Daniel Antonio Ramírez Chávez y Estela Sofía Rodríguez Mendoza fueron asesinados cuando se encontraban en el interior de un autobús de la ruta 232-A, en el caserío El Pacún, del cantón San Luis La Planta, de Santa Ana, por varios sujetos que, armados con pistola y corvos, obligaron a los demás pasajeros a bajarse de la unidad del transporte colectivo para cometer el doble homicidio.
Por el hecho, el Tribunal Primero de Sentencia de Santa Ana condenó recientemente a 57 años de prisión a Guillermo Ismael Pineda Salguero, de 26 años.
Por el homicidio del hombre, quien era un soldado de alta en la Segunda Brigada de Infantería de Santa Ana, recibió una pena de 20 años de prisión.
Mientras que por el crimen de la fémina deberá purgar una pena de 35 años de cárcel. Además, el juzgado le impuso otros dos años de prisión por el delito de aborto culposo ya que la mujer tenía entre 14 a 16 semanas de gestación.
Aparentemente el móvil del crimen se debió a que Rodríguez había sostenido una relación sentimental con uno de los sujetos que participaron en el hecho.
También: Alcaldía de Apopa incumple orden judicial de reinstalar a 40 empleados
La mujer después de terminar la relación con el hombre, quien es miembro de pandillas, comenzó la relación con el militar.
El doble crimen ocurrió el 9 de mayo de 2015, según refirió el testigo “Ucrania”, quien explicó a las autoridades que ese día abordó un autobús de la ruta 232-A, en el caserío El Pacún, del cantón San Luis La Planta, de Santa Ana.
Sin embargo, no salieron de inmediato, ya que el motorista de la unidad se encontraba haciendo meta para esperar que subieran más personas.
Ahí observó que se subió la fémina y se sentó junto al militar. Minutos después también observó a un grupo de sujetos que se dirigían hacia el autobús.
En sus manos llevaban un arma de fuego y armas blancas (corvos). Dos de ellos subieron por la puerta delantera y otros dos por la puerta trasera.
Uno de ellos les pidió a todos que se bajaran del autobús, a excepción de las dos víctimas.
Los pasajeros corrieron a diferentes lugares; pero el testigo se quedó como a veinte metros del autobús, desde donde escuchó varios disparos de arma de fuego y los gritos de la mujer pidiendo auxilio.
Los sujetos bajaron del autobús con las armas blancas llenas de sangre y el arma de fuego en sus manos; y se fueron amenazando a las personas para que nadie fuera a decir lo que había ocurrido.
Más contenido relacionado:
Enfermera del Seguro Social reportada como desaparecida
Madre le pide ayuda a Bukele para buscar a su hijo desaparecido en Soyapango hace tres meses