Cinco lesiones con arma de fuego que dañaron la médula espinal le quitaron los sueños que, para entonces, tenía la adolescente Wendy; pero generaron que años después, se convirtiera en una férrea defensora de los derechos de las personas con discapacidad en su natal Ahuachapán.
Con 14 años de edad y estudiando noveno grado, sintió que el mundo se terminaba. Un asalto a mano armada cuando ayudaba a vender pan francés en un vehículo, en marzo de 2004, no solo dejó a un familiar fallecido; sino que a ella la postró por catorce días en coma.
Una silla de ruedas es ahora su medio de movilidad ya que el incidente armado le provocó una lesión medular a nivel de Th12.
“Fue cruel, fue duro el proceso de transición de despedir a la Wendy Caishpal, la niña de antes. Fue un proceso de duelo que quizás me duró dos años, en el proceso de aceptar que yo ya no iba a poder utilizar mis piernas más y ellas eran lo más preciado que tenía en aquel entonces; yo andaba en patines toda mi vida, corría, no salía del estadio todas las tardes. Fue para mi muy cruel despedir a esa niña; tenía que aceptar también mi silla de ruedas. En un inicio la odié con todo mi corazón; pero ahora la amo. Ese proceso de aceptación fue muy duro, muy cruel, para una niña que no está lista para eso”, relató Wendy Beatriz Caispal Jaco.
Dieciséis años después del incidente armado, la joven es la directora de Ahuachapán sin Barreras, que se convirtió en una dependencia de la alcaldía de Ahuachapán a partir del 2015; pero que surgió debido a la falta de una infraestructura adecuada para la movilidad de las personas con discapacidad que tenía una universidad privada, donde obtuvo su título de ciencias jurídicas.
Ahuachapán sin Barreras asiste actualmente a más de 400 personas con discapacidad en todo el municipio, proporcionándoles no solo ayuda en equipo sino que también velando porque sus derechos sean respetados.
Wendy, de 31 años, reconoció que llegar a trabajar por dicho sector ahuachapaneco fue un proceso duro; sobre todo porque cuando recién pasó el incidente armado, la embargaba momentos de rechazo a su condición.
Utilizar sondas y pañales desechables, eran situaciones que no podía aceptar en ese entonces. Sin embargo, su familia se convirtió en un pilar importante para su proceso de rehabilitación a pesar de que en ese instante Wendy los tildaba que eran “los más duros del mundo y demasiado crueles” ya que le daba “vergüenza salir en la silla” para cursar su bachillerato. Sus familiares la impulsaron siempre a continuar sus estudios.
Aunque inició a estudiar la carrera de relaciones internacionales en la Universidad Nacional, la falta de accesibilidad en ese entonces la obligó a abandonarla, a lo que se sumó que “en aquellos entonces yo no estaba lista para pelear por mis derechos”.
Luego se trasladó a una universidad local para estudiar ciencias jurídicas; pero nuevamente se enfrentó con la falta de una infraestructura adecuada para su movilidad.
Fue precisamente dicha experiencia la que la motivó a iniciar su lucha por los derechos de las personas con discapacidad. La universidad actualmente tiene su propio campus con condiciones adecuadas para dicho sector.
“Lo hice justo en el cuarto año de la universidad, hace como seis años, porque el proceso de universidad me costó bastante. Bien recuerdo que una grada me detuvo. En varias ocasiones he contado esa historia de la bendita grada que ahora es Ahuachapán sin Barreras porque yo tenía mucha hambre y quería ir al chalet. Estaba la grada y yo no podía salir, no había a quien le pidiera ayuda y yo no podía. Me sentía tan molesta conmigo por no poder subir la grada”, contó la joven.
Fue en ese momento que surgió la iniciativa de Ahuachapán sin Barreras y al experimentar que en la ciudad no había con quién quejarse sobre esos obstáculos.
La alcaldía posteriormente retomó dicho esfuerzo ante la sensibilización del alcalde, Abilio Flores, sobre el tema.
La joven recordó que de pequeña la visión siempre fue la de ayudar a las demás personas; aunque reconoció que para esos años, el objetivo no era la población con discapacidad.
“Me tardé muchos años en encontrar mi propósito; siempre le renegaba a Dios y le decía ‘¿y yo por qué, por qué me dejaste en una silla? Tenía 14 años, ¿qué te podía deber?’; y le reclamada tanto, tanto, hasta que un amigo me dijo ‘creo que debés de buscar cuál es el propósito por el cual vos te quedaste (tras el incidente)’. Ahí encontré mi propósito, mi propósito fue, ya estando en una silla, trabajar por los derechos de las personas con discapacidad; pero no me lo imaginé nunca”, relató.
La cadena BBC Mundo News reconoció la labor de la salvadoreña respecto a la defensa y promoción de las personas con discapacidad e incluyó a la ahuachapaneca en su lista de las “100 mujeres inspiradoras e influyentes en el mundo en 2020”.
“Wendy Caishpal es emprendedora, activista, oradora motivacional y portavoz por los derechos de las personas con discapacidad y sobrevivientes de conflictos armados”, describe la publicación del prestigioso medio.
Fue un reconocimiento que la joven, madre de dos niños, no esperaba y que hasta el momento es una incógnita la persona o institución que la nominó para ser incluida en dicha lista.
Agregó que “me siento asustada” ya que el reconocimiento conlleva mucha responsabilidad porque hay muchas personas con discapacidad en Ahuachapán a la que se le debe de solventar sus necesidades.
Wendy, además, es imagen en Suecia de una campaña publicitaria en contra de la violencia armada, que es impulsada por la entidad Humanium Metal y IM.
El año pasado representó a El Salvador en un entrenamiento mundial de mujeres líderes con discapacidad realizado en Estados Unidos por Mobility International USA (MIUSA).
Uno de los sueños “locos” de Ahuachapán sin Barreras es que exista un centro de rehabilitación integral en la cabecera departamental, ya que actualmente las personas deben de viajar a Santa Ana, o la capital.
Sin embargo, su directora reconoció que muchas personas, incluyendo ella en su momento, desisten de continuar el proceso de rehabilitación debido a la distancia o los gastos que eso implica.
Pero también “lo que yo visualizo es que Ahuachapán esté libre de barreras arquitectónicas, del entorno y también actitudinales. A la gente le cuesta, siempre he dicho que como no le afecta, no se involucra (pero) juntos podríamos avanzar más… Para nadie es un secreto que la población con discapacidad es un sector vulnerable y además olvidado”, indicó Wendy.