“Mi Día, Mis Derechos”: UNICEF El Salvador invita a poner atención a las voces de las infancias

Cada 20 de noviembre, el mundo vuelve la mirada a la niñez. Pero para UNICEF, esta fecha no es solo una efeméride: es un recordatorio urgente de que los derechos de los niños, niñas y adolescentes deben ser una prioridad todos los días.

Así lo afirma Victoria Colamarco, representante de UNICEF en El Salvador, quien destaca que la Convención sobre los Derechos del Niño —el tratado de derechos humanos más ratificado del planeta— debe seguir siendo una guía viva para el país.

“Es un momento de reflexión sobre las necesidades que tienen los niños y adolescentes, y sobre nuestro compromiso de que esos derechos se cumplan en todo el mundo”, explica Colamarco.

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Este año, UNICEF lo resume en un mensaje contundente: “Mi Día, Mis Derechos”. Una invitación clara para que los adultos —padres, escuelas, instituciones y sociedad— coloquen a la niñez al centro de cada decisión.

Para conmemorar los 36 años de la firma de la Convención de los Derechos del Niño, que fue ratificada en El Salvador el 10 de julio de 1990, UNICEF hizo un mural colaborativo con más de 20 niños y la artista Male Cuellar, quien conceptualizó una pieza llena de identidad salvadoreña.

Las oficinas de UNICEF, entre el 19 y 20 de noviembre, se llenaron de color, alegría, inocencia y manos creativas —creando un ambiente que idealmente debería experimentar cualquier niño—. Ahí, tomaron pinceles, pinturas y una pared de lienzo para crear arte.

La pieza evocó los colores distintivos del paisaje salvadoreño, junto a una niñez llena de diversión y tranquilidad. Como protagonistas de la ilustración, una niña y un niño felices; alrededor, aves, volcanes, una piscucha, un capirucho y el Tazumal.

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¿Cómo apoya UNICEF a las infancias salvadoreñas?

“Muchas veces hablamos de niñez sin su participación. Es fundamental involucrarles en nuestras decisiones: políticas públicas, educación, programas de país…”, remarca la representante de UNICEF.

UNICEF ha organizado espacios de diálogo para que los adolescentes expresen qué les preocupa y cómo imaginan un país más justo para ellos. La representante destaca que esta participación debe dejar de ser excepcional y convertirse en norma.

En el país, el organismo trabaja bajo un marco de cooperación que se renueva cada cuatro a cinco años y que reúne a gobierno, sociedad civil, academia y sector privado.

Para ello, se identifican desafíos en el país. Según información oficial del Programa de Cooperación 2022–2025 de UNICEF, en El Salvador hay seis aspectos por resolver en la infancia salvadoreña:

• Impactos del COVID-19 en salud, educación y nutrición
• Déficit en servicios de agua, saneamiento e higiene
• Recuperación de aprendizajes y riesgo de abandono escolar
• Violencia, explotación y abuso
• Pobreza multidimensional
• Efectos del cambio climático en las comunidades más vulnerables

Para sobrellevar estos desafíos, y en colaboración con todos los actores sociales, UNICEF actúa bajo las siguientes estrategias:

• Salud, nutrición y agua segura, para mejorar la atención materno-infantil, promover la lactancia materna y ampliar los servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH).
• Transformación educativa con el Ministerio de Educación para modernizar políticas y garantizar herramientas para el proyecto de vida de cada niño.
• Protección frente a la violencia, fortaleciendo los sistemas nacionales y municipales para prevenir abusos y atender a víctimas.
• Protección social inclusiva, apoyando programas que reduzcan la pobreza multidimensional y aumenten la capacidad de las familias para garantizar derechos básicos.
• Atención a niñez en movilidad humana, acompañando a niñas, niños y adolescentes migrantes o desplazados para asegurar que accedan a servicios de calidad y se respeten sus derechos.

Para Colamarco, todas estas iniciativas comparten un principio clave: “Los niños tienen voz, tienen agencia y tienen poder. Nuestro rol es facilitarles todas las herramientas para que desarrollen su pleno potencial”.

Y en la cotidianidad, ¿cómo hacemos que los derechos de la niñez se pongan en práctica?

Colamarco explica que la garantía de derechos no depende solo de políticas públicas, sino también de lo que ocurre todos los días en hogares y escuelas.

“El mensaje es reflexionar sobre la Convención y sobre nuestro compromiso para hacerla realidad. Y, sobre todo, asegurar que siempre escuchamos a los niños sobre cómo quieren que les cumplamos sus derechos”, concluye.

Quienes tienen en sus manos la responsabilidad de procurar una niñez digna deben reconocer su potencial y abrir espacios donde puedan desarrollarse. Cuidar su bienestar emocional es la base para que construyan el presente y el futuro que plantea la Convención de los Derechos del Niño.