pero me he comprometido a estar pendiente del proceso”, expresó José. Él y su familia viven en la populosa zona de Altavista, al oriente de San Salvador.
El padre explicó que eligieron la UES por razones económicas, “pagar una universidad privada nos complicaría la situación (...) nuestra primera elección fue esta universidad”.
De la misma manera Mary de Jacobo acompañó a su hija a hacer la prueba, pues la joven quiere estudiar lenguas modernas. Ellas viajaron desde Cuscatancingo. “Como es primera vez hay que acompañarlos”, expresó la madre que esperó sentada en un banquito, que pidió prestado a un comerciante. y que lo puso bajo la sombra de un almendro.
Para De Jacobo el apoyo de los padres es fundamental para que los jóvenes salgan adelante.
Los padres coinciden al decir que sus hijos se mostraron nerviosos antes de la prueba, pero que confían en el esfuerzo que los jóvenes han hecho por aprender, incluso en un momento tan complicado como la pandemia.
Los bachilleres tienen un tiempo de dos horas para responder la prueba de conocimientos que abarca las asignaturas de Ciencias, Sociales, Lenguaje y Matemáticas.
En esta segunda jornada se examinaron los estudiantes que se inscribieron para la facultad de Ciencias y Humanidades y Jurisprudencia.
El próximo fin de semana se examinarán los jóvenes aspirantes de la facultad de Ingeniería y Arquitectura.
En la actualidad el alma máter atiende 61,000 estudiantes en carreras de pregrado y postgrado y en este momento está en proceso de recibir a un contingente de 11,500 nuevos alumnos, de un total de 25,000 que han aplicado para el nuevo ingreso 2022.